Duxo

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No lo negaría, se había enamorado perdidamente de uno de sus compañeros que de seguro, ni siquiera lo conocía.

No sabía en que momento se había empezado a sentir diferente al ver al nuevo alumno a su lado. Un día había faltado a clases y al día siguiente ya estaba aquel castaño a su lado tomando apuntes sin siquiera voltearlo a ver una sola vez, si hablarle, sin desviar su mirada delatando curiosidad, nada, solamente un profundo silencio que ya comenzaba a artarle.

De nuevo estaba sentado a su lado, mirando concentrado la pizarra frente a él, suspiro agotado mientras jugaba con su lápiz, estaba comenzado a frustrarse, su corazón se aceleraba hasta el punto de sentir que estaba al borde de un paro cardiaco. Empujó su lápiz más fuerte soltando un gruñido frustrado, dejando escapar un quejido al ver como su lápiz caía de su escritorio, puso sus manos sobre sus ojos, intentando ocultarse al sentirse abrumado de todas las formas posibles.

—¿Es tuyo?— una voz lo sacó de su ensoñación más no reaccionó rápido.—Oye, ¿Es tuyo o no?— le volvió a hablar, Duxo descubrió su rostro topándose con el chico de ojos miel entregándole su lápiz.

—Uh...¡Ah, si gracias!— comenzó a ponerse nervioso, sonriendo mientras sentía sus labios temblar y su mirada desviarse, tomando el lápiz de vuelta con rapidez.—Gracias y me llamo Duxo por cierto...— se sintió estupido presentándose de la nada, viendo como el más bajo le sonreía intentando calmar aquel nerviosismo, pensando que tal vez se debía a su semblante.

—No hay de que Duxo, me llamo Diego pero prefiero que me llamen por Aquino.— extendió su mano indicándole un saludo, Duxo la tomó mientras reía bajito, quería morir en ese momento.

—Un gusto Aquino, ¿No te gustaría comer juntos en el receso? Si es que no te importa no juntarte con tus amigos esta vez...— podía sentir miles de fuegos artificiales dentro de su estómago, estaba tan feliz.

—Todavía no tengo un grupo de amigos así que supongo que está bien.— se recostó sobre su escritorio mientras acomodaba un poco su flequillo.

—Yo podría ser tu amigo si no te importaría.— hablo por impulso mientras jugueteaba con sus dedos, desviando su mirada hacia abajo mientras mordía su labio, tirando de él con desespero al no poder cerrar la boca.

—¿De verdad?— los ojos de aquel castaño brillaron con un intenso brillo, delatando su emoción y sonriendo en grande, por fin tenía su primer amigo después de tres semanas estando ahí completamente solo.

—Si, igual yo tampoco tengo tantos amigos...— 

—¡Hay que emoción! Eres mi primer amigo Duxo, gracias.— dijo feliz mientras aplaudía, Duxo soltó una risa al ver la actitud tan infantil del chico que aparentaba ser más frío que un cubo de hielo.

Siguieron charlando por el resto de la clase, devolviendo sonrisas y compartiendo risas, ambos se veían a los ojos preguntándose el porqué no podían despegar la mirada, sintiéndose estúpidos al pasar minutos solo haciendo contacto visual. 

El timbre sonó y ambos chicos salieron en dirección al jardín aún siguiendo con la animada charla. Duxo sentía sus sentimientos crecer, evolucionar con tan solo escuchar una vez más la dulce voz de Aquino, viéndolo con ternura y cariño, apoyando su rostro en su mano mientras sonreía bobamente, escuchando al otro joven hablar alegremente.

Ambos deseaban que aquellos momentos duraran para siempre, deseando que el tiempo pasara lento en aquellos momentos, sintiéndose tan afortunados de por fin haberse encontrado.

El timbre sonó de nuevo indicando la entrada a clases, ambos se levantaron de la banca y caminaron en dirección a su salón, deteniéndose en la puerta del aula y mirándose cara a cara.

—¿Podemos seguir comiendo juntos en los recesos?— pregunto tímido el castaño, deseando una respuesta afirmativa por el de ojos lilas.

—Si, por supuesto, me gusta mucho hablar contigo, Aquino.— ambos se sonrieron y entraron al aula de una vez por todas, viéndose a los ojos con miradas cómplices y prestando atención al profesor que acababa de llegar.

Este es el inicio de una historia de amor perfecta.


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Después de escribir puro Duxino angst, a uno le dan ganas de escribir algo bonito de mis papis. 🥺

Y recuerden que pueden hacer pedidos de sus ships más culposos y enterrados que ni Dios conoce. 🗣️

PD: Si encuentran errores en los capítulos háganme el favor de señalármelos.

-ᴡᴇʙᴀᴅᴀꜱ-╰•ᴀQᴜɪɴᴏʙᴏᴡʟ•╯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora