No sabía cuanto tiempo llevaba allí dentro, pero parecían haber sido dos días. Su estómago gruñia desesperado por alimento, y no paraba de doler. Se agarraba su panza mientras se quejaba del dolor.
La puerta fue abierta, dejando ver a Kizano. Este estaba arreglado, parecía haber venido de la Academia. A pasos cortos se acercó al lastimado Ayato, para sentarse en la cama.
—¿Que tienes?, ¿Por que estas haciendo así?, ¿Ayato? —Preguntó Kizano, mientras veía con preocupación como su novio se retorcia en la cama.
—Me duele... T-tengo... —Antes de poder decir algo más, empezó a cerrar sus ojos, sintiéndose terriblemente mal por la deshidratación y el hambre.
🪫🪫
—He visto que el joven tiene un cuadro de desnutrición muy severo. Le mandaré unas vitaminas para que suba de peso, dígame, usted ha estado consciente de que su novio no se ha alimentado bien estos días? —Preguntó el doctor, mientras anotaba en un papel todo lo que debía darle a Ayato.
—Oh, no lo sabía, estuve de viaje por dos días y no estaba muy consciente de la situación de mi novio, y más porque no vivíamos juntos! —Dijo Kizano, mientras se santificaba lo más que podía.
—Bueno, ahora ya sabe, y es necesario que lo cuide, nos vemos joven Sunobu—Dijo el doctor, para salir del Departamento.
Kizano soltó un quejido, para cerrar la puerta e ir hasta donde estaba Ayato dormido. Se le había puesto un suero para la deshidratación, y se encontraba dormido. Kizano fue a la cocina, y empezó a cocinar algo ligero, sopa.
Después de hacerla, la llevo hasta la habitación de Ayato, el cual se estaba despertando con un fuerte dolor de barriga, pero se sentía un poco mejor por el suero. Miro a Kizano con miedo, sus ojos habían perdido brillo alguno, y ya realmente no le importaba lo que Kizano le hiciera. Ya no le importaba su vida, Kizano lo había moldeado y lo controlaba a su antojo, bajo la amenaza de golpes e insultos los cuales lo dejaban sin una estabilidad.
Ya no tenía permiso de tener amigos, porque Kizano tenía celos de todo. No podía tener comunicación con su familia, ya que Kizano le decía que ellos solo sabían meterle ideas raras en la cabeza, cuando solo eran consejos de que se alejara de Kizano. Apenas y hablaba con sus vecinos, ya que a Kizano no le gustaba que el tuviera tanta confianza con ellos. Claro, Ayato tenía su celular, y podía comunicarse con pocas personas, y con quien más hablaba era con el Guardia de Seguridad.
Kizano se acercó con el plato, dejándolo en las piernas de Ayato. Este enseguida empezó a comer, sentía como su cuerpo empezaba a maquinar nuevamente debido a la comida digerida, y como su paladar despertaba gracias a los sabores de la carne y la verdura, sonrió, para seguir comiendo.
Cuando terminó, Kizano miro los brazos de Ayato, los cuales tenían marcas de azotes por la última vez que agredió a Ayato. Su piel aún se veía abierta, parece que el doctor no se percató muy bien de esas heridas, pero eran superficiales, por suerte de Kizano. Este se llevó el plato, para fregarlo e ir hasta donde estaba su novio.
—Vistete bien, y vas al comedor—Dijo Kizano, para salir del cuarto nuevamente.
Ayato obedeció por miedo. Se dio un baño, sintiéndose mejor y más limpio, y se vistió con una camisa a rayas, y un pantalón negro ancho, para ponerse sus pantuflas y bajar a la sala. Todo estaba oscuro, y en la mesa se veía una pequeña luz, se acercó, y se encontró con un pastel, el cual tenía unas velas que formaban el número "18". Ayato se acercó, mirando así su pastel de cumpleaños.
—Feliz cumpleaños amor—Dijo Kizano, mientras abrazaba a Ayato por detrás.
—Gracias Kizano... —Dijo Ayato, para sonreír.
Ayato soplo las velas, y partió el pastel. Miro algo peculiar dentro de su pedazo, por lo que empezó a retirar el extraño objeto del pastel, viendo así, un anillo de compromiso. Ayato quedo sorprendido, y miro a Kizano, el cual estaba con una sonrisa. Este miro a Ayato, el cual no sabía cómo reaccionar.
—Ayato, amor mio, te casas conmigo? —Dijo Kizano, con una sonrisa la cual demostraba manipulación y maldad.
—Y-yo... —Dijo Ayato nervioso, el cual tenía miedo.
Después de unos minutos, Kizano se sentía enojado y muy molesto, ya que Ayato no le respondía. En su mente, Ayato estaba diciendo que no, pero no podía permitir eso!, así que se levantó, y tomó el cuchillo con el cual estaba cortando el pastel, y se acercó a Ayato, para levantar su brazo, y asustar a Ayato.
—¡¿Te casas conmigo si o no?!, ¡Si no es por las buenas por las malas será! —Dijo Kizano, el cual estaba asustado de que Kizano le hiciera algo con ese cuchillo.
—¡Si!, ¡Pero no me hagas nada! —Dijo Ayato, mientras intentaba cubrirse.
—¡¿Tan difícil era hacer eso?!, ¡Aprende a hacer las cosas bien! —Para soltar a Ayato, el cual se quedó tapado con sus brazos en su lugar.
Kizano se fue, dejando solo a Ayato, el cual seguía llorando. Su llanto era incontrolable, mientras se abrazaba a si mismo pidiendo que esto fuera una pesadilla, y que el maltrato cesará de una vez por todas. Miro lo que quedaba del pastel, para levantar su puño y estamparlo en el, y hacer lo mismo muchas veces más, tirando el pastel al piso y gritando, para agarrar pedazos grandes y meterlos en su boca mientras lágrimas corrían por sus mejillas y se llenaban del glaseado azul del pastel.
Ese había sido el peor cumpleaños de su vida.
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~𝐕𝐢𝐨𝐥𝐞𝐧𝐭𝐨́𝐦𝐞𝐭𝐫𝐨~[𝚊𝚢𝚊𝚝𝚘 𝚡 𝙺𝚒𝚗𝚊𝚣𝚘 ]
Fanfiction✭𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧 𝐬𝐞 𝐌𝐈𝐃𝐄. ✭𝐏𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐃𝐄𝐑𝐄𝐂𝐇𝐎 𝐃𝐄 𝐕𝐈𝐕𝐈𝐑 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐬𝐢𝐧 𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀.