Capitulo 27 (Final)

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*Lunes, 17:58*

—¡¡¡Hermanito!!! –esa voz sonó lo mas fuerte que podía en mi cabeza. Esa voz que me hacia reír y cabrear. Como la había extrañado

—¡Carol! –apenas me dio tiempo para voltear y sus brazos me rodearon y cayó justo en mi pecho. Esa chica estaba creciendo mas y mas

—Guille, mi pringado te extrañé –como siempre, su demostraciones de amor-odio —¿Y Vegetta?

—Se fue hace un momento. Lo pasaron buscando...

—Vale. Pues tienes que contarme todo con lujo y detalles su noviaz...

—¡¡HOLA MAMÁ!! –diciéndolo en voz alta para callar a Carol quien hablaba poco mas y gritaba. Ella era la única que sabia de lo mío con Samuel... Mis padres aun no

—Hijo mío, ¿como te ha ido el viaje? –acercándose a mi y regalándome un afectuoso abrazo y seguido de... —Carolina no te me vuelvas a perder asi –un regaño

—Esta bien –diciéndolo con una sonrisa cómplice a mi

—Debes estar cansado hijo, ven. Coge tus maletas y vamos a casa

******

A pesar de estar en casa, me sentía de una forma rara. Como si no encajase aquí, como si no estuviese cómodo, un ambiente extraño a mi alrededor. Seria el jet-lag, el cambio de horario, ni idea. Pero el breve regreso a casa que se supone, me relajaría. Me pone de cierta forma mas tenso

—Guille –la voz de mi madre tocando la puerta interrumpió mis pensamientos

—Adelante...

—Hijo, ¿te sucede algo? Has estado un tanto extraño –el instinto materno actuando de nuevo, mi madre no es una mujer que se le pueda engañar fácilmente

—Tranquila, no sucede nada. Tal vez el cambio horario... –mintiéndole descaradamente a mi propia madre

—Guillermo, a mi tu no me engañas, sucede algo. Como cuando rompiste con...

—¡No pasa nada! –dije interrumpiendo sus palabras, es algo que no me gusta recordar.

—Esta bien, pero recuerda hijo –tomando mis manos que antes reposaban sobre mi pecho —a una madre es casi imposible engañarla y se que estas pasando por algo cariño. Te llamo para cenar -depositando un beso en mi frente y retirándose de la habitación

******

—¡Guille! ¿Te puedo pedir un favor? –Carol me interrumpía justo cuando bajaba las escaleras —¿a donde vas con esas pintas deportivas?

—No te importa, y que quieres...

—Estas un poco mas amargado de lo habitual... Que me lleves a un sitio

—¿Hacia donde?

—A la casa de mi novio

—Vale donde qued... ¿¡NOVIO!? –apenas me di cuenta me asombre poco mas y caigo por las escaleras. Mientras Carol no sé porque solo se descojonaba de la risa

—Mentira, solo a la casa de una amiga. Era una broma

—Una broma de muy mal gusto Carol –mientras me recuperaba de mi mini-infarto —Fíjate que estoy delicado con el tema de parejas

—¿Que? –habia dicho eso sin querer, a pesar que era cierto pero no había pasado por mi cabeza antes que mi boca —tiene que ver con Samuel ¿no?

—Mejor hablemos camino a casa de tu amiga

El día era bonito, un cielo azul despejado, el sol hacia mella pero una brisa fresca compensaba el calor excesivo. Un día perfecto para estar afuera

Un Radical CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora