Mi primer día como maestra sustituta, pero según las palabras del maestro no tendría que dar clases hasta unos días mas cuando comenzara la licencia de la profesora a la que reemplazaría.
- Entonces cuando la maestra deba ir al hospital para recibir a su pequeño niño- comienza a decir el director frente a la segunda clase a la que me presentaban y en ninguna de ellas encontraba a Millie o a sus malévolos compañeros.
- Niña - corrige la profesora y el director asiente algo nervioso.
- Niña, claro. Cuando deba ir por su bebé, la señorita Coleman se convertirá en su nueva maestra por unos cuantos meses. - asegura y la mayoría de los niños asienten. - Puede continuar con su clase maestra. - dice el director antes de guiarme a mí hacia la salida.
- ¿Esos son todos los salones?- pregunto preocupado y él niega revisando su papelera.
- Nos queda el último. - suspiré aliviada e ingresamos al aula con unos 20 niños distribuidos en puestos de cuatro. Inmediatamente identifiqué a la pequeña Millie y ella a mí, pero su expresión era casi de shock.
- Queridos alumnos, lamento interrumpir su clase, pero debo hacerles un anuncio. - comienza a repetir el director el mismo discurso que antes, pero esta vez solo pude concentrarme en mí.
En el fondo, la niña parecía estar modulando algunas palabras, asegurándose de que ninguno de sus compañeros estuviera viendo.
Sabía que intentaba pronunciar algunas palabras, pero sólo veía letras aisladas sin sentido entre ellas. No tuve mas remedio que entrecerrar mis ojos, mientras descifraba el mensaje, pero nada.
Me puse fuera de la panorámica del director y le hice un gesto a mi yo del pasado para indicarle que no había entendido nada.
"Aquí" fue lo único que logré leer de sus labios, así que tuve que suponer la idea.
Miré al director y luego de asegurarme de que estuviese lo suficientemente concentrado en su discurso, le hice un gesto apuntando hacia el suelo y luego sacudiendo un dedo para decirle que aquí no.
Su expresión reflejó inmediatamente que se había confundido mas con mi respuesta, así empezó a hacerme señas apuntando su muñeca... ¡Como un reloj! Y con sus ojos y cejas apuntó hacia afuera.
Cuando estaba haciendo otro tipo de mímica, el profesor la nombró, haciendo que todo el mundo se voltease a verla. Ay, como odiaba cuando eso pasaba.
- Señorita Dunhill, ¿hay algo que quiera preguntar? - pregunta y veo como la pobre chica comienza a sonrojarse al encontrarse con las miradas de sus compañeros.
- Para mí será un honor ser su maestra sustituta. - dije atrayendo la mirada de todos los niños. - Conversaré con su maestra de literatura, para saber sus tiempos de Recreo - hice énfasis en la palabra mirando a Millie para que entendiera lo que quería decir.- Y descuide señor Brown, lograré que los chicos se enamoren de la literatura, pronto los encontrará leyendo en todas partes, ya sea en la sala o en el Gran Nogal.- volví a hacer énfasis y la aún sonrojada pequeña asintió suavemente, entendiendo el plan.
Cuando finalmente sonó el timbre del recreo, me senté a esperar a que salieran los niños en uno de los banquillos a un lado del único nogal en el gran patio del colegio. Muchos niños no jugaban aquí por las alergias o porque daba una sombra que no era tan util para jugar.
En el fondo vi como la pequeña yo de trenzas corría asegurándose de que nadie la seguía, pero estaba segura de que jamás nadie la seguía.
- Hola niña. - la saludo pensando en cómo querría agradarme a esa edad. Sinceramente me imaginaba que adoraría a alguien que no me tratara con lástima, como solían hacerlo los adultos.
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Las Sombras Del Tiempo
AdventureMillie Dunhill, una maestra de literatura atormentada por años de acoso escolar, se ve envuelta en una emocionante trama de viaje en el tiempo y venganza. Cuando descubre una oportunidad para cambiar su vida al regresar 20 años atrás, no duda en apr...