VI. INVITADO

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Los gritos de Jack sobre soltarlo cesaron una vez que su isla se dejó de ver y solo se podía observar la inmensidad del mar, haber hecho esto me estaba dejando con un mal sabor de boca, no era lo que había planeado, no me detuve a pensar en el chico, solo consideré mi egoísta sentimiento de tenerlo de vuelta. A lo lejos vi una pequeña isla, hice una señal a los chicos y nos dirigimos hacia esta, no había más que algunos metros cuadrados de tierra y pasto, Chimuelo dejo a Jack en el suelo quien se alejó rápido de nosotros sacando una espada apuntando hacia nosotros, observándonos de manera amenazante

—¿Quiénes son? Díganme sus nombres, ahora

Ordeno, yo me quite mi casco y lo atore en la silla, baje de mi dragón con calma, puse las manos frente mía en señal de paz y para calmar un poco al muchacho, quien al verme sonrió burlonamente.

—Oh, ya veo... Gusto volver a verte Edahi

Iba a hablar, pero Brutacio se adelantó quedando a lado mío con una cara de confusión

— ¿Edahi? ¿De verdad no reconoces al flacucho?

—Dah, es obvio que no, ya no es el mismo enano de antes

Brutilda hablo como si hubiera sido algo obvio mientras se recargaba en su dragón. La cara de Jack cambio completamente a una de confusión, su mirada comenzaba a examinarnos a todos y cada uno, note como su semblante cambiaba un poco y la espada en su mano temblaba, por último, su mirada se posó en mí, nuevamente azul y verde se encontraban.

—No soy quien te dije ser Jack

—Hiccup...

Habló casi en un susurro, como si quisiera que mi nombre se quedara únicamente en su interior, yo asentí acercándome un poco al albino, quien no apartaba su vista de mí, había bajado su mano y ahora la espada apuntaba directamente al suelo.

—Hola Jack, me alegra volver a verte

Sonreí y cuando me iba a acercar a abrazarlo alzo su espada en un movimiento rápido, por suerte esquivé aquella filosa acción escuchándose solamente el sonido del aire ser cortado, me alejé nuevamente unos metros de Jack, Chimuelo se puso a mi lado en defensa, gruñendo y enseñándole los dientes, coloqué mi mano sobre la nariz del dragón para que no hiciera un disparo sin que yo lo indicará, la espada de Jack nuevamente me apuntaba.

—Quiero que me regreses a Isalera, ahora

—Me temo que no podremos hacer eso Jack

Astrid se colocó a mi lado con hacha en mano mirando amenazante a quien una vez fue mi amigo.

—No se los estoy pidiendo como un favor, háganlo

—Y si no queremos hacerlo ¿qué?

Esta vez hablo Patán, la tensión en el ambiente iba aumentando con forme pasaban los segundos, la enojada mirada de Jack se posaba en cada uno de nosotros, en especial en mí.

—Bien, entonces me iré por mi cuenta

—¡Perfecto! Me encantaría verte intentándolo

Dijo burlesca Astrid provocando que Jack bufara un poco y volteara a ver por todos lados buscando una salida, yo suspire y me acerque de nuevo al chico con los brazos frente mía.

—Jack, ven con nosotros a Berk, por favor, te mostraremos lo que en realidad son los dragones, lo que en verdad son

—¿Y qué después me coman? —soltó una risa amarga — No gracias prefiero morir aquí o nadar hasta Isalera

Las risas de los chicos se escucharon y yo solo hice una pequeña mueca sin apartar mi vista de él

—No tienes otra salida Jack, por favor, solo déjame enseñarte

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