Lithe Bridge

Capítulo 10 - Sway

En su momento de cantar Franky eligió un ritmo bailable, una especie de chachachá. Arrastró a Robin con él tomándola de la mano para hacerla girar y luego tomarla de la cintura haciendo danzar sus caderas.

"When marimba rhythms start to play

Dance with me, make me sway

Like a lazy ocean hugs the shore

Hold me close, sway me more

Like a flower bending in the breeze

Bend with me, sway with ease

When we dance, you have a way with me

Stay with me, sway with me..."

Robin solo se dejó llevar siendo guiada por su nakama, a ratos apegándose al pecho de este cuando perdía el equilibrio entre risas. Al término de la canción la mujer se estiró sobre la gran mano robótica enlazando un brazo en el cuello del ciborg y el otro extendiéndolo hacia tras mirando el techo embriagada.

Los aplausos no cesaron. Franky agradeció entregándole el micrófono a una persona cercana sujetando ahora a Robin con ambas manos.

-Estoy muy mareada... ¿Franky?- Habló con un hilo de voz la arqueóloga abrazándose al ciborg – Necesito aire fresco-.

El carpintero preocupado pagó la cuenta llevando a Robin a la calle. Apenas el frescor de la noche envolvió a la mujer las ganas de vomitar surgieron, con suma urgencia el ciborg corrió con Robin en brazos mientras ella se tapaba la boca, la llevo a un paseo mirador con vista al puente que estaba solo a una cuadra del local.

Apoyada en la baranda, vomitó todo aquello que la aquejaba quebrada abajo entre comida y alcohol. El ciborg sujetaba las cintas de cabello de ella que sé escapaban del peinado, con todo el movimiento ya se había desarmado casi en su totalidad.

Al terminar, Robin levantó su cabeza, su cuerpo temblaba como pajarillo indefenso y le costaba mantenerse de pie ya que sus piernas flaqueaban.

-Me excedí, perdón-

Franky la cubrió con su chaqueta arropándola como si fuera una manta y la sentó a una banca que solo estaba unos pasos más atrás de ellos quedando ambos mirando el puente iluminado y el mar.

El ciborg abrió la compuerta de su abdomen sacando una soda cola.

-No tienes por qué pedir perdón- Franky estiró su mano a Robin entregándole la bebida.

-Necesitas hidratarte, además estas con el estómago vacío así no te recuperaras ¿Quieres algo de comer? Creo que vi un carro de comida por allá- El carpintero miro tras su hombro para luego volver la vista a Robin que con ambas manos tomaba la botella como si fuera un elixir de vida.

-No gracias, así estoy bien- Robín le sonrió. La cara de ella había perdido color quedando pálida como un papel, pero poco a poco su nariz y mejillas iban tornándose rosadas en tanto se hidrataba.

Ambos se quedaron en silencio mirando el mar y la belleza del puente con sus luces, a esta hora de la noche no había un alma, solo uno que otro grupo de personas que iban a pubs y bares cercanos.

-¿Robin?- Habló Franky. La mujer giro al ciborg para escuchar lo que este tenía que decir, haciendo el esfuerzo de concentrar todos sus sentidos en él.

-Necesito decirte algo... mmm. No vaya hacer que nuevamente algún enemigo nos reparta por todo el mundo hahaha- Bromeo para luego sostener una de las manos de la arqueóloga tomando una breve pausa antes de finalizar su frase - Te amo- soltó sin anestesia.

Un silencio sepulcral los rodeo, el ciborg solo podía escuchar los latidos de su corazón en el tímpano, resonando como si se tratase de una bomba de tiempo a punto de explotar.

-Ya lo sabía-

Al escuchar esa respuesta el ciborg palideció – Pero ¿eeeeeeh?-.

-Desde que nos reunimos has sido muy atento conmigo lo que agradezco mucho, además eres más descarado con tus piropos y formas de buscar impresionarme fufufufu. Sospeche que tenías interés en mi pero no estaba del todo segura hasta ahora-.

Franky se largó a reír, claramente las sutilezas no eran lo suyo. Nunca tuvo miedo de expresar lo que sentía, pero no encontraba el momento hasta que llego esta extraña oportunidad.

Robin se acercó un poco más al ciborg para posar una mano sobre su rostro risueño.

-Lo siento, pero no puedo responder a tus sentimientos de forma recíproca...- sutilmente con sus dedos acarició esa mejilla que poco a poco se iba tornando fría –...No hasta que nuestro capitán se trasforme en el Rey de los piratas-.

-Momento ¿Me estás diciendo que...?- La cara del carpintero se desdibujo sorprendido.

Robin sonrió sonrojada asintiendo con el rostro –Creo que podemos esperar, ya hemos soportado dos largos años-

Franky la abrazó con fuerza moderada atrayéndola hacia él, pudiendo ambos sentir el resonar en el pecho del otro –te esperare- susurró el ciborg en el oigo de su amada – Esperare lo que sea necesario, seré súuuper paciente-.

El cuerpo de la arqueóloga se estremeció y refugió en los brazos de aquel hombre que no buscaba nada en ella, solo amarla sin otro interés de por medio. Eso la reconfortaba e impacientaba a que llegara el día que pudieran ser solo ellos dos.

Las anteriores relaciones de Robin resultaban ser tormentosas, no era la primera vez que amaba a alguien, pero si era la primera vez que se sentía segura y no utilizada. Entendía que los sentimientos del carpintero eran sinceros, que se había enamorado de ella y solo ella.

-...Te necesito- Dijó con un hilo de voz la arqueóloga, de manera imperceptible para cualquiera, pero no para Franky.

El hombre tomo distancia para mirarla, sus narices rozaban con peligrosidad. Robin sin saber que hacer solo pudo sujetarlo de las correas que tenía en el pecho.

– ¿Franky?- Susurro respirando el aliento del otro.

Franky se dejó llevar, ambos lo necesitaban... de eso estaba seguro y con un apasionado beso rompió esa tensión que se desenvolvía entre ellos.

Apenas si podían respirar, el aliento del otro era el único aire que precisaban en ese momento. Sus labios se afiebraban y sus lenguas jugaban en la boca del otro buscándose, acariciándose sin freno. Este era el único día que podían beber de si por acuerdo mutuo, el beso que sellaría ese pacto tortuoso de esperar hasta cumplir el sueño de la persona que les permitió conocerse.

Robin tomo por el cabello a su amante despeinándolo y empujándolo hacia atrás mientras se despojaba de la chaqueta que le dio calor por un breve momento, ya no la necesitaba. Su cuerpo actuaba errático, no solía ser así pero quería sentir solo y exclusivamente a Franky.

Este tampoco perdió el tiempo tomándola de la cintura con la extensión de sus manos más pequeñas o más bien de tamaño normal para después acariciar la espalda de ella.

-No me gustaría interrumpir pero...-

Ambos de detuvieron de lleno mirando en dirección a esa voz familiar.

-¿¡Brook?!- Exclamó sorprendida Robin.

-¿Hace cuánto estas ahí, Brook?- Preguntó Franky con la cara totalmente roja y exaltado.

-Lo suficiente para entender lo que está pasando acá- Brook se acercó a ellos y se sentó entre ambos en la banca mirando a uno y luego al otro -Lo que están haciendo está mal-.