Capítulo 2: Despertar en Invernalia

860 80 5
                                    


En los diez años que habían pasado desde el nacimiento de Hadrian Stark, Invernalia había sido testigo de la singularidad de su heredero. Desde muy temprana edad, Hadrian demostró una inteligencia y una perspicacia que superaban con creces las expectativas para un niño de su edad. Su padre, Rickard Stark, el Señor de Invernalia, no tardó en darse cuenta de las extraordinarias capacidades de su primogénito. Orgulloso, lo integró en las decisiones del consejo, a pesar de su juventud. Hadrian, incluso siendo solo un niño, aportaba ideas innovadoras y soluciones perspicaces a problemas que habían confundido a hombres el doble de experimentados.
Lyarra Stark, por otro lado, dedicaba su tiempo a cuidar y mimar a Hadrian, maravillándose constantemente con la singularidad de su hijo. Pronto descubrió que Hadrian poseía una chispa de magia, un regalo que los antiguos Stark solo habían conocido en leyendas. Con delicadeza, ella fomentó esta habilidad única, maravillándose de cómo su hijo podía, con solo una mirada o un gesto, hacer cosas que a otros les parecerían imposibles.
Los hermanos menores de Hadrian lo adoraban y seguían su ejemplo en todo. Eddard, o Ned, como lo llamaban cariñosamente, era inseparable de Hadrian, siguiéndolo como un cachorro fiel por los vastos terrenos de Invernalia. Benjen, apodado Ben, soñaba con ser un gran caballero, pasando horas entrenando con la espada, inspirado por las historias de valentía y justicia de su hermano mayor. Lyanna, la más joven, con solo un año de edad, era la luz de los ojos de Hadrian, que la protegía con un fervor casi paternal.
Sin embargo, había una persona en Invernalia con quien Hadrian encontraba difícil congeniar: el Maestre de la fortaleza. Hadrian veía en él una mentalidad anticuada que, en su opinión, había mantenido al Norte estancado durante generaciones. Sus discusiones eran frecuentes, especialmente cuando Hadrian argumentaba a favor de la innovación y el cambio, chocando con las rígidas tradiciones del Maestre.
Hadrian era conocido por su trato justo y respetuoso hacia todos en Invernalia, desde los más altos señores hasta los sirvientes y soldados. Podía ser duro y, cuando la situación lo requería, incluso violento, pero siempre se guiaba por un profundo sentido de justicia. No participaba alegremente en las cacerías, una tradición venerada en el Norte. Aunque era un arquero y cazador consumado, criticaba a menudo la falta de respeto mostrada por algunos hacia las criaturas que cazaban, insistiendo en que se les debía honor por su sacrificio.
Su refugio, su santuario, era el bosque de dioses. Desde que lo descubrió a la edad de cinco años, Hadrian había sentido una conexión profunda con este lugar sagrado. Los antiguos árboles y el silencio del bosque le ofrecían un sentido de paz y pertenencia que no encontraba en ningún otro lado. Lyarra, a menudo, lo observaba desde la distancia, viendo cómo su hijo parecía entablar una comunicación muda con la naturaleza misma, como si los susurros del viento y el crujir de las hojas le hablaran directamente al alma.
La unión de la familia Stark era la envidia de muchos, una prueba de la fuerza que reside en el amor y la lealtad. Bajo la guía de Hadrian, los Stark no solo prosperaban, sino que también se preparaban para enfrentar cualquier desafío que el futuro pudiera traerles, unidos y fuertes, como una verdadera manada de lobos.
En el amplio salón del castillo de Invernalia, cuyas robustas paredes de piedra resguardaban del frío exterior y las vastas alfombras de piel cubrían el suelo, Hadrian Stark presentaba su más reciente proyecto a su padre, Rickard Stark. Los altos ventanales permitían la entrada de la tenue luz del norte, iluminando los antiguos tapices que contaban las gestas de los Stark a lo largo de las generaciones. Frente a una gran mesa de roble, sobre la cual se extendían varios rollos de pergamino con detallados dibujos de arados, Hadrian comenzó su exposición con un marcado entusiasmo.
"Padre, he estado estudiando técnicas avanzadas de cultivo y creo que estos diseños podrían revolucionar la forma en que trabajamos la tierra en el Norte," inició Hadrian, señalando los dibujos ante ellos. "Estos arados están pensados para romper la capa de hielo superficial y hacer nuestras tierras más fértiles. Además, he investigado sobre semillas híbridas que podrían resistir mejor el frío."
Rickard Stark, un hombre de presencia imponente con el cabello oscuro y ojos que reflejaban la firmeza de su linaje, observaba con atención, aunque con una ceja levantada en señal de escepticismo. "Hadrian, admiro tu ingenio y tu deseo de mejorar las tierras del Norte. Pero tienes diez años. Es arriesgado basar el futuro de Invernalia en teorías, por más prometedoras que sean."
El Maestre, presente también, con su cadena de servicio colgando alrededor de su cuello, asintió con la cabeza. "El joven lord Hadrian es sin duda inteligente. Sin embargo, las prácticas agrícolas del Norte han sostenido a nuestras gentes por generaciones. Deberíamos tener cuidado antes de hacer cambios drásticos."
