# ° # CAP 1 # ° #

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La mañana era hermosa, el sol resplandecía y los pajaritos cantaban. Aquello era muy hermoso de admirar y sabiendo que en esta temporada del año era la mejor de todas para Zhan.

Otoño es una mezcla de muchas experiencias que brotaban en sí ser y no podría describirlas en un papel, tampoco verbalmente; pero el sentimiento que emergieron en sí sería el incentivo que necesitaba para estar en paz.

De todas las estaciones del año, otoño era la que más le gustaba al igual que la lluvia. El olor a tierra mojada y sentir el frío que se filtraba por las ventanas le encantaba e inspiraba a imaginar muchas cosas que solo podrían pasar en su alocada cabeza.

Se levantó de golpe de la cama al recordar algo, como el hecho de que el tiempo es oro y debía aprovecharlo al máximo antes de que empiecen nuevamente las clases y no tenga tiempo para nada.

-Al fin terminé y solo me quedan cuatro meses. Ya mismo podré hablar con Riley sin problemas a equivocarme. -sonreia como tonto-. Auch. Hoy no estómago. Hoy no me vas a dar problemas.

Había pasado por tantos cambios en su vida que aquello no le quitaba el sueño, como el enfrentar a un profesor nuevo de inglés que le tocaba en este nuevo semestre. Pero todo valdrá la pena cuando obtenga su título.

Si todo iba como lo planeado quizás en un año podría estar enseñando inglés en algún colegio o universidad que se solicite. O mejor aún, podría viajar y conocer otros lugares que siempre deseó pero por falta de dinero jamás pudo.

-¡Tengo una semana entera para dedicarme a mis ejercicios, acomodar mi cuarto! Pero sobre todo para ver mis novelas. -mordió su labio-. Esto es un completo lío. No tendré tiempo para repasar. Diablos. Debo organizarme right now!

A sus veintinueve años había imaginado muchas cosas y soñar era algo que siempre lo motivaba a seguir adelante, aunque su condición no lo ayudaba mucho, pero ya se había hecho a la idea de cómo enfrentarlo.

La enfermedad estaba en total control y rezaba porque así se mantuviera mucho tiempo. Muchos años sin poder hacer sus cosas libremente y estar al pendiente de que nueva dolencia aquejaba su cuerpo lo tenía al borde del colapso.

-Debo visitarlo. -susurro para si mismo-. Debo llevarle un bonito regalo.

-Zhan te buscan.

-¡Hola señora Yi! .-sonrió nerviosamente pensando que lo habían escuchado-.

-Hola querido.

-¿Quién me busca YiYi?

-El señor Wang. Quiere que lo veas en su despacho Zhannie. No demores.

-Mmm. Ok. En cinco minutos iré. Gracias.

Pero nada fue peor que el haberse casado con un hombre al que le interesa un reverendo pepino su vida y su amante no pierde oportunidad para restregar en su cara que jamás lo amará.

No niega que en su momento trató de todos los medios de agradar a Wang Yibo, pero se dio cuenta que su vida no podía girar en una persona y decidió que lo mejor era dar un rumbo definitivo a su vida.

-¿Qué será lo querrá decirme? .-caminaba por el pasillo-.

-¿A dónde vas tan distraído conejo tonto?

-...

-Maldito mocoso ¡Responde cuando te hable!

-... -gimió por el jalón de cabellos-. Suéltame loca.

-Te estoy hablando y me ignoras ¿Acaso no sabes quien soy yo en este lugar?

-Claro que se quien eres. Ya ¡Suéltame!

Si no lo querían, tampoco iba estar humillando. Era demasiado para un simple perro, al menos era lo que pensaba desde hace dos años y medio. Aunque no entendía porque Lisa seguía fastidiando, pero ahora contestaba sus ataques dejándola en total ridículo, pero está vez lo habían agarrado sin opción a defenderse.

-Te voy a enseñar a respetar.

-¿Qué está pasando aquí?

-Querida suegra...

-¡No te atrevas a llamarme así maldita niña!

-Pero.

-Nada. Y suelta a Zhan.

-El me lastimó y solo me defendí.

Zhan no hablaba y aquello era algo que empezaba a exasperar a Zhuo Cheng. Ya no sabía cuántas veces le había hablado del tema.

-Si claro. Y a mi perro le bajaron las bolas.

-¡Oye más respeto con Fiffy Zhuo Cheng!

-Perdón madre.

-Yo se tus intenciones niña y será mejor que vayas acostumbrando a que nunca serás la señora de esta casa.

-No se porque me trata así. Yo amo a su hijo.

-No te queda el papel de víctima. Me enferma verte y grábate esto. Mientras yo viva jamás lo permitiré y tú. -mirando a Zhan-. Ve con tu esposo que lleva esperándote.

-Permiso Madam Ann.

-Acompáñalo para que no se pierda.

-rodando los ojos-. Ok. Sígueme.

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La señora Ann era la única persona que extrañaría cuando se fuera de la casa, pero trataría de visitarla cuando no esté su ex marido. Aunque ahora lo trataba diferente a cuando llegó, sabía que él mismo tenía culpa.

-Debes aprender a defenderte. No porque sea mujer va tener la ventaja sobre ti.

-Lo sé cuñado, pero al final siempre terminan ganando y quedó como el peor ser humano del mundo por meterme con una mujer.

-Un día todo cambiará Zhan.

-Mmmm.

-Necesitas poner de tu parte. No te va caer del cielo la solución.

-Gracias. Lo tendré en cuenta.

-¿Enserio dirás gracias? ¿LO TENDRÉ EN EN CUENTA?

-Mmm.

-mirándolo brevemente-. Por eso mi hermano jamás te verá como algo más que un niño. No puedes tan siquiera defenderse y aceptas todo lo que te dicen.

Zhan no era tonto como pensaba los demás, pero estaba cansado de ser siempre al que sin razón alguna juzgaban. Solo era cuestión de tiempo para hacer un esfuerzo más y habrá valido la pena, puesto que tenía la herencia que su tío le dejó y jamás uso.

De ese dinero nadie sabía su existencia y era excelente para sus fines. Había planificado todo con antelación al ver que en unos cuatro meses podría buscar un trabajo y pedir el divorcio de la forma más sencilla.

Solo era cuestión de esperar un poco más ya que tenía planeado bailar en el bar de Liu Hai Kuan y ser mesero cuando acabara su prestación. Con todo lo demás tendría suficiente para vivir dignamente.

-Entra.

-Gracias. 

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