Aliada con la Mafia #1

CAPÍTULO 1

El paisaje se difuminaba mientras conducíamos por la ciudad.

— Preferiría estar en cualquier sitio antes que ahí — le dije molesta.

— No pongas esa cara Katherine — dijo mi tío, soltando una carcajada desde el asiento del conductor — Vas a disfrutar de esta cena. Será un buen cambio de aire. Últimamente trabajas demasiado.

— Supongo que tienes razón — le contesté para no seguir discutiendo.

Trabajar en una oficina todos los días no es precisamente emocionante. Mentiría si dijera que nunca he fantaseado con una vida más glamurosa.

— Esta es una noche de oportunidades. Nunca se sabe lo que puede ocurrir en una cena como esta — me dijo queriendo convencerme — Tómatelo como un pequeño evento de networking. Nunca está de más conocer a personas nuevas.

— En realidad no me interesa "conocer a personas nuevas" y peor aún del círculo al que pertenecen — le contesté con un gesto de desagrado.

— Hasta te presentaré a Gabriel Bennet. Anunciará a su prometida en la cena de esta noche, ¿sabes? Es el heredero del Grupo Bennet ¡uno de los hombres de negocios más poderosos del país!

— Sí, claro "hombre de negocios" o más bien capo de la mafia— Dirigí mi vista a mis manos, desanimada.

Él me ayudó mucho cuando mis padres fueron asesinados, me abrió las puertas de su casa sin pensarlo dos veces. Independientemente de lo que opine sobre sus contactos más turbios, incluido ese tal Gabriel Bennet, no quería causarle ningún problema.
Quizá después de todo, la noche no podía ir tan mal. Supongo que hasta la mafia tenía cenas normales.

Cuando llegamos, entramos y pasamos a una sala abarrotada. Era más elegante que cualquier otro sitio en el que haya estado, incluso en ocasiones especiales. Miré a mi alrededor, abrumada por la cantidad de gente bien vestida y evidentemente adinerada.

— Oye .... — me detuve para dirigirme hacia él.

Miré a mi alrededor, pero no había rastro de él entre la multitud. Genial, nos habíamos separado en una cena de mafiosos. Esa noche no pudo comenzar mejor.

— Perdona .... lo siento .... — me abrí pasó entre la multitud en la dirección en la que lo vi por última vez.

Iba muy a prisa, no tomando en cuenta el largo del vestido que llevaba puesto haciendo que me tropezara con este. Extendí los brazos y me preparé para tener la peor humillación de mi vida, pero, mis manos nunca tocaron el suelo. Lentamente me di cuenta de que un par de brazos me sujetaban por la cintura. Giré la cabeza y alcé la vista, entonces, vi a un hombre apuesto, de mirada intensa. Haciendo que resultara imposible poder quitarle la mirada de la suya por su extraño, pero bello colo ámbar. Me agarró con firmeza, la forma en que me levantó para estabilizarme, hizo que mis mejillas ardieron de color rojo.

— Gra ... Gracias ... — tartamudeé por lo apenada que estaba.

Sus ojos ámbar y sus labios pálidos formaron una expresión de desagrado.

— Qué torpe — dijo con tono burlón — No hay nada que odie más que las mujeres hermosas sin cerebro.

¡¿Qué le pasa a este?! Al agarrarme con tanta delicadeza pensé que era un caballero, pero ... ¡Este tipo es un imbécil!

Quería gritarle, pero probablemente se armaría un escándalo, cosa que no iba conmigo. Así que opté por calmarme y me obligué a sonreír mientras volvía a enderezarme.

— Bueno, al menos piensas que soy hermosa, algo a mi favor. Gracias por tu ayuda.

Me miró fijo con la ceja alzada y el ceño fruncido.