Capítulo 8

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Llevaba días sin dormir bien y creo tener por lo menos 3 razones para pasarme la noche en vela, pensando y pensando, hasta no poder dormir.

La primera, el cambio de casa. A pesar de que había dormido unos días en ese hostal impregnado de cucarachas, en este apartamento no podía dejar de convencerme que no era permanente, que no podía llenarlo de recuerdos que pronto tendría que dejar. Era sólo una instancia, hasta cumplir con mi misión y luego volver al futuro y a Cleveland. Esperaba que cuando cambiara el futuro Lottie siguiera conmigo, la extraño tanto que la necesito en este lugar. Por lo mismo me he comprado un gran cuadro de un gato muy parecido a Lottie que pudiera cubrir su ausencia mientras no estoy.

La segunda razón era Rosie. La primera amiga que lograba hacer en este infierno y ella era la madre de mi enemiga número uno. Me pasaba las horas pensando en que hacer con ella, podría disimular que todo estaba bien, tarde o temprano ella se alejaría por su cuenta, como lo habían hecho todas las personas que creí cercanas en algún momento. Me costaba creer que Rosie era una mala persona, jamás lo demostró, pero de alguien aprendió su hija a ser malvada.

Parte de mi seguía temiendo de que Rosie fuera consciente de la tortura que le hace cada día su hija a Millie. Por lo mismo tenía miedo de enfrentarla y finalmente darme cuenta que Rosie era la verdadera villana de la historia. De sólo pensarlo el estómago se me revolvía.

Y la tercera razón era el plan. Hasta ahora no teníamos nada, le di algo de tiempo a Millie para conseguir algo de información, pero como si se tratase de una tarea de algebra a su edad, no tenía idea como conseguirla. Los pasos siguientes, también eran su responsabilidad, sólo ella podría conseguir avanzar en ello mientras yo aún no fuera la maestra.

Estaba realmente frustrada y cansada, habían momentos en los que pensaba en volver y dejar todo como estaba. Mi mente caía en el pensamiento de no querer dañar a nadie, de dejar la venganza a un lado, pero ahí tenía que estar convenciéndome a mi misma que volver al futuro solo me haría miserable el resto de mi vida.

Los niños salieron al recreo, mientras yo esperaba encontrarme con Millie bajo el nogal en el rincón. Esperaba que con el tiempo que le di pudiese haber conseguido algo que nos sirva para continuar con la primera fase del plan: arruinar la reputación de Valerie Faye.

- Vaya, tienes pésima cara. - comenta espantada Millie al verme, asegurándose de que no hubiese nadie cerca. Se acerca a mí e intenta poner sus manos en mi cara pero la alejo en un reflejo. - Deberías cuidar mi rostro, podrían creer que eres una anciana. - agrega y yo suelto una forzada risa falsa.

- ¿Puedes concentrarte? - pregunto seria. - ¿Tienes algo? - digo en un tono cansado y ella esconde sus manos tras la espalda y en vez de mirarme mira hacia sus compañeros.

- No aún. - responde complicada, pero eso no resolvía nada.

- ¿No aún? - repetí con desprecio. - ¿Qué esperas? ¿Que me marche y no pueda ayudarte? - pregunto molesta y ella baja sus hombros.

- Es muy difícil, Yo. - así me llamaba de vez en cuando, por alguna razón se resistía a llamarme Jenn o Millie.

- ¿Por qué tanto? - cuestiono molesta.

- Porque nadie se dirige a mí. Es difícil escuchar sus conversaciones si me apartan todo el tiempo. No sé de dónde quieres que saque información cuando ellos se aseguran de no tenerme cerca. - explica agitando sus manos. - Además, debiste haber rescatado información en la reunión de padres y maestros. ¿No hay algo que nos sirva? - esa respuesta me vino de imprevisto, algo que me sentó terrible.

- ¿Crees que pediría tu ayuda si tuviese algo de la reunión? - pregunto y ella agacha la cabeza. - Millie, esto es por nuestro bien, el de ambas. Tienes que ayudarme, poner de tu parte, porque parece que la única interesada en el plan de arreglarte la vida soy yo. - señalo molesta y harta del fracaso de mi plan. - ¿Quieres acabar sola, en un miserable apartamento, pudiendo sólo entregarle amor a una gata que ni siquiera sabes si te estima devuelta? - pregunto desesperada y Millie me miraba agitada. - ¿No? Pues entonces debes colaborar. Sacar información útil. No me hagas sentir que viajar en el tiempo no valió la pena. - recrimino y Millie de consternada pasó a realmente apenada, volví a ver como sus ojos se humedecían lentamente.

Las Sombras Del Tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora