Capítulo 8 - Escapémonos

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Los jóvenes mugiwara habían salido con sus mejores vestuarios, claramente querían lucirse y disfrutar de esta noche, además de quizás conocer un poco más de lo que ofrecían estas islas. Los 6 estaban ansiosos y usando el transporte local, una especie de taxi bicicletas, se encaminaron a su destino en la cuarta isla donde se encontraba el lugar del evento.

Todos miraron sorprendidos una gran universidad que parecía un palacio victoriano de cuatro plantas. El edificio en si estaba a oscuras, pero luces salían desde el interior de sus jardines además de asomarse por el exterior una fila de personas esperando entrar.

-¡Vamos chicos rápido!- Gritó Luffy bajándose del Taxi bicicleta para correr a la entrada mientras el chofer lo miraba anonadado junto con Zoro y Chopper que iban en el mismo taxi con Luffy.

Nami se froto la frente con sus dedos al ver la imprudente actitud de su capitán, pero luego sonrío para gritarle desde el taxi – ¡Ponte en la fila y espéranos!- Ya que la rapidez en la que iba corriendo Luffy en solitario era mayor a la que los taxis.

En tanto en el Sunny, Franky miraba los puentes iluminados y la totalidad de luces que se veían desde las diferentes islas que parecía un conjunto de luciérnagas a la distancia. Desde una de esas se divisaban flashes de luz de diferentes colores -lo más seguro es que ahí fue Luffy y el resto- pensó el carpintero apoyándose en la baranda de la cubierta dejando por un momento de lado el arreglo que estaba realizando.

Un leve ruido a madera crujir rompió con la calma del carpintero, cualquier otra persona no se hubiera percatado de eso, pero Franky tenía el talento de oír ruidos de baja frecuencia que no estaba relacionado con ninguna modificación robótica, era simple genética.

Giró apuntando con su brazo a la penumbra para encontrarse con la figura de Nico Robin que cargaba dos botellas de soda cola en las manos.

-¡Ara! Vaya recibimiento- Bromeo acercándose la mujer.

Franky bajó su brazo mirándola extrañado.

-¿Robin? pensaba que te quedarías leyendo. No esperaba que subieras... ¿Eso es para mí?- Preguntó con más dudas que respuestas en su cabeza el ciborg.

-No, ambas son para mi. Tengo mucha sed de azúcar esta noche fufufufu- Bromeo Robín entregándole una botella a Franky.

-Me canse de estar sola leyendo- musitó Robin con soltura - ¿Me quieres acompañar a la habitación?-.

-Vaya pervertida Hahaha, que humor traes esta noche Robin, quizás si debiste ir con los chicos. Aun los puedes alcanzar si vas en el Merry 2- Propuso Franky al notar el contraste de la mujer ahora que durante la tarde que lloraba sin freno.

Robin negó con la cabeza tomando un trago de bebida.

-Me siento feliz por el regalo que me diste esta tarde- Puntualizo Robin sonriéndole a su nakama. – Por fin tengo algo que me recuerda de donde soy y lo mucho que me quiere la familia que me recibió- Ambos se miraron en silencio por un largo momento hasta que Franky se largó a llorar efusivo.

-Ahhh, me alegra tanto Nico Robin... me alegra que te sientas bien y que nos veas como una familia- El ciborg se cubría el rostro con una de sus gigantes manos.

La mujer tomo la mano del ciborg para descubrir su rostro –¿Qué tal si jugamos cartas un rato?- Habló con calma mientras Franky realizando pucheros se tragaba sus emociones para tranquilizarse.

-¿Y qué tal si salimos también?- Dijó una voz profunda a espalda de Franky y Robin. Ambos voltearon sorprendidos para ver a Brook mirándolos de pie tomando una taza de té.

-Yohohohoh, lo siento no quería asustarlos, pero también tengo planes y creo que les gustará- Dijo el esqueleto acercándose de un salto.

-Cuando escuché que no irían a esa fiesta neón universitaria pensé que podría ser el momento de ir a un lugar más acorde a nuestra edad- Explico el músico.

Tanto Robin como Franky fruncieron el ceño ante la forma sutil de decir que estaban viejos en comparación al resto.

-No somos tan mayores- Dijeron a coro mirando ambos sombríos al músico.

-¿A?- tomo una larga pausa Brook para continuar carraspeando un poco para aclarar su voz –Hay un bar con buen ambiente cerca del puente con música en vivo tipo Smooth Jazz y bossa nova- Brook miró con ansiedad a ambos esperando una respuesta.

Franky y Robin se miraron ambos cruzados de brazos como leyéndose la mente.

-¿Y quién se queda cuidando el barco?- Preguntó Robin.

-Yohohohoho, acá viene lo bueno ¡NADIE! Yohohoho- Respondió con gracia Brook en tanto Franky arqueaba una ceja.

–Déjenme explicarles- continuo Brook – El local está en el puente que ven allá- Apunto el músico con sus esqueléticos dedos, este no se veía a una distancia tan retirada – Puedo separar el alma de mi cuerpo para venir a vigilar el barco en tandas de 40 minutos, me daré unas vueltas por el Sunny revisando que no haya nadie y volveré a mi cuerpo, así nos quedamos todos tranquilos- explicó el músico.

Un silencio los rodeo, todos se miraron sin dar respuesta hasta que Robin golpeo las palmas de sus manos a modo de aplauso.

-Me parece un buen plan, vamos- Dijo con simpleza dando la espalda a ambos para ir a su habitación – me iré a cambiar-

Brook y Franky se miraron para luego echarse a reír. Ambos se dirigieron a la habitación de chicos a hacer lo mismo que Robin mientas caminaban entrelazando un brazo por sobre el hombro del otro. Este era su plan de escape, una velada de adultos.

Lithe BridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora