Capítulo 4: El Norte Recuerda

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Tres años habían pasado desde que Hadrian Stark, con apenas once años, comenzó a revolucionar las prácticas agrícolas del Norte. Ahora, a sus catorce años, había extendido su visión mucho más allá de los campos y cultivos. Bajo su influencia, el Norte había alcanzado un nivel de autosuficiencia que desafiaba las expectativas más optimistas. No solo habían disminuido drásticamente su dependencia de los sureños para el sustento, sino que también habían comenzado a importar mercancías más por placer que por necesidad. Hadrian había trazado un camino de prosperidad y avance que había empezado a cambiar la fisonomía y el destino del Norte.

Además de sus innovaciones en la agricultura, Hadrian había hecho significativos avances en construcción y planificación urbana. Con una visión clarividente, entendía que el crecimiento desmedido y sin planificación podía llevar a problemas insuperables a largo plazo, como había ocurrido en varias ciudades del sur. Así, se había ocupado de establecer criterios para el abastecimiento de agua, la distribución de vialidades y la gestión de residuos. El joven Stark veía más allá del horizonte inmediato, planeando un futuro sostenible para su gente.

A pesar de la carga de responsabilidades y los viajes constantes para asesorar a los señores del Norte en la implementación de sus innovaciones, lo que Hadrian más valoraba eran los momentos que pasaba en Invernalia, especialmente con su madre, Lyarra Stark. La relación entre madre e hijo era profundamente afectiva; Hadrian, quien no había tenido la oportunidad de disfrutar de estos momentos en su vida anterior, ahora los atesoraba. Lyarra, por su parte, amaba a Hadrian con una intensidad que solo una madre podía entender. Veía en él no solo al futuro Señor de Invernalia sino al hijo que había traído una era de cambio y esperanza al Norte.

En esos días, Lyarra estaba embarazada nuevamente. Sin embargo, no estaba siendo un embarazo fácil. A sus treinta y cuatro años, aunque aún en la plenitud de su vida, enfrentaba desafíos que preocupaban profundamente a Hadrian. Decidido a no perder a su madre, Hadrian comenzó a prepararle pociones, usando su conocimiento oculto de la magia para asegurar su bienestar. Estas pociones, mezcladas con el cuidado y la dedicación de Hadrian, aliviaron los malestares de Lyarra, fortaleciendo su salud día tras día.

Rickard Stark, viendo el crecimiento y la madurez de su hijo, había comenzado a delegarle muchas de las funciones señoriales. Confianza y orgullo marcaban su relación, un reconocimiento silencioso del legado que Hadrian estaba construyendo para el Norte. Aunque el joven Stark llevaba a cabo muchas de estas tareas con excepcional habilidad, era en su preocupación por su familia donde su corazón verdaderamente brillaba.

El Norte, testigo del ascenso y la influencia de Hadrian Stark, comenzaba a murmurar historias sobre su joven lord. "El Norte recuerda", decían, no solo refiriéndose a las viejas lealtades y agravios sino también al renacimiento que Hadrian había traído consigo. En Invernalia, en las aldeas y castillos a lo largo y ancho de sus vastas tierras, todos empezaban a mirar hacia un futuro que, gracias a Hadrian, se mostraba más brillante y prometedor que nunca.

Lyarra, fortalecida por el amor y el cuidado de su hijo, miraba hacia adelante con esperanza. En su corazón, sabía que el Norte estaba cambiando, transformándose en un lugar donde la vida sería mejor para todos sus hijos. Y en el centro de este cambio estaba Hadrian, su hijo, quien con su sabiduría y su corazón, estaba escribiendo una nueva historia para el Norte, una historia que sería recordada por generaciones.

Mientras el Norte florecía bajo la guía y las innovaciones de Hadrian Stark, no todos veían estos avances con buenos ojos. En particular, algunos señores del sur comenzaron a resentir la creciente independencia del Norte. Entre ellos, el señor de Aguas Dulces, cuyas tierras habían sido un proveedor crucial de mercancías para el Norte durante generaciones, se encontró de pronto con excedentes de productos que anteriormente eran vendidos sin dificultad a sus vecinos del norte. Esta repentina disminución en la demanda representaba no solo una merma significativa en sus ingresos sino también un desafío a su estatus y poder económico.

Entre Magia y Dragones: El Renacimiento de ValyriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora