Aprovechando el fin de semana, me encerré en mi apartamento terminando de ajustar las partes de mi plan. A penas podía dormir de la emoción, pero nada que una energizante no pudiera ayudarme.
Tuve que crearme una nueva identidad, después de todo, no podía volver al pueblo en que nací siendo la misma persona, podrían encerrarme en un loquero. Decidí utilizar mi segundo nombre, Jennifer, y el apellido de mi actriz favorita en el mundo: Zendaya Coleman. Nadie en el 2004 sabría quien era Zendaya, nadie lo cuestionaría. En cuanto a mi identificación, para mi sorpresa fue lo mas fácil de conseguir y es que existen aficionados que recrean identificaciones de años atrás a la perfección, por mera colección.
En cuanto a la ropa, tuve que basarme en algunos atuendos de Friends, para parecer mas adecuada a la edad y época. Y me había aprendido de memoria algunos resultados de partidos de distintos deportes que vendrían en un par de días. Necesitaba dinero para poder arrendar un lugar en Lake Geneva, además de poder vivir un tiempo si no tenía trabajo.
Reuní todo en una mochila y me sentía lista para volver en el tiempo aquel lunes por la mañana. Era aún de madrugada, pero a quién engañaba, desde hace días no podía dormir y sabía perfectamente que los Beesley a esta hora comenzaban a preparar su local.
Me despedí de Lottie y la acaricié hasta que ella misma se sintió sofocada y volvió a su pequeña cama.
- Te voy a extrañar. - le digo desde la puerta del apartamento. - Nos vemos en... - miré mi reloj. - en unas horas. - digo emocionada y me marcho de una vez por todas, luego de asegurarme de dejarle la comida necesaria para los dos minutos que ella percibiría que me habían ido.
Llegué a la fuente de soda y viendo que aún no abrían al público, entré por la puerta del costado.
- ¡Señora Beesley! - exclamo buscándolos hasta que nos encontramos frente a frente.
- Millie querida, ¿qué haces aquí? - preguntó sorprendida. - ¿A esta hora?- insiste y yo le muestro mi mochila.
- Estoy lista para viajar. - digo emocionada y ella sonríe.
- Beesley - le grita a su marido emocionada. - Finalmente lo hará. - dice sacudiendo el brazo de su esposo. - Podrás resolver tus asuntos cariño, eso es increíble.- acaricia mi brazo mientras nos lleva al callejón.
- Los Beesley del pasado ya saben de tu visita. Han recaudado algo de dinero para ti y te ayudarán a conseguir algo más. - explica el señor Beesley. - Podrías intentar apostar dinero, yo ya tengo unas cuantas fechas anotadas. - me guiña el ojo y asiento pensando en lo bien que se me daba viajar al pasado.
- ¿Qué piensas hacer ahí? - pregunta la señora frente a la puerta que me llevaba al pasado.
- Viajar a mi pueblo, reencontrarme conmigo misma y quien sabe enseñarle un par de cosas. - ella me miró algo confundida y aproveché de despedirme de ellos por el tiempo que yo no los vería. - Gracias por esta oportunidad. - les dije en un abrazo y caminé decidida hacia la habitación. - Les enseñaré una lección a esos idiotas. - dije antes de empezar a caminar por la habitación oyendo gritos de la señora Beesley, al parecer descontenta por mis últimas palabras.
Caí en medio de la habitación y salí al notar la luz en el fondo. Aquí era de día, tal vez medio día, pero sabía muy bien que estaba en el 2004, ya no 2024 o 2014.
Era obvio, la forma de vestir, los pequeños teléfonos que pocos tenían en sus manos, los anuncios, esto realmente era el pasado. Caminé lentamente por el callejón, hasta aparecer por la puerta principal del local que estaba abierto, pero con pocos clientes. Elegí mi mesa de siempre y me puse a observar a la gente en la calle, hasta que una mujer se paro a mi lado.
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Las Sombras Del Tiempo
AventuraMillie Dunhill, una maestra de literatura atormentada por años de acoso escolar, se ve envuelta en una emocionante trama de viaje en el tiempo y venganza. Cuando descubre una oportunidad para cambiar su vida al regresar 20 años atrás, no duda en apr...