Capítulo 6 - Recuerdos de regalo

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Los primeros en llegar al barco fueron Franky y Chopper. El segundo corrió feliz a Zoro para enseñarle la lámpara de lava quedándose a hablar un rato con el espadachín antes de ir a decorar su consulta.

Franky solo pasó y saludó a la distancia con su mano y una gran sonrisa en el rostro. Este fue rápido a su taller a revisar los libros que, en efecto, no se podía leer ya que todas sus páginas estaban pegadas, algunas hasta se le notaba en el dorso que se corrió toda la tinta de sus hojas.

Con una brocha y mucho cuidado, saco el moho, la tierra y polvo, pudiéndose ver mejor algunas de sus portadas, aunque no se leía lo que decía en estas se podían reconocer por lo menos algunas letras. Todos los libros en el dorso venían marcados con un sello en particular en relieve de un gran árbol... -La biblioteca de Ohara- Pensó.

Franky tragó saliva mirando fijamente el ejemplar en su mano, no sabía si entregárselos a Robin. Sudaba frio mientras seguía limpiándolos para dejarlos más presentables, sabía que ella era la única que podía tenerlos, pero no quería lastimarla. Se quedó en silencio tomando una soda cola pensando en lo mejor para su Nakama.

-Ooaaaw, esto es muy triste y difícil- Lloró a mares Franky pensando en los posibles escenarios y actitudes que podría tener Robin con el presente.

En la cubierta Nami y Robin había llegado, Chopper no perdió el tiempo y corrió a ambas para saludarlas, les conto sobre la lámpara de lava y que la podrían ir a ver a su consulta cuando quieran pues al prenderla da colores muy bonitos – Estoy seguro que podría complementar hasta las terapias de recuperación. Es que parece que estuvieras en un lugar mágico, es muy relajante- Habló con entusiasmo Chopper.

-Ara, que bien. El lugar de descanso también es muy importante en cualquier terapia- Agregó Robin con dulzura.

-Buenos Chicos iré a la torre del cuervo a tomar mediciones del archipiélago, en cuanto llegue el grupo de Sanji con Luffy nos prepararemos para zarpar- Interrumpió Nami. La joven pelirroja tomo un pequeño den den mushi para llevárselo consigo –Me hablan por acá- Agregó apuntando el pequeño caracol y subió.

Robin tomo las bolsas de las compras y miro a Chopper – ¿Me ayudas a llevarlas a mi habitación?-

Chopper asintió y ambos caminaron hacia el dormitorio. Al cruzar el umbral de la puerta Chopper quedo sorprendido por las remodelaciones que hizo Franky -Wooow que gran librero-.

-Sí, y es un closet a la vez, mira- Robin empujó el librero solo con un dedo y este se deslizo suave para enseñar distintos compartimientos para guardar ropa.

-¡Waaa, le diré a Franky que haga algo parecido en nuestro cuarto!- Gritó con entusiasmo el pequeño reno.

En eso se escucha que tocan la puerta, Chopper fue a ver quién era encontrándose a Franky cargando una caja cubierta por una manta tras esta.

-¡Ah! Franky justo estábamos hablando de ti- Dijo Chopper con dulzura invitando a pasar al carpintero.

-Hola Franky, muchas gracias por el trabajo, no he tenido tiempo de agradecerte- Habló Robin al ver al ciborg.

-Sabía que les gustaría la súuuuper remodelación, no tienes por qué agradecerme- Hablo soberbio Franky, para luego tomar un tono de voz más serio. –La verdad es que venía hablar contigo Nico Robin, es un tema un poco delicado y no sé cómo abordarlo-.

Robin y Chopper se sorprendieron. La mujer tomo asiento en la cama de manera algo rígida como si esperara un impacto, sabía que Franky se ponía muy serio para temas importantes.

-Bueno yo me retiro- Habló con voz baja el pequeño reno.

-No hay problema en que te quedes Chopper si Robin así lo desea- Dijó Franky tomando la silla del tocador para dejar la caja sobre esta.

Robin invito al pequeño reno a que se sentara al lado de ella en la cama, fue entonces cuando Franky destapa la caja para enseñar que el contenido de esta son los libros ya limpios que había comprado.

-¡A esos libros! ¿Entonces si sirven? - Preguntó Chopper entendiendo por que su presencia no era molesta.

Franky tomo uno de estos y se los entregó a Robin. El corazón de la mujer latía a mil, intuía de qué iba el asunto, pero no podía ser, no.

Tragó saliva y tomo el libro, este estaba viejo y dañado, intento ojearlo, pero estaba rígido como un ladrillo. Lo giro para ver el dorso y ahí vio e símbolo de donde pertenecían. Lagrimas brotaron de sus ojos al instante, su corazonada no le había fallado.

El carpintero de acercó para contenerla y ella se aferró a su gran brazo metálico.

-Muchas gracias, Franky- Dijo la mujer con la voz quebrada – Gracias...-.

El carpintero acaricio el cabello de la mujer con dulzura y el pequeño reno la abrazo cálidamente.

Robin poco a poco pudo contener su tristeza alverse confortada con sus Nakamas.

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