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Mordí mi labio cuando introdujo uno de sus dedos en mi y comenzó a meterlo y sacarlo con parsimonia. La lentitud me estaba matando, yo no era una chica de palabras dulces y movimientos lentos, necesitaba más, lo necesitaba a él en toda su plenitud. Alce una de mis manos y rocé el contorno de sus alas a lo que conseguí que sacara un gruñido.

- No hagas eso.- me advirtió y comenzó a moverse con mas ferocidad dentro de mí incluyendo un segundo dedo. Como vi que había conseguido mi cometido volví a repetir el proceso solo que más lento y con un movimiento esta vez de arriba a abajo torturándolo doblemente.- Neyza.- gruñó mi nombre mas alto.

Mis ojos estaban fijos en él y cuando los abrió después de gruñir me lancé a morder su labio de abajo tomándole por sorpresa. Pasé mi lengua por la pequeña herida que le había provocado saboreando el metal de la sangre. Sin embargo, mis ojos no se apartaron ni un segundo de los suyos.

Cuando me separé le tomó unos segundos reaccionar y arremetió violento contra mi boca, besando y poseyéndome con sus dedos como un experto. Por fin sentir sus labios sobre los míos estaba siendo mi droga. Encima el cabrón sabía exactamente donde tocarme para que perdiese la cabeza.

- Así.- gemí en su boca, marcándole un punto que había tocado y que me había hecho estremecer. Atrapó mi gemido con un beso y su lengua reclamaba la mía, bailando en mi boca como si hubiese vivido allí siempre. Me sentó en el lavamanos con la mano que seguía agarrada a mi culo y la movió para apretar mi pierna mientras la otra trabajaba en mi interior.

- Me vuelves loco.- dijo Az apretando su creciente erección contra mi humedad. Cerré mis piernas al rededor de su cadera manteniendo su cuerpo pegado, casi tanto que no dejaba trabajar a sus manos.- Así no puedo.- dijo sonriendo en mi boca.

- Quiero otra cosa.- confesé besando su cuello y sacando su camisa para poder apreciar su torso desnudo. Este chico era una obra de arte, desde sus grandes hombros hasta su torso definido y sus brazos musculados. Aprovechando que había sacado la mano de mi interior deshizo el nudo de mi toalla dejándome completamente desnuda.

Agarró con cada mano uno de mis pechos masajeándolos y llevándose uno a su boca. Mordisqueó y chupo donde le vino en gana dejando un rastro de chupetones a su paso, pero no me importaba que me marcara, no quería articular palabra. No podía romper el hechizo que en este momento nos sofocaba a los dos. 

- Por favor.- supliqué ayudándole a deshacerse de su pantalón. Su erección fue liberada y vi como se extendía firme. Mordí mi labio pensando en como se sentiría dentro de mí.

- ¿Estás segura?- pregunto hiperventilando por la emoción del momento. Yo me limite a agarrar su erección poniendo la cabeza en mi entrada.- Vas a matarme.- dijo mientras jugaba hacia arriba y abajo.

- Quiero que supliques por mi.- dije pensando en aquella vez que pensé que me pediría que me quedara y en como le estaba rogando por esto.

- Por favor.- dijo mirándome a los ojos.

- ¿Por favor qué?- dije mordiendo su oreja.

- Por favor Neyza, deja que te folle.- dijo pegado a mi cuello y antes de que pudiera pensar en nada más se metió en mi hasta la empuñadura. Me agarré clavando mis uñas en sus hombros y adaptándome a él.

- Es demasiado.- susurré intentando calmar el escozor que sentía entre mezclado con el placer.

- Sé que puedes.- contestó siguiendo con los besos por mi cuello. Después de unos segundos de lenta tortura comencé a mover la cadera necesitando más.- Buena chica.-

Az comenzó a salir y entrar despacio para después coger ritmo hasta que sus embestidas fueron rápidas y fuertes. El lavamanos comenzó a tambalearse. Me cogió entre sus brazos mientras seguía arremetiendo con fuerza y apoyo mi espalda en las frías baldosas. Nuestros gemidos se entremezclaron mientras oía los sonidos que provocaban nuestros cuerpos en fricción.

UNA CORTE DE VIDA Y AMOR [AZRIEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora