CAPÍTULO 6

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Un horrible escalofrío me recorre el cuerpo. Antes, con Ace en el bar deportivo sentía que mi vida volvía a ser normal. Sin embargo, sólo era una falsa ilusión.

- Katherine... ¿Quieres un abrazo?

Lo miro sobresaltada.

- ....¿Perdona?

- Cuando te ponías triste en el colegio, solía darte un abrazo para animarte, así que puedo....

Lo observo fijamente. Un cúmulo de emociones se agita en mi interior.

- Agradezco la oferta, pero, paso... - me froto la nuca - Estoy con la mafia y acabas de confesarme que te enviaron aquí para investigar sus actividades.

Aprieto el puño, pero luego se pone firme.

- Aún así, ¡al menos déjame alejarte de la familia Bennet!

- Debí haber sabido a dónde iba esto.

Doy un paso atrás.

- Lo siento, debería volver ya. Te prometo que tendré cuidado, gracias por avisarme.

Me dolía lo que estaba a punto de hacer pero no tenía opción.

- ¡Katherine, espera!

Corro de vuelta hacia la mansión. Por suerte, nadie se había dado cuenta que me había escapado. Llego a mi habitación y de un solo salto, me hundo en la cama.

- ¿Quién querría asesinarme? ¿Cuál de todos sus enemigos?

Se me vino a la mente el hombre de la gala.

- Angelo podría estar detrás de este plan.

Unos días después, Gabriel me lleva al circuito de carreras con Ace. La conver- sación de Matteo aún me reconcome, pero el cambio de escenario era suficiente para distraerme de ella durante un rato.

- ¡Esto es increíble! - dije con entusiasmo.

- Claro que lo es.

Admiro a los hombres con uniforme de colores brillantes, mientras comprue- ban sus vehículos antes de la carrera.

- Ahí está nuestro equipo - dijo Gabriel señalando a un grupo de azul.

- No sabía que la gente de tu profesión patrocinara carreras de autos - le dije extrañada.

- Así es como los capos con demasiado dinero se divierten. ¿Verdad Gabriel?

Gabriel rueda los ojos y señala con la cabeza a otro equipo.

- Ese lo patrocina Angelo. Aunque sospecho que lo hace solo para fastidiarme.

- ¿Por qué lo dices?

- Lo hizo en el último momento. Solo cuando estaban en condiciones de amenazar a mi equipo en esta carrera. Estoy seguro de que esa es la única razón.

- Bueno, ¿cuál es tu razón?

- Es un buen negocio. La publicidad de las competiciones puede ser lucrativa. Además, siempre he disfrutado con estas carreras. Creo en el equipo, ¿por qué no iba a patrocinarlo?

- Oh, ya veo.

No esperaba que se dedicará a las carreras, pero me alegraba ver que había algo que le apasionaba.

- Oye, se acerca alguien.

Gabriel sigue la mirada de Ace y su expresión se suaviza.

- ¿Quién es? - le pregunté a Gabriel.

- Es el dueño del equipo, el Sr. Luther.

- Sr. Bennet, me alegra que haya venido.

- No me lo perdería. Me gustaría hablar con usted antes de que empiece la carrera.

Aliada con la Mafia #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora