Donde el corazón encuentra un hogar

Capítulo 6

La familia que elegimos, amor incondicional

Ambos Diaz llegaron a la puerta del dormitorio, y antes de abrirla Eddie miró a su hijo pidiéndole silencio. Al asomar la cabeza, encontró a Buck acurrucado en la cama, de espaldas a la puerta. Su respiración era tranquila, lo que le dijo a Eddie que Buck ya no lloraba, por lo que no dudó ni un segundo más en dejar pasar a Chris.

Desde la puerta Eddie pudo ver como su hijo entraba al cuarto y con una inocencia conmovedora sacaba el oso de peluche de su escondite en el armario y se trepó a la cama para dejar ambos peluches en los brazos de Buck antes de arroparlo. Pero lo que más conmovió a Eddie haciendo que su pecho se sintiera explotar de amor fue su siguiente acción.

-No importa lo que sea, siempre estaré aquí para apoyarte Bucky- Dijo antes de dejar un beso en su frente para acurrucarse con él bajo las mantas.

La inocencia de Chris actuó como un bálsamo para el alma herida de Buck, y sus palabras sinceras comenzaron a aliviar la carga emocional que llevaba consigo.

Eddie se sintió orgulloso ante la escena frente a sus ojos, reconociendo esas palabras dichas muchas veces antes a Chris por Buck, siendo el ojiazul quien las recibía ahora. Escuchó un jadeo de Buck que lo preocupó un poco, seguido de un murmuro que no llegó a entender, pero cuando vio a Buck moverse para atraer a sus brazos a un risueño Chris, se tranquilizó. Decidió darles algo de privacidad a sus chicos favoritos y fue a darse él también una ducha rápida para terminar de relajarse y unirse a ellos en la cama.

Cuando Eddie regresó del baño, ya cambiado se detuvo en la puerta del dormitorio, observando con ternura la tierna escena que se desarrollaba frente a sus ojos. La voz dulce y sincera de Chris llenaba la habitación mientras contaba una historia al vientre de Buck. Sus palabras sanaban el alma herida de Buck, y Eddie no podía evitar sentirse abrumado por el amor y la inocencia de su hijo.

-Érase una vez - Contaba Chris con entusiasmo - Dos héroes valientes que siempre estaban listos para ayudar a los demás. Uno de ellos tenía el cabello castaño como el chocolate caliente en una fría noche de invierno, y una sonrisa que iluminaba hasta el día más oscuro. El otro tenía el cabello rubio como el sol y unos ojos tan azules como el cielo en un día despejado....

Buck se giró ligeramente en la cama para escuchar mejor, sus ojos brillando con curiosidad y afecto mientras Chris continuaba con su relato, mientras dibujaba círculos imaginarios sobre su vientre.

-Estos dos héroes- Continuó Chris -Nunca dejaban que nada los detuviera. Rescataban a gatitos atrapados en los árboles, apagaban incendios enormes y ayudaban a las personas en apuros. Siempre juntos, protegiendo a la ciudad y cuidándose entre ellos... 

La voz de Chris estaba llena de emoción y admiración mientras seguía describiendo las hazañas imaginarias de los dos héroes. Eddie no pudo evitar sentirse conmovido por la conexión que su hijo tenía con Buck, y la capacidad de aun desde su inocencia lograr levantarle el ánimo a aquel maravilloso hombre en un momento tan triste.

Eddie sintiendo una oleada de amor y gratitud por su hijo y por el hombre que tenía frente a él, tuvo la necesidad de estar más cerca de las dos personas que más amaba en este mundo. Por lo que se acercó lentamente al lado de la cama, colocándose al otro lado de Chris. Una vez en la cama luego de gesticular un te amo a Buck y compartir una sonrisa dulce con él, ambos hombres se tomaron de las manos y continuaron escuchando el relato del niño.

- ...¿Y sabes qué, bebé?- Continuó Chris, colocando una pequeña mano sobre el vientre de Buck -Incluso cuando estés fuera de aquí, esos dos héroes siempre te protegerán... Porque ellos son los mejores bomberos del mundo... son nuestros héroes a los que todos conocen como Buck y Eddie - Finalizó dejando un beso en la partes superior del vientre de Buck, costumbre que haba tomado desde que se enteró del embarazo.