Locochon

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Mira el techo mientras se lamenta de nuevo. Estira sus brazos y mueve sus piernas, sintiendo la tela abrazadora que lo cubre casi por completo, brindándole calor y ocultando su cuerpo desnudo bajo las sábanas. Odiaba sentirse culpable al engañar a su esposo con su cuñado, con su hermano en quien confiaba ciegamente y omitiendo la actitud tan extraña que Aquino había estado mostrando frente a Locochon.

Él de cabellos grisáceos solo puede darse la vuelta, encontrándose con el rostro del chico a su lado que dormía plácidamente sin ser consciente de la mirada acosadora. Acaricia su mejilla y peina un poco su flequillo que cae torpemente por su frente, sonríe mientras admira la expresión serena que su amante porta.

Los recuerdos lo invaden, las imágenes dejan de ser borrosas a un punto en el que puede ver que lo hizo gracias al raro comportamiento de Soaring, gracias a lo que lo que llevaba tanto tiempo sospechando y resultó ser verdad.

Soaring no era un santo como todos lo pintaban, era un maldito aprovechado y un cínico al llevar diferentes amantes a revolcarse en su propia cama, en la cama que durante tantos años han compartido y a dado pie a múltiples recuerdos hermosos de su matrimonio. Había un amante en específico que incluso veía seguido en la cafetería que suelen frecuentar, Natalan, un idiota sinvergüenza que no paraba de recalcarle con la mirada y susurros lo que ya sabía desde hace tiempo.

"Soaring me ama a mi, y si no fuera porque están casados ya te hubiera abandonado para estar junto a mi"

Esas palabras no hacían más que causarle náuseas, un dolor horrible en su orgullo y en lo más profundo de su corazón, no puede negar que aún le duele aquella traición por parte del pikachu. 

Siente como el cuerpo a lado suyo se remueve, ve como los ojitos del más bajo se abren con dificultad y los talla con delicadeza por su reciente sueño. Aunque tampoco puede negar que está comenzando a enamorarse del ser a su lado.

—¿Loco?— una voz débil lo llama, acaricia sus cabellos con delicadeza y hace un ligero sonido para que siga hablando. — Me siento horrible haciendo esto de nuevo...digo, tu eres el marido de mi hermano y no puedo evitar sentirme culpable al hacerle tanto daño solo por un simple capricho.— se sincera completamente con él.

—Aquino, ¿Conoces de verdad tan bien a tu hermano? Acaso, ¿Verdaderamente sabes de lo que fue capaz de hacerme?— se pone boca arriba y pone sus brazos detrás de su cabeza como apoyo.— Tu hermano no es más que un idiota que no hace más que aprovecharse de mi, creyéndome estúpido y revolcándose entre las sábanas de mi propia cama con cualquiera que se le insinúe.— 

Estaba incrédulo, anonadado por las recientes palabras del más alto que seguía con una expresión monótona como su voz. Aquino se recuesta sobre la cama y se recarga sobre el respaldo. Pega sus piernas a su pecho y comienza a respirar agitadamente, no, no estaba bien aunque su hermano haga lo mismo no significa que él sea igual.

—Esto sigue estando mal...no es correcto, no es bueno. Estamos haciendo algo asqueroso, ósea, no es como si estuvieras engañando a Soaring con cualquier extraño, no, lo estás engañando con su hermano en el cual confía plenamente en que jamás lo traicionaría.— pone ambas manos sobre su cabello y comienza a alterarse.

— Aquino, cálmate...— intenta abrazarlo, el castaño solo se aleja.

—¡No estamos haciendo lo correcto! Soaring confía en mi, Soaring me ama, ¡Soaring es mi hermano, por Dios! ¡¿Cómo puedo ser tan cruel?!— 

—¡Aquino!— le grita y lo abraza, el castaño solo se abraza al cuerpo más robusto y se suelta a llorar por la culpa y el estrés.— No estamos haciendo nada malo, tu no estás haciendo nada malo. Yo soy el que está mal, porque en un principio solo me acostaba contigo por venganza, solo quería desquitarme del imbecil que lastimosamente comparte sangre contigo, pero últimamente me estoy dando cuenta de muchas cosas. Una de ellas es que... me estoy enamorando de ti, estoy completamente enamorado de ti, amo tu cabello, tu risa, tus ojos, amo todo de ti. —

— ¿De verdad me amas? ¿No me estas utilizando? ¿Me Tomás enserio acaso? ¡Me niego a creer que me ames! Desde el primer momento en el que caí entre tus  brazos, en la pasión de tus caricias, en el "cariño" de tus palabras...yo sufrí, porque siempre supe que yo solo era una simple herramienta de venganza y aún así no pude evitar enamorarme de ti, ¡No caeré de nuevo en este maldito juego! Lo mejor es evitar volver a hablarnos, a vernos. No quiero seguir pesando con esta culpa.— llora y cubre su rostro con vergüenza de ser visto.

—Yo no te miento, yo me enamoré de ti. Empezó como un juego y esta terminando como un sueño, porque antes solo me atraía tu cuerpo, pero con el paso del tiempo ese concepto se invirtió. — lo toma de las mejillas y estampa sus labios con los ajenos. Ambos cierran los ojos y Locochon disfruta del sabor cereza de los labios de su Aquino, deseando jamás borra ese sabor de su boca. —Yo jamás jugaría con eso, jamás me aprovecharía de ti, porque eres un sol ante mis días tristes. Aquino, jamás jugaría con tu corazón de esa forma... —

Ambos se aferraban al cuerpo contrario, transmitiendo sus sentimientos después de un tiempo con un beso, deseando ser felices de una vez por todas.

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Holaaa 🙃

Perdón si este capítulo termino tan repentinamente pero son las tres de la mañana y en otras tres horas entro a la escuela. 😭

Jaja, le hice como mi papá, me fui sin ninguna explicación, pero les juro que yo si vuelvo. 😭

-ᴡᴇʙᴀᴅᴀꜱ-╰•ᴀQᴜɪɴᴏʙᴏᴡʟ•╯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora