🌼 | C A P I T U L O 31| 🌼

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๋࣭ ⭑| C A P I T U L O 31|๋࣭ ⭑
ִ ࣪𖤐| Perder el control|ִ ࣪𖤐

| Oleg Sokolov |

Lo admito, perdí el control al hacer esto... Pero no me arrepentía. Nunca podría arrepentirme al ver esa expresión...

Trague saliva y aún sosteniendo a la hermosa pecosa en mis brazos trate de que no notará mi erección... Aún no estaba lista.

«Pero las bestias ya estaban listas para tomar a su presa»

¿Íbamos a aguantar? Si ¿Por cuánto tiempo? Ni idea... Hasta ahora hemos hecho todo lo posible por evitar lo inevitable.

Pero eso no parece estar funcionando ya que siempre se está metiendo debajo de la piel de todos nosotros.

Sus ojos llorosos solo me provocaron ganas de lamerla... Quería recorrerla con mi lengua y explorar cada maldito centímetro de ella.

«Tengo que parar..»

Pero... Su suave piel y sus mejillas sonrojadas... Sus brazos llenos de pecas... Quería saber. Quería saber si debajo de esa linda ropa tenía pecas...

— No sabes lo que me causa tenerte así.. — Murmuré acercando mis labios a ella.

De todos mis hermanos, yo era el más considerado mujeriego adicto al sexo, era algo que no podía evitar.

Su linda expresión cambio a una confundida, sus ojos estaban llenos de inocencia... ¿No sé daba cuenta de lo que hacía?

Lleve mis manos hacia su espalda baja sujetándola más para que no se me cayera. En este momento estaba sudado y esperaba a que ella no lo notará.

‹El que sufre soy yo›

Lleve nuevamente mi nariz a su cuello respirando su aroma. No era mentira cuando dije que su olor sería mi nuevo perfume.

— Pecosa... No me mires así.. — Un gemido salió accidentalmente de sus labios.

Me paralice al escuchar ese sonido, ¿Perdí el control? Si ¿Planeaba comérmela aquí mismo? Si.

Mis ojos se oscurecieron y mi mente se nublo solo queriendo sentir su toque y aroma.

Necesitaba que alguien me detenga... Pero estaba demasiado excitado como para recurrir a llamar a mi hermano.

— O-Oleg... — Murmuró está y en cuanto vi sus labios ser liberados por sus lindas manos llenas de puntos pecosos al instante hice una acción que me dejó flechado.

La bese... Bese sus labios... Esos lindos y sensuales labios carnosos que siempre me habían llamado la atención.

Reprimió un gemido al sentir mi beso, se encogió en su lugar a lo que aproveche eso para acercarla más a mi.

La deseaba, deseaba comérmela entera... ‹Devorarla›

— ¡Oleg! — Uno repentino pero esperado empujón hace que vuelva a la realidad.

Todos mis hermanos estaban aquí, dos se ellos me agarraron por los hombros y me separaron con brusquedad de Athena. Sabían perfectamente lo loco que me volvía en estas situaciones.

Mientras que al soltar a Athena se suponía que iba a caer al suelo, pero Zakhar no lo permitió y la cargo de la misma manera que yo.

Su cuerpo estaba temblando... Lenta y de una manera deliciosa. Relamí mis labios viendo como su cuerpo reaccionaba a mi. No podía verle la cara Pero me imaginaba su expresión.

Víndal | Narcolepsia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora