BadBoyHalo

1K 70 22
                                    


Aquino da un portazo al entrar por fin a su cálido hogar, llega enojado y frustrado, frotando sus manos por el frío infernal que se lograba sentir fuera. Se quita sus abrigos y suelta un suspiro pesado, trabajar en una pastelería no era para nada sencillo.

Fue un día difícil, un tipo cualquiera llegó a la pastelería y de forma no tan amable le exigió que de inmediato le trajera un pastelillo de chocolate, Aquino salió corriendo hacia la cocina y al terminar el pedido, lo entregó con su mejor sonrisa, suponiendo que el hombre tenía prisa fue que dejó pasar su actitud malhumorada. Fue cuestión de minutos para que el sujeto golpeara el mostrador, gritándole por ver al gerente por el supuesto "mal estado"del pastel. Aquino intento calmarlo, diciéndole que el líquido viscoso que supuestamente era un hongo, no era más que simple crema pastelera con un sabor agrio por el tipo de pastel que había pedido.

Del recuerdo simplemente soltó un quejido ya arto, se dejó caer al sofá, ya con un estrés visible y que transmitiría a cualquiera que se le acercara.

Halo al verlo se sentó a su lado, acariciando su espalda y sin intenciones de hablar primero, Aquino necesitaba estar en un ambiente cálido para poder sentirse seguro de iniciar una conversación. El azabache tenia un trabajo bastante tranquilo, era maestro de un kínder cercano donde era conocido por su amabilidad y responsabilidad, era muy poco propenso a estresarse y él era mayormente quien reconfortaba al castaño cuando llegaba con esa actitud enojada.

Era tarde, las diez de la noche en punto se podían ver siendo señaladas por las manecillas de reloj, Halo entonces decidió hablar de una vez al ver a Aquino ya más tranquilo y adormilado, sonríe de medio lado al ver al castaño como un gatito que al recibir caricias, cierra sus ojos para comenzar un sueño profundo y tranquilo.

—Aquino, are you okay?— habla con preocupación en su tono y lo toma del mentón, viendo sus ojitos cansados y le dan ganas de abrazarlo, Aquino se ve demasiado cansado.— What happened now? Dime cariño...— le da suaves caricias en sus cabellos castaños, escuchando un gruñido de malestar, tal vez al recordar el motivo de su humor.

—Halo...¡Agh! Son unos estúpidos, son unos idiotas, no sirven para nada más que para quejarse como si uno hubiese creado el menú, "este pastel esta podrido, exijo un descuento" ¿Apoco si imbecil? ¡No me dejo trabajar a gusto el resto del día! Se quedo como tarado parado frente a la puerta mientras hablaba por teléfono con quien sabe quien, y sus padres no eran, que por como es, dudo que tenga.— se recuesta en el hombro del azabache que recibe gustoso el aroma característico del castaño que de nuevo estaba furioso.

— ¿Sabes? My mom used to make me a tea for stress when I was still studying.— dijo acariciando el delicado rostro del más bajo para luego levantarse y dirigirse directo a la cocina, siendo seguido con la mirada por el castaño que estaba curioso por lo que su prometido estaba a punto de hacer.

Buscó entre los estantes, encontrando una tácita de porcelana y tomándola con delicadeza para evitar romperla. Buscó entre los diferentes tipos de té y encontró de menta, el que su madre solía darle para solucionar sus problemas. Puso el agua a hervir, tomando entre sus manos el sobrecito de té que colocó con cuidado y cariño dentro de la taza, para luego cubrir por completo con agua la bolsita con el té y revolverla con paciencia.

—¿De que es el té?— cuestionó con su voz ya más suave y serena, tomando con total cuidado la taza con hermosas decoraciones de flores.

—Es de menta, mi mamá decía que ayudaba con el estrés.—le respondió con su acento tan característico, sentándose al lado del más bajito y cubriéndolo con el manto de sus brazos.— drink it, it will do you good.—

Aquino dio el primer sorbo, sorprendiéndose con el dulce sabor. Dio pequeños tragos a su té, calmando su estrés y comenzando a sentirse cansado al estar tan relajado, bebió todo el contenido de la tácita y con el último sorbo sonrió en dirección al azabache, no pudo haber escogido mejor persona para casarse.

—Nada es mejor que una taza de té para calmar el estrés.— Hablo el gringo, depositando un cariñoso beso en la frente de Aquino que se recostó en el sofá ya casi rendido ante el sueño.

Halo tenía razón, nada es mejor que una taza de té para aliviar el estrés...

.


.


.


.


.


Amo el Aquihalo 😻

Y díganme, ¿Qué otro ship les gustaría ver?

-ᴡᴇʙᴀᴅᴀꜱ-╰•ᴀQᴜɪɴᴏʙᴏᴡʟ•╯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora