⛓💫 ━━ ❴ QUÉDATE UN POCO MÁS QUE UN PARA SIEMPRE ❵
« Ron Israel »
📍Brasil. 2024
━━ TOMÓ LA CANASTA LLENA DE HOJAS DE lo que había barrido antes decidido a dejarla en su lugar, algunas de las artesanías que hacía su gente se basaban en hojas, así que recolectarlas representaba una ventaja y un entretenimiento. Entretenimiento que servía para mantener su mente ocupada a fin evitar ciertos pensamientos que no le hacían bien del todo.
Aunque, si era sincero consigo mismo, ni llenando el resto de su eternidad de pendientes podría dejar de pensar en Alaric, y mucho menos, en lo que le había hecho. No podía dejar de odiarse a sí mismo por haber, aunque fuera indirectamente, asesinado al amor de su vida; porque el amor que le tenía a Alaric no iba a poder reemplazarse con algo más, mucho menos si no lo había hecho en todo ese tiempo.
El crujir de las hojas de los árboles lo desconcertó y lo hizo ponerse alerta, no podía ser muy ofensivo con sus poderes pero suponía que podía servir de algo el que estuviera con la guardia lo más arriba que podía, para así poder invitarle al intruso que se fuera con un poco de control mental. Le gustaría pensar que alguno de sus amigos eternos había tenido el gesto de preocuparse por él, pero nadie hablaba con él desde lo de Alaric, y lo entendía, sus compañeros también lo apreciaban y él había tenido la culpa de su muerte; era natural que estuvieran enojados con él, él también lo estaba.
Sin embargo, su guardia alta sirvió de nada, pues la persona ya había aterrizado en su suelo, a quien miró con confusión.
—Debes ser Druig.—Le dijo con media sonrisa, que desapareció cuando lo miró arqueando una ceja.—Permíteme presentarme...
—Wanda Maximoff, vengadora.—Le dijo, dejando la canasta en el suelo.—Sí, te conozco, vaya show el que diste en Westview.—Al parecer, el comentario no le hizo mucha gracia a Maximoff, pues tensó la mandíbula.—En fin... ¿Qué te trae por aquí además del clima?
—Tu ayuda.—Ella le dijo a medida que se iba acercando, todo eso lo confundía, no podía imaginarse un escenario donde alguien como Wanda Maximoff necesitara su ayuda, le resultaba tremendamente imposible que ella necesitara la ayuda de alguna otra persona, pues tenía todo el poder que podía necesitar, o incluso más.
—Bien.—Dio una bocanada de aire.—Entra.—Se dirigió a su casa, dejándola entrar y cerrando la puerta detrás de él.
Wanda observó la vivienda, era una pequeña cabaña demasiado austera pero que tenía todo lo necesario. El retrato de un hombre colgado en una pared con unas cuantas velas y flores abajo logró llamar su atención, sin embargo, decidió no hacer preguntas.
—¿Y por qué podrías tú necesitar mi ayuda?—Cuestionó el eterno.—Cualquiera, hasta en este rincón del mundo, sabe que eres el ser mágico más poderoso.
—Puedes controlar mentes en masa, ejércitos completos.—Le dijo, Druig intentó fingir demencia al respecto negando con la cabeza.—1500, controlaste un ejército completo que llevó a la derrota de uno de los reyes más poderosos en su tiempo.—Le relató como si no supiera de lo que estaba hablando, y que eso fuera de conocimiento público no le agradaba absolutamente nada y mucho menos que exactamente ese fuera el suceso que había decidido poner en evidencia. Su cuerpo tembló un poco y su nerviosismo lo delató ante la mención.—Di en el clavo, supongo.
—De verdad no entiendo porque eso te puede servir.—La miró, mientras ella iba acercándose más a él.
—A pesar de todos mis alcances, soy lo suficientemente humilde para admitir que ese no es mi fuerte, es por eso que necesito tu ayuda.—Lo miró.—Necesito los poderes de América Chávez.—Druig la miraba con incertidumbre.—Es una niña, puede viajar por los universos. En uno de ellos, estoy con mis hijos.
—Así que... Déjame ver si entendí.—Se sentó en el sillón de cuero.—Quieres que te ayude a secuestrar una niña para que puedas estar con tus hijos... No veo porque debería.—Definitivamente entre sus planes no estaba robar a una niña para complacer los sueños egoístas de una mujer que apenas acababa de conocer, mucho más cuando los suyos ya habían sido destruidos.
