El cielo sobre Winterfell estaba claro y brillante, un raro respiro de la incesante nubosidad del Norte. Las noticias de la llegada de Rhaegar habían llenado el castillo de una atmósfera de expectación. Los estandartes de los Stark ondeaban majestuosamente, y la fortaleza parecía más viva que nunca con el bullicio de los preparativos.
Lyanna Stark se encontraba en el patio principal, su corazón latiendo con fuerza mientras observaba la puerta del castillo. Vestía un elegante vestido de lana gris oscuro, adornado con bordados plateados que representaban el lobo huargo de su casa. Su cabello oscuro caía en suaves ondas, decorado con un simple pero elegante broche de plata. La joven Stark no podía ocultar su emoción y nerviosismo; su prometido, el Rey Rhaegar Targaryen, estaba a punto de llegar a Winterfell.
Rhaegar había venido a discutir la creciente tensión en el reino provocada por el renacimiento de los dragones y la magia, y para ver cómo los dragones habían cambiado la dinámica del Norte. Lyanna había esperado este momento con ansias, no solo por su amor por Rhaegar, sino también porque sabía lo importante que era esta visita para el futuro del Norte.
Cuando el grupo de jinetes apareció finalmente en el horizonte, un murmullo recorrió a los presentes. Los estandartes de la Casa Targaryen y el pequeño séquito que acompañaba al Rey avanzaban hacia la entrada principal. Rhaegar, con su imponente presencia, destacaba incluso entre sus más leales guardias. Vestía una armadura negra decorada con el dragón tricéfalo de su casa, y una capa roja que ondeaba al viento. Su cabello plateado brillaba bajo la luz del sol, y sus ojos violetas buscaban ansiosamente a Lyanna entre la multitud.
Cuando Rhaegar desmontó de su caballo y sus ojos se encontraron con los de Lyanna, todo a su alrededor pareció desvanecerse. Con pasos firmes pero apresurados, se dirigió hacia ella, y en un gesto cargado de afecto y respeto, tomó su mano y la besó suavemente.
"Mi querida Lyanna," susurró Rhaegar, sin apartar la mirada de sus ojos. "Es un honor estar de nuevo a tu lado."
Lyanna sonrió, su corazón aliviado y lleno de alegría. "Mi Rey," respondió con una reverencia, aunque su tono era cariñoso y personal.
Hadrian, que había estado observando desde las escaleras del castillo, descendió para unirse a ellos. Vestía una túnica gris con bordados negros y una capa de piel que le daba un aire de severidad y autoridad. Su rostro mostraba una mezcla de satisfacción y preocupación.
"Rhaegar, es un placer darte la bienvenida a Winterfell," dijo Hadrian, extendiendo su mano en un gesto de amistad y respeto.
"Hadrian, mi buen amigo," respondió Rhaegar, tomando su mano con fuerza. "Tenemos mucho de qué hablar."
Mientras los señores y la comitiva real se instalaban, Hadrian y Rhaegar se dirigieron al salón principal para discutir los asuntos urgentes. El salón, iluminado por antorchas y una gran chimenea, era imponente y acogedor al mismo tiempo, con tapices que narraban la historia de la Casa Stark y mesas llenas de alimentos y bebidas para los invitados.
Rhaegar observó atentamente a Hadrian, reconociendo el peso de la responsabilidad que su amigo llevaba sobre sus hombros. "Hadrian, los rumores sobre los dragones y la magia han llegado a Desembarco del Rey. Hay quienes están preocupados y otros que ven esto como una oportunidad. ¿Cómo planeas manejar la situación?"
Hadrian asintió, consciente de la gravedad del tema. "Rhaegar, he estado trabajando para integrar a los dragones en nuestras defensas y en nuestra vida cotidiana aquí en el Norte. Pero también debemos ser conscientes de las amenazas que esto trae, tanto de fuera como de dentro."
Antes de que pudieran profundizar en su conversación, una alarma resonó por todo el castillo. Un mensajero entró corriendo al salón, su rostro pálido y sudoroso. "¡Mi lord! ¡Mi rey! Un grupo de hombres armados ha sido avistado cerca de las cavernas donde se crían los dragones. Parecen ser atacantes."
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Entre Magia y Dragones: El Renacimiento de Valyria
FanfictionDespués de la tumultuosa batalla final en Hogwarts, Harry Potter se encuentra cara a cara con la Muerte. Esta entidad, intrigada por la fortaleza y pureza de Harry, le revela una tarea pendiente en un mundo lejano y desgarrado por la guerra: Westero...