12

200 17 0
                                    

Cuando amanecí Azriel ya no estaba en la cama. Me estiré e incorporé pasando los dedos deshaciendo los nudos de mi pelo. No sabía en que punto estábamos, pero no quería que pensara que por haber dormido juntos las cosas iban a ser diferentes. Porque no lo eran. Solo me había dejado ganar esa vez, pero la guerra seguía ahí. La puerta se abrió.

- Veo que ya estas despierta.- escuché la voz de Nesta.

- Sí.- afirmé obvia.

- Después del espectáculo que montaste anoche pensé que dormirías todo el día.-

- Si has venido a juzgarme ponte a la cola.- suspiré levantándome.

- ¿Cómo has sido capaz Neyza?- su tono de voz y lo alzada que tenía la barbilla me estaban comenzando a enfadar de verdad.

- No es asunto tuyo.- gruñí.

- Si que lo es.- atacó levantando la voz.- Lo es cuando veo que mi hermana ha perdido completamente la cabeza.-

- No te metas en mi cosas Nesta, a ti no te gusta que nadie se meta en las tuyas.- avancé hacia la cajonera y, cuando iba a echar mano del tirador del cajón, Nesta agarró mi mano.

La fulminé con la mirada y aparté de un golpe rápido mi mano, obligándola a soltarme.

- ¿Qué haces?- pregunté enfadada.

- Abrirte los ojos, ¿de verdad eres tan ingenua que no lo ves?-

- Por favor, ilumíname.- dije cruzando los brazos y enfrentándola.

- Estas ca-sa-da Neyza, y, aparte de eso, él solo esta jugando contigo, eres un momento de distracción, carne nueva, nada más, ¿de verdad vas a perder tu tiempo así? Hay cosas mucho más importantes que hacer. ¡Elain nos necesita!- escupió cada palabra con la mayor cantidad de veneno que era capaz, lo que, viniendo de Nesta, es demasiado. Asique todo esto iba sobre eso, de verdad creía que lo que fuera que le estaba pasando a Elain no me importaba. 

- ¿Crees que no soy consciente de mi situación? Por supuesto que lo hago, pero las decisiones que tome o no con mi vida no te incumben y ni se te ocurra meter a Elain en esto.- cada vez estábamos más cerca.

- Chicas.- dijo Feyre desde el final del pasillo intentando calmar la situación.

- Tu cállate, eres peor que ella.- dijo Nesta cambiando su rumbo hacia ella.

- Esto es entre tú y yo, deja a Feyre fuera.- dije interviniendo y poniéndome entre ambas.- Si quieres descargar tus frustraciones en alguien aquí estoy.- la dije enseñando mis dientes.

- ¿Frustraciones?- dijo burlándose digna.- Mi única frustración eres tú.-

- Siento lo mismo.- apreté los puños entre mis brazos para liberar tensión. Sabía que la situación se estaba descontrolando, pero no era capaz de pararla, Nesta había sido capaz de sacarme de mis casillas, y, aunque llevaba años entrenándome, siempre hay un límite. Ella había llegado al mío.- Si estas amargada haz algo para que las cosas cambien, pero no lo pagues con los demás.-

- Claro, preferirías que enfrentase mis problemas como lo haces tú, ¿verdad?- entrecerró los ojos y se quedó allí de pie con ese aire de superioridad que llevaba siempre. Sabía que se refería a todo lo que había pasado entre Azriel y yo.

- Al menos yo los enfrento, no me quedo sentada en la biblioteca leyendo historias que jamás dejaré que me pasen por lo necia que soy.- ataqué con todo lo que tenía y lo que sabía que la haría daño en su corazón de hielo. 

En sus ojos vi como mis palabras la habían herido. Nos quedamos calladas por unos segundos retándonos con la mirada, las dos estábamos preparadas para volver a enfrentarnos cuando Feyre habló.

UNA CORTE DE VIDA Y AMOR [AZRIEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora