El sexto circulo

Solo una fantasía

— ¡¿Quién es Nina?! —preguntó irritada.

— No lo sé... —respondió monótono, cansado y desinteresado.

— ¡¿Quién era ese sujeto?!

— ¿Qué sujeto...? —sonaba harto.

— ¡¿Por qué conocía a Alastor?!

— ¿Quién es Alastor...?

— ¡¡CONTESTA MALDITA SEA!!

Desde afuera del vehículo podía apreciarse a Charlotte, quien continuaba reclamando indignada, moviendo las manos, enseñando los cuerno y escupiendo pequeñas llamas mientras hablaba. Husk por su parte, miraba la ruta con la espalda encorvada y unas ojeras enormes bajo sus ojos, mientras manejaba a lo largo de una larga carretera, detrás de la cual se asomaba el sol por la mañana.

Si bien el cielo se veía relativamente despejado, mientras más avanzaban, comenzaban a aparecer muchas nubes.

La carretera parecía algo descuidada, estaba completamente desierta, solamente eran ellos 2 desplazándose por un camino rodeado de árboles y hierbas que se extendían hasta el pavimento.

— Con un demonio... —dijo el gato mirando hacia el horizonte, más particularmente, a una enorme y empinada montaña que se podía apreciar a lo lejos.

— ¡¿Tienes planeado contestar algo en algún momento?! —preguntó enojada con los brazos cruzados.

— Una mejor pregunta sería ¿Por qué Snow nos hizo dar una vuelta tan larga alrededor de esta montaña? —dijo intrigado, mirando el mapa que estaba apoyado en el asiento del copiloto.

— Has evadido el tema la noche entera, Husk.

— Pensándolo bien, esa montaña tiene la punta tan pronunciada que podría usarla como una rampa si voy a la velocidad adecuada —comentó, más bien, para sí mismo en tono burlón.

— ¡Deja de ignorarme!

— ... —el demonio gato estaba buscando algo entre los botones del tablero y debajo del manubrio.

— Husk... —se dejó caer de hombros mientras miraba a la ventana y su tono cambió a uno más triste— Ese tal TD, parecía saber muchísimo de ti... Y me da la impresión de que lo aprecias... Siento que comienzas a importarme a mí también, yo realmente quisiera conocerte mejor y...

— ¡Este auto tiene nitro! —entusiasmado, cortó la frase de la princesa a la mitad, haciendo que guarde silencio por un segundo, confundida.

— ¿Qué significa...? —de la nada, la espalda de Charlie se pegó contra el respaldo del asiento, hundiéndose cada vez más a medida que el auto aceleraba descontroladamente— ¡AAAAAAAAAH!

— ¡Hahahahah! —aceleraba a fondo con una sonrisa enorme y el cuerpo igual de hundido en el asiento— ¡¡Y PUEDE IR MÁS RÁPIDO AÚN!!

Ambos se movían tan rápido, que podían sentir como la piel de sus caras se corría hacia atrás, debido a la aceleración.

— ¡DETENTEEEE! —gritó aterrada.

— ¿CÓMO DICES? —el motor hacía tanto ruido que él no podía escucharla bien.

— ¡¡QUE TE DETENGAS MALDITA SEA!! —exclamó furiosa.

Husk no se iba a detener por que ella se lo pidió, pero al ver que del cuerpo de la princesa comenzaron a desprenderse un montón de ascuas incandescentes, las cuales estaban comenzando a quemar el tapizado del asiento, pisó el pedal del freno