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Os mudáis a la casa de la ciudad, ahora mismo, haz las maletas.- escuché a Feyre poco después de que Az se marchara. 

Cassian, que era el más grande de entre los tres, nos llevó a Lucien y a mí, Az a Elain y Rhys a Nesta hasta la casa de la ciudad. Cuando nos dejaron en el suelo mi hermana tenía un ligero tono verdoso en su piel.

- Necesito... un baño.- dijo entrando. Feyre miró con cara acusadora hacia Rhys y éste se limitó a encogerse de hombros con una sonrisa. Yo solté una risilla porque había visto como Rhys aceleraba durante el vuelo de camino. 

Lucien gruñó levemente hacia el pasillo siguiendo el rastro del olor de Elain que había salido con Az hacia lo que identifiqué como el jardín de la casa. Me alegraba que mi hermana hubiese aceptado que el sol la calentase no a través de una ventana, sino expuesta directamente. La vendría bien y siempre disfrutó mucho de las flores. 

- Relájate.- comenzó Rhys.- El estilo de Azriel no es ser encantador.- 

Lucien le miró enfadado y mi mente voló hacia el momento que compartimos en el baño, él había sido calmado hasta ese momento, pero se convirtió en un amante impresionante, sin pudor, reclamando lo que quería. La piel se me puso de gallina y tenía la mirada de Feyre clavada en mí. 

El sonido de Nesta vomitando irrumpió en la habitación, no me había dado cuenta de que había desaparecido, pero gracias por esa intromisión los demás dejaron de poner sus ojos en mí. 

- ¿Qué has hecho?- preguntó Cassian. Debía de haber estado tan preocupado en sujetarnos que no vio el espectáculo de Rhys por los cielos con mi melliza.

- Yo he preguntado lo mismo, me ha respondido que había volado con rapidez.- dijo Feyre con una mirada asesina hacia su pareja. 

- Nunca volverá a volar.- suspiró Cassian escuchando otro vómito más de Nesta.

El pomo de la puerta giró y no intenté camuflar que habíamos escuchado perfectamente como había estado vomitando segundos atrás. Su rostro aún era verde pálido y sus ojos ardían de la rabia. Pasaron por todos los rostros de los presentes, parándose en mí y después en Rhys. La vi dar dos pasos y me interpuse entre ellos. 

Quiero matarle.- Escuché en mi mente retumbando.

No.- envié a través de nuestro vínculo. 

- ¿Sabes que la última vez que me metí en una pelea en esta casa fui expulsado por un mes?- intervino Cassian situándose a mi lado cubriendo así más el cuerpo del alto lord. La mirada de Nesta se deslizó hacia él y pude notar como se suavizó ligeramente. - Por supuesto fue culpa de Amren, pero nadie me creyó y no se atrevieron a desterrarla.- 

Las emociones de mi hermana me inundaron confirmándome lo que ya conocía, Elain no era el ancla de Nesta a esta vida inmortal, quizá si lo fuese en la mortal, pero su ancla había cambiado y ahora era un ilyrio castaño de metro noventa. Entorné los ojos observando lentamente su gesto.

- ¿Qué sois?- preguntó Lucien en un suspiro. Cassian dirigió hacia Lucien su mirada, yo no aparté la mía de Nesta, sin embargo ella miró al pelirrojo. 

- Yo hice que devolviera algo.- dijo con una calma que hizo que los demás se encogieran. Miró a la alfombra y después devolvió sus ojos a mí.- Quiero ir a mi habitación.- 

- Sube la escalera, a tu derecha. Segunda puerta. Tercera o cuarta..., la que más te guste, las demás son para Elain y Neyza. Tenemos que irnos en dos horas.- dijo Feyre aclarándose la garganta mientras miraba el reloj de la pared. 

Todos teníamos puestos los ojos en Nesta que subía las escaleras regia como ella sola, con una mano apoyada en la barandilla acariciándola en su subida. Yo suspiré haciendo crujir mi cuello por la tensión acumulada. 

UNA CORTE DE VIDA Y AMOR [AZRIEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora