Entre Magia y Dragones: El Renacimiento de Valyria

Capítulo 18 - A Cargo del Norte

El ritual en el bosque de los dioses había dejado una marca indeleble en el norte, conmocionando a todos los que presenciaron o escucharon hablar de la divina manifestación. Mientras el norte digería los eventos, Hadrian encontró refugio en su conexión espiritual con Hipnos, buscando comprensión y guía en medio de la tormenta de emociones y responsabilidades que ahora enfrentaba.

En la quietud de su santuario mental, Hadrian escuchaba a Hipnos, cuya presencia era tan calmante como siempre. El dios le explicó la importancia de su reconocimiento como un enviado de los dioses, algo que, aunque abrumador, era esencial para fortalecer su liderazgo y la unidad del norte. "Es voluntad divina que ejerzas la magia, Hadrian. El norte te apoyará, pues ahora te ven no solo como su señor sino como su protector ungido," declaró Hipnos con solemnidad.

La conversación tomó un giro aún más personal cuando Hipnos reveló que Hadrian pronto sería padre. "Tu hijo será la bendición que el norte necesita para consolidarse," afirmó, llenando a Hadrian de una mezcla de asombro y anticipación. Las palabras de Hipnos sobre el futuro resonaron profundamente en él, proporcionándole un sentido de propósito y destino aún mayor.

Despertó de esta visión, no en el torreón del heredero como hubiera esperado, sino en los cuartos señoriales que ahora le correspondían. La habitación estaba sumida en la oscuridad, tranquila y reservada para la reflexión y el descanso del señor de Winterfell. A pesar de la falta de luz, Hadrian sintió la presencia reconfortante de su esposa, Daenerys, cuya mano cálida acariciaba su rostro con ternura. El contacto suave le trajo un alivio instantáneo y su corazón latió más rápido al darse cuenta de que ella había estado a su lado, cuidándolo durante todo el tiempo que había estado inconsciente.

"¿Dany?" susurró, buscando su mano en la oscuridad.

"Estoy aquí, Hadrian," respondió ella suavemente, apretando su mano con fuerza. "No te he dejado, ni lo haré."

El reconocimiento de su nueva realidad como señor de Winterfell y la noticia de su próxima paternidad convergieron en ese momento, proporcionándole una claridad inesperada. Sabía que los desafíos por venir serían muchos, pero con Daenerys a su lado y el apoyo indiscutible del norte, se sentía preparado para enfrentar cualquier cosa que el destino pusiera en su camino.

A medida que se acostumbraba a la oscuridad del cuarto, Hadrian comenzó a planificar. Hablaría con los señores del norte, consolidaría su posición y prepararía el terreno para la llegada de su hijo. Cada paso sería medido; cada decisión, impregnada de la sabiduría de los dioses antiguos y la estrategia necesaria para guiar al norte hacia un futuro próspero y seguro. Con cada latido de su corazón, Hadrian Stark se sentía más determinado a vivir hasta el final de la leyenda que ya empezaba a formarse a su alrededor.

En una fría mañana de otoño, los estandartes de las casas del Norte ondeaban orgullosamente sobre Winterfell, cuyas robustas murallas de piedra gris resplandecían bajo un cielo pálido y nublado. El gran salón del castillo, un vasto espacio adornado con tapices que mostraban escenas de caza y batallas antiguas, estaba preparado para recibir a los señores del Norte. Las antorchas ardían en sus soportes, lanzando un baile de sombras sobre los rostros serios y expectantes de los nobles reunidos.

Hadrian, vestido con un simple pero elegante jubón de lana gris y un manto negro bordado con el emblema del lobo huargo de los Stark, se paró frente a su viejo asiento en la cabecera de la larga mesa de roble. A su lado, Daenerys, radiante y ya mostrando signos de su futura maternidad, llevaba un vestido azul oscuro que complementaba sus ojos y estaba adornado con pequeños hilos de plata, un sutil homenaje a su herencia Targaryen.

"Señores y señoras de las casas del Norte," comenzó Hadrian, su voz resonando con autoridad y calidez en el amplio salón. "Os he convocado para compartir visiones y fortalecer lazos, fundamentales para el futuro próspero que todos deseamos."