Hadrian, sin desanimarse, replicó: "Entiendo la importancia de la tradición, pero el Norte siempre ha sido resiliente. Estos cambios nos permitirían ser menos dependientes de los suministros del sur. Creo que es un riesgo que vale la pena tomar para asegurar nuestra autosuficiencia."
Rickard cruzó sus brazos, contemplando los diseños con una mirada pensativa. "Tu visión para el futuro del Norte es admirable, Hadrian. Pero ¿cómo podemos asegurar que estas nuevas semillas no perturbarán el equilibrio de nuestras tierras? ¿Y que los arados que propones no causarán daño más que beneficio?"
Hadrian mantenía su postura, con la determinación brillando en sus ojos. "He hecho cálculos y observaciones. Los arados mejorarán la eficiencia sin comprometer lo que ya funciona, y las semillas... Estoy convencido de que podemos encontrar variedades que se adapten bien a nuestro clima sin alterar el ecosistema."
El Maestre intervino de nuevo, su tono lleno de cautela. "Las intenciones del joven lord son loables, ciertamente, pero debemos considerar la receptividad de nuestros vasallos hacia estos cambios, y cómo se alinean con las tradiciones que valoramos."
"Es una consideración justa," concedió Rickard, mirando a Hadrian. "Si quieres llevar adelante este proyecto, tendrás que demostrar no solo su viabilidad, sino también cómo se puede integrar respetuosamente con nuestras costumbres. ¿Estás preparado para eso, Hadrian?"
Hadrian asintió con confianza. "Lo estoy, padre. Iniciaré a pequeña escala, para mostrar los beneficios tangibles. Con resultados que hablen por sí mismos, estoy seguro de que podremos convencer a todos de su valor."
Rickard esbozó una leve sonrisa, impresionado por la madurez y la determinación de su hijo. "Entonces procedamos con cautela. Si hay algo que respetamos en el Norte, son los hechos probados. Demuestra que tu visión puede coexistir con nuestras tradiciones, y tendrás mi apoyo completo."
Este intercambio no solo fortalecía la resolución de Hadrian de traer innovación al Norte, sino que también subrayaba el respeto mutuo entre padre e hijo, unidos en su amor por su tierra y su gente, aun cuando la magia de Hadrian se mantuviera oculta a sus ojos.
Unos meses después del inicial escepticismo y las conversaciones llenas de promesas y precauciones, los esfuerzos de Hadrian, junto con la incansable ayuda de sus hermanos Ben y Ned, empezaban a dar frutos, literalmente. Sin el apoyo de trabajadores adicionales, pues su padre Rickard había decidido que este proyecto debía ser una empresa puramente familiar para comenzar, los tres hermanos Stark se dedicaron con vehemencia a la tarea, trabajando desde el amanecer hasta el ocaso.
Pronto se dieron cuenta de que para tener éxito en su empeño, necesitaban innovar aún más. Inspirados por la inteligencia y creatividad de Hadrian, y bajo su guía, construyeron cúpulas que funcionaban como invernaderos sobre las parcelas experimentales. Estas estructuras permitían mantener una temperatura constante, protegiendo las semillas híbridas del implacable frío del Norte. A través de muchos experimentos, ajustes, y el esfuerzo físico de construir los invernaderos con sus propias manos, los hermanos lograron crear un microclima ideal para el crecimiento de sus cultivos.
El progreso era visible: las plantas dentro de las cúpulas crecían más fuertes y sanas que cualquier otro cultivo que se hubiera visto en Invernalia. Los hermanos, cubiertos de tierra y sudor después de largas jornadas de trabajo, no podían estar más orgullosos de lo que habían logrado hasta ese momento. Su éxito era un testimonio tangible de su dedicación, ingenio, y la firme creencia en la visión que Hadrian había planteado meses atrás.
Desde la distancia, su padre, Rickard Stark, observaba con un creciente respeto y admiración. La determinación y el éxito de sus hijos en el proyecto no solo habían demostrado la viabilidad de las ideas de Hadrian, sino que también prometían un cambio significativo en la autosuficiencia del Norte. Lyarra Stark, con una mezcla de orgullo maternal y esperanza, abrazaba a su esposo, compartiendo con él la convicción de que sus hijos, liderados por la visión innovadora de Hadrian, estaban en camino de transformar el Norte.
Esta empresa, aunque pequeña y familiar, estaba sembrando las semillas de un futuro en el que el Norte podría no solo resistir los crueles inviernos, sino también prosperar a pesar de ellos. Los esfuerzos de los hermanos Stark estaban demostrando que incluso en las tierras más inhóspitas, la innovación, el trabajo duro, y la unidad familiar podían dar lugar a un renacimiento de la prosperidad y la esperanza.
Después de un año de intenso trabajo y dedicación, el proyecto de Hadrian Stark y sus hermanos finalmente llegó a su momento culminante. Lo que había comenzado como un experimento arriesgado, se convirtió en un triunfo sin precedentes para Invernalia. La tierra, una vez estéril e inhóspita durante los largos meses de frío, ahora florecía con una abundancia que desafiaba todo escepticismo inicial. La cosecha reveló no solo una producción triplicada en comparación con parcelas de tamaño similar sino también una diversidad de cultivos que el Norte nunca había visto: maíz, cebada, trigo, papas, chayotes y varios tubérculos más enriquecían ahora las despensas de Invernalia.

