Aliada con la Mafia #1

CAPÍTULO 10

Al oír los disparos, me pongo en lo peor.

- ¡Algo debió de salir mal en el trato! - dije alterada, dirigiéndome a Ace.

- Maldita sea... - dijo estresado - No tengo tiempo de coger mi arma. Gabriel dijo que las cosas no irían tan mal -. Frunce el ceño y toma una decisión rápida. - Será mejor que averigüe si está metido en esto. Quédate aquí, estarás a salvo.

Se marcha calle abajo - ¡Cómo si fuera a hacerte caso! - le grité para después seguirle. El tiroteo continúa en los límites del recinto del festival. Gabriel y los hombres que ha traído consigo, se han puesto a cubierto en el lateral del edificio y detrás de los autos.

Disparan contra otro grupo de hombres al otro lado de la calle. Algunos disparan desde el interior de los edificios circundantes. Un grupo se acerca a la posición de Gabriel con las armas preparadas. Hay un camino hacia mí posición que debería proporcionar algo de cobertura. No tengo ninguna posibilidad contra un grupo de mafiosos armados. Me superan en número. Así que no tuve más remedio que ponerle la carga a Ace.

- Ace, ¡Gabriel tiene problemas!

Me mira agotado, pero actúa con rapidez para mirar en dirección a Gabriel. - ¡Estoy en ello! - Esquiva las balas con facilidad y llega hasta Gabriel, obligándole a ponerse a cubierto. Con paso firme, se abren paso hasta ponerse a salvo, hasta que por fin llegan a dónde estoy.

- ¡Quietos! - La policía entra en escena, controla rápidamente la situación y detiene a todos los pistoleros implicados, Gabriel incluido.

- Debí haber sabido que llegaríamos a esto. - Dijo Gabriel mientras observaba a su alrededor.

- No te preocupes, te sacaremos antes de que te des cuenta.

- Gabriel.... - Alargo mi mano, temerosa por él. Gabriel me mira y se separa de su escolta policía.

- ¡Vuelve aqui!

Lo ignora y se apresura a llegar a mi lado. - Pase lo que pase. Prométeme que tendrás cuidado.

- Qué.... - Me coge las manos y le miro sobresaltada.

- Pórtate bien hasta que vuelva. No corras riesgos innecesarios. Puedes contar con Ace.

- ¿Cuánto tiempo crees que estarás fuera?

- No lo sé - Me mira y me levanta la mano para besarme el dorso. El contacto me pone la piel de gallina. Siento una punzada en el corazón cuando me suelta al recibir un empujón del policía.

- No es la primera vez. Al menos a nosotros nos consideraron espectadores inocentes - Ace me pone la mano en la espalda. - Volvamos a casa antes de que cambien de opinión.

Cuando volvemos a la mansión esa noche, todavía estoy de los nervios. - ¿A qué te referías cuando dijiste que Gabriel ya había pasado por esto antes?

- De vez en cuando, pasa algo y la policía intenta acusarle. Pero no lo consiguen.

- ¿Por qué no?

- Siempre tiene un as bajo la manga. Mañana, sus abogados empezarán a insistir en que los otros empezaron la pelea. Y luego harán desaparecer cualquier prueba de que estaba allí por tratos ilegales.

- Ya veo.

- En el peor de los casos, hará falta un poco de soborno. De todas formas, la mitad de los policías de esta ciudad están financiados por la mafia.

De repente me viene a la mente Angelo. - ¿Y si sus enemigos presionan primero a la policía?

- No arriesgarían un favor por algo así. Sería demasiado atrevido.