—Era lindo.—Le dijo refiriéndose al retrato de Alaric, al que él miró de reojo, suspirando.—Podrás ser inmortal y prácticamente indestructible pero tienes una debilidad, bueno, o supongo que debería decir tenias.
—No veo tu punto.—Apretó la quijada mirando a la bruja.—Y apreciaría que no te refieras a él.—Señaló ligeramente el retrato, sin embargo, Wanda sonrió.
—Sé lo que le hiciste.—Sonrió un poco.—Y aunque todos los libros quieran ocultando diciendo lo contrario, sé que fueron amantes.—Relató.—Sé exactamente por lo que pasaste, asesinar al amor de tu vida para un bien común y que...—Caminó un poco por el lugar, observando todo rastro de Alaric que el eterno tenía en su casa.—Nada haya valido la pena. Es un poco injusto, ¿no crees?—Susurró en su oído.
La bruja comenzó a mover sus manos, mostrándole un libro en el cual se veían varias burbujas, las cuales fue acercando una por una para que pudiera verlas. En una de ellas, Alaric y él estaban abrazados en una cocina mientras reían. En otra, Alaric estaba mirando a Druig cargar a un niño en una playa con esa sonrisa que hacía tanto no había visto, mientras que la otra, lo mostraba a él regresando al reino de Alaric, siendo recibido por el rey, quien había estado esperándolo con ansías. Y por más que quiso mostrar fortaleza enfrente de ella, lágrimas comenzaron a caer por sus ojos.
No quería mostrar alguna clase de debilidad frente a Wanda Maximoff, ya que eso significaría darle la razón y haberse dejado manipular por ella.
—Perdóname por lo que te voy a decir, pero el que sepa como se siente no significa que quiera ayudarte.—Le dijo, le importó poco la mala mirada que recibió por parte de la bruja escarlata, pero era la verdad, poco le importaban los sentimientos de aquella desconocida.—Ayudarte no...—Suspiró un poco, su voz se quebró ante sus pensamientos.—Ayudarte no va a regresarme a mi Al.—Susurró, pretendiendo que la mujer no lo escuchase.—Y si piensas que mostrándome todos los sueños que me han estado ayudando a no perder la cordura durante todo este tiempo va a hacer que tenga compasión por ti, estás sumamente equivocada.
—Los sueños son vistazos a nuestras realidades alternas, todo lo que ves aquí...—Señaló y cerró el libro, desapareciendo todo lo que le había mostrado.—Lo has vivido en otros universos. En todos esos universos las cosas con... ¿Alaric, se llamaba? Salieron bien. Y si me ayudas, puedo llevarte a uno de ellos.
—¿Eso es... Posible?—La miró un poco desconcertado, a lo que ella asintió y comenzó a hacer algo con su magia.
De repente, él y Wanda se encontraban en el reino de Alaric. Pudo ver como otro Druig bajó del caballo lo más rápido que pudo, casi incluso antes de que el animal se detuviera, observando a Alaric en la entrada con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo que corriera hacia él.
—Al.—Dijo en cuanto lo abrazó, puso una de sus manos en la cabeza del rey y acarició sus cabellos con suma delicadeza.—No tienes una idea de cuanto te extrañé.
—Y yo a ti.—Sonrió y besó su mejilla con suma discreción, aunque nadie los estuviera viendo.—Pero vamos a estar juntos siempre, no puedo esperar a pasar el resto de mi vida a tu lado.—Si alguna diferencia no había entre el Druig que estaba viendo y él, era que ninguno de los dos quería soltar a Alaric y querían abrazarlo toda la vida.
La atmósfera se esfumó y ahí estaba de nuevo, solo con Wanda en aquella cabaña. Sin Alaric, sin absolutamente nada que le hiciera feliz; pero ya lo sabía, la razón de su felicidad había muerto hacía 500 años.
—Ahora dime, ¿de verdad no te gustaría estar ahí para siempre?—Lo miró, Wanda sonreía un poco, sabiendo perfectamente que lo estaba considerando, mucho más después de lo que le había mostrado.—Si te unes a mi, podrás tener la vida que siempre has soñado al lado del hombre que amas. Así que... ¿Qué dices?
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Orphic;Druig
Fanfic❝Muéstrame las partes más dañadas de tu alma, y yo te mostraré como sigue brillando como el oro.❞ orphic (ˈȯr-fi-k(ə-)lē) • griego (n.) Misterioso y fascinante, más allá del entendimiento común. | Druig x...