Problemas de crianza

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— ¿No crees que es demasiado temprano para un trago? —preguntó Husk con el ceño bajo.

— Ay Husker, sabes que no soy yo misma sin mi Old fashion~ —contestó Mimzy sonriendo, con ese tono de voz que tanto molesta al gato.

— Ahg, como quieras —sacó una botella de whisky barato y cuando estaba a punto de servirlo...

— ¡Ese no, del de allá! —apuntó a una botella más lujosa. Husk en respuesta le devolvió una mirada de fastidio— No me mires así, me pongo de mal humor si mi trago sabe mal.

— Si es lo que tengo que hacer para deshacerme pronto de ti —contestó dándose la vuelta para sacar la botella del gabinete.

— ¿Ah? —inhaló fingiendo estar sorprendida— solo por eso, quiero 2 —volvió a su postura relajada, mirándose las uñas.

— Condenada... —refunfuñaba para sí mismo, entre dientes, casi no se entendían las maldiciones que decía pues estas se camuflaban entre los sonidos de los vasos mientras preparaba el pedido.

— No refunfuñes tanto Husker —le dio una mirada irónica— te vez más guapo cuando solo preparas mis cocktails.

— Tú te vez más guapa cuando estás callada —deslizó ambos vasos servidos sobre la barra en dirección a ella. De inmediato le dio la espalda para volver a acomodar las botellas en su lugar.

— Eres un amor~ —le comentó agradecida, sorbiendo el trago, dejándose escuchar por Husk, quien seguía mirando hacia atrás— por cierto gatito ¿has hablado últimamente con Alastor?

— Quizá... —contestó sin perturbar su postura.

— Lo que pasa es que estos últimos días... —se detuvo repentinamente— ¡Buenos días Charlie!

— Buenos días Mimzy —contestó la princesa. Husk por su parte, levantó las cejas y sin darse vuelta, continuó trabajando; o bien, simulando que lo hacía. Creía que si fingía como si no estuviera ahí, ella no se daría cuenta de que...

— ¡Husk, me alegra verte! —dijo animada— acompáñame un momento, necesito tu ayuda.

— Estoy trabajando ahora, princesa —contestó sin moverse.

— Por favor Husk, es muy importante —en respuesta él se dio la vuelta, dándole una sonrisa fingida.

— Créeme que estaría encantado de ayudar —le hablaba entre dientes, ella por su parte, no parecía ser consiente de su disgusto— pero ahora mismo estoy... disfrutando de la agradable compañía de mi queridísima amiga, Mimzy.

— Tienes razón —dijo ella, inmediatamente se giró hacia Mimzy— ¿De casualidad no te molestaría que él me acompañe? Necesito su ayuda para arreglar unas cosas afuera y...

— No tienes que explicarme, cariño —hizo un gesto con la mano para restarle importancia— entiendo perfectamente. Pero solo permíteme terminar el tema en el que estábamos, prometo dejarlo libre en unos 5 minutos.

Husk, al oírla, la miró por un segundo con el ceño bajo antes de volver la mirada a Charlotte.

— Por su puesto —contestó alegre antes de correr hacia la entrada del hotel— ¡Estaré afuera! —añadió antes de irse del todo.

— ... Te daría las gracias si le hubieras dicho que no estoy disponible —volvió a limpiar los implementos.

— A decir verdad, solo tengo una pregunta... —hacía girar el licor dentro del vaso.

— Sí, he hablado con Alastor. No, no entraré detalles —contestó adelantándose a lo que ella iba a decir.

— No es eso gatito~ —dijo sonriente— quiero saber por qué te irrita tanto la princesa.

El sexto circuloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora