UNA CORTE DE VIDA Y AMOR [AZRIEL]

13

Después de haberme pasado toda la cena intentando evitar observar a Azriel y a Mor como una acosadora poco a poco todos se fueron hasta quedar Cassian, él y yo. Habíamos pasado del comedor al salón y yo estaba sentada en uno de los sillones con las piernas pegadas al pecho mientras miraba como el fuego crepitaba en la chimenea. 

- Voy a dormir, no os acostéis muy tarde.- dijo Cass bostezando mientras salía. 

- ¿Vas a decirme que pasa por tu mente?- preguntó Az sentándose al lado mía.

- Lo sabes.- susurré.

- Pero me gustaría que hablásemos.- susurró él también.

- ¿Sobre qué?- aún no me había atrevido a mirarle. 

- Sobre nosotros.- pasó un brazo por detrás de mi espalda apoyándolo en el sillón y comenzó a trazar círculos en ella. 

- No lo hagas, por favor.- dije levantándome. 

- ¿El qué?- se quedó sentado. 

- No me toques.- él me miró sorprendido sin entender nada.- No puedo pensar cuando lo haces, solo puedo centrarme en tu tacto y en... no lo hagas.-

- Bien.- dijo levantando una ceja y medio sonriendo.- Pero de verdad me gustaría que habláramos Ney, sobre esto.- 

- Ya te lo dije, mi opinión no ha cambiado, estoy casada y no hay nada que pueda hacer porque está donde estaba yo, donde debería seguir.- me abracé a mi misma buscando seguridad mientras las palabras desgarraban mis entrañas. 

- Sabes bien que esa unión nunca fue real, no como esto.- se levantó para acercarse un poco a mí y su olor inundó mi nariz provocando el aleteo de mis fosas nasales. 

- ¿Qué es esto Azriel? Esto, como tu lo llamas, solo es un entretenimiento para ti, como Mor no te hace caso tienes que ocupar tu tiempo con algo.- solté enfadada mirándole.- No creas que no noto como la sigues mirando.- 

- Eso es lo que crees, ¿que estoy pasando el rato?- preguntó. En su gesto no había ninguna emoción, las había camuflado con esa máscara que ponía en situaciones difíciles. Lo que más me dolía era que ni siquiera lo había negado. 

- Sí, lo creo y yo no quiero perder más el tiempo, te repito por última vez, soy una mujer casada.- 

- Bien, si eso es lo que piensas de verdad no entiendo por qué has estado conmigo.- me quedé callada no sabiendo que responder.- Ese es el problema Neyza, que ni tu misma lo sabes, espero que cuando lo sepas no sea demasiado tarde.- se fue dejándome sola en la habitación y gruñí frustrada dando una patada en el suelo. 

Claro que sabía lo que quería, lo he sabido desde que le vi en mi casa mortal, desde que llegó su olor por primera vez, desde que me tocó aquél día. El problema era otro, no ese, y era un problema al que no estaba preparada para enfrentar. Sabía que mi unión con Dean nunca había sido real, que él y yo no habíamos compartido nada que pudiera unirnos, no de la manera en la que me siento unida a Azriel. 

Toda esta situación provocó que me pasara la noche entrenando, cuando me di cuenta era de día y yo tenía distintos cortes por los brazos debido al invento que había creado con un saco colgado de un  árbol y varias dagas atadas a él. 

- ¿Has visto a las chicas?- dije después de haberme duchado y dormir dos horas. Debía de tener la peor cara que Cassian había visto nunca en una hembra alta fae, porque se atragantó con el líquido que estaba bebiendo aunque no me importó. 

- Están en la biblioteca.- me dio las indicaciones y cuando llegué quede prendada del lugar.

Los techos eran altos, había muchas hembras andando yendo y viniendo con sus túnicas, todo estaba tan en silencio que sentía que mi respiración sobraba en el lugar. Continué bajando siguiendo el pequeño rastro que sentía de Nesta, aunque era tan débil, ¿por qué?