Juego de Tronos: Pruebas y tribulaciones del guardián del juramento

Capítulo 25: Asesinato de Renly Baratheon

En el campamento principal de Tyrell-Baratheon...

"Nuestras batallas están bien planteadas", dijo Renly.

El Rey en Altojardín decidió que había llegado el momento de reunirse con Ser Loras Tyrell y sus hombres en la isla de Tarth y navegar hacia Desembarco del Rey. Lo acompañaba la poderosa Brienne de Tarth, quien le ayudó a ponerse la armadura.

"¿Por qué no esperar a que amanezca, excelencia?" ella preguntó.

Las largas filas de hombres y caballos estaban blindadas en la oscuridad, tan negra como si el Herrero hubiera convertido la noche misma en acero. Había estandartes a su derecha, estandartes a su izquierda y una fila tras otra de estandartes ante ella, pero en la penumbra previa al amanecer, no se podían discernir colores ni sellos.

Brienne colocó una placa dorsal con una coraza sobre su túnica acolchada. El Rey con la armadura de Altojardín era de un intenso color dorado y verde, el verde de las hojas en un bosque de verano, tan oscuro que absorbía la luz de las velas. Los reflejos dorados brillaban en las incrustaciones y los cierres como fuegos distantes en esa madera, parpadeando cada vez que se movía. Apretó las correas de cuero verde y abrochó las hebillas doradas.

"Ojalá tuviéramos más tiempo para prepararnos, Brienne... pero estamos en las últimas", confesó Renly. "Es posible que los abanderados de mi suegro hayan atrapado al Matarreyes, pero la moral del enemigo no pareció disminuir. De hecho, se han vuelto cada vez más audaces".

Renly se paró frente a un espejo, contemplando las acciones que llevaron a este momento. Hace años, Renly y su sobrino Daveth se sentaron en el mismo consejo para discutir política y otros asuntos internos.

'El Príncipe Heredero y el Maestro de Leyes, tío y sobrino... ¿Qué pasó entre nosotros?' Renly pensó dubitativamente antes de descartar tales nociones. '¡No! Debo llevar esto hasta el final.'

"Brienne", habló finalmente, "informa a los demás que me mudaré a Tarth. Con un poco de suerte, podríamos terminar esta guerra en quince días".

Antes de que Brienne pudiera moverse, una brisa fría barrió repentinamente el campamento principal.

"Por qué es tan frío-?" preguntó con voz pequeña y desconcertada.

Un latido del corazón antes de que el acero de su gorguera se partiera como una gasa bajo la sombra de una espada que no estaba allí. Brienne se giró para mirar y no pudo comprender lo que estaba viendo, una sombra tomando forma y sustancia con el rostro de un hombre. Observó cómo la sombra voló hacia Renly y le atravesó el pecho con una daga de oscuridad.

*¡PUÑALADA!*

"¡Puaj!" Renly logró pronunciar.

Farfulló cuando la sombra se alejó rápidamente, dejando que la sangre brotara de su corazón al suelo.

"¡NO!" gritó Brienne.

Renly cayó hacia los brazos de Brienne, quien suavemente acercó su cuerpo y lo arrastró al suelo.

"No, no, no, no", sollozó Brienne.

"¿Qué fue ese ruido? ¿Qué pasó? ¡Sígueme!" exclamaron voces fuera de la tienda.

Dos de los caballeros de la Guardia Real de Renly, Ser Robar Royce y Ser Emmon Cuy, entraron corriendo a la tienda con espadas en mano para ver a Brienne arrodillada sobre el cadáver de Renly empapado con su sangre en su armadura. En la confusión, ambos asumen que ella es la responsable.

"¡Traidor!"

"¡Morirás por esto!"

"¡Pagarás por la vida del Rey con la tuya!"