El éxito del experimento de Hadrian se celebró con una gran fiesta en el castillo, una noche donde la alegría y la esperanza llenaron los corazones de todos. Por primera vez, Rickard Stark, con un orgullo palpable y una admiración renovada por su hijo, reconoció públicamente los logros de Hadrian. Ante los señores y damas, los vasallos y los miembros de su familia, Rickard le dio luz verde a Hadrian para expandir sus innovadoras prácticas agrícolas por todo el Norte.

"Por Hadrian Stark, cuya visión y perseverancia han abierto un nuevo camino para el Norte," proclamó Rickard, alzando su copa en un brindis que fue eco en toda la sala. Los vasallos de la Casa Stark, testigos del renacimiento traído por la juventud y la innovación, brindaron con entusiasmo, deseosos de que las enseñanzas y el éxito de Hadrian llegaran a sus tierras.
Con apenas once días de nombre, Hadrian Stark se posicionaba ya como uno de los señores más influyentes que Invernalia vería en generaciones. Su éxito no solo prometía un futuro más próspero para el Norte sino también marcaba el inicio de una era donde la tradición y la innovación podrían coexistir para el bienestar de todos.
La fiesta continuó hasta altas horas, con música, danzas y un festín que presentaba los frutos del trabajo de Hadrian y sus hermanos. Era una noche de celebración, pero también de promesas para el futuro. Las semillas que Hadrian había plantado, tanto en la tierra como en las mentes de su pueblo, prometían un legado duradero, uno que transformaría el Norte de maneras que apenas comenzaban a imaginar.
En los días siguientes, Hadrian, junto con Ben y Ned, comenzó a planificar su próximo gran proyecto: la implementación de sus técnicas agrícolas en toda la región. Con el apoyo de su padre y el respeto de los vasallos, Hadrian estaba listo para llevar al Norte hacia una era de abundancia y prosperidad, consolidando su lugar como un verdadero líder y visionario de su tiempo.

Entre Magia y Dragones: El Renacimiento de ValyriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora