Capítulo 2: Este es mi futuro?

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Tres años pasaron desde la partida de Lilith en donde no existió ningún tipo de explicación más que una nota, que sin importar cuanto lo intentó,no había día que no recordara esa maldita nota.

"Lo siento, pero ambos somos veneno el uno para el otro y eso no lo puedo soportar"

En cuanto su imaginación reprodujo el contenido de la carta con el recuerdo ya deteriorado de la voz de la mujer de abundante cabellera. Hizo que el ritmo del caminar de el rubio se hiciera más cansado.

Los recuerdos se sobreponen uno sobre el otro, trayendo un dolor de cabeza impresionante que ni siquiera él sabía cómo lo estaba soportando.

Miraba con desgano el desconocido paisaje que para él solo representaba el problema que se avecinaba;Sin embargo, lo que para él no tenía nada bueno, para la pequeña que caminaba a su lado era todo lo contrario, Ella sentía curiosidad por la mas mínima cosa que se cruzaba por su vista, Cosa que para cualquiera que caminara por la calle junto a ella era más que notorio, ya que su cabeza giraba con emoción a todos los establecimientos que se encontraban en la calle.

Sin duda, Ella era la única que se lo estaba pasando bien, ya que para el padre, el cual se encontraba pensando en cómo es que había terminado en el lado de la ciudad con más índices de criminalidad; esto no tenía nada que él pudiera apreciar, por las miles de preocupaciones que sabía que se avecinaban ante la nuevo y desconocido vecindario al que se vio obligado mudarse;pronto se volvería parte de su "hogar" o a menos eso esperaba.

— Papi, mira eso— Mencionó la niña con ojos carmesí, tomando por sorpresa a su descuidado padre se encontraba sumergido en sus pensamientos deprimentes.

EL rubio dirige su mirada a un grupo de personas que reían delante de lo que parecía un restaurante, En si este vecindario era muy lindo, había parques y familias que se veían que paseaban contentas;Sin embargo, eso era durante el día, en la noche decían que este lugar era un hervidero de personas que su medio de vida era tan oscuro como la noche.

Cosa que no quería que su hija tuviera que estar expuesta a este tipo de ambiente, pero a su antiguo casero no le hacía mucha gracia que los pagos de la renta siempre llegasen atrasados, razón por la cual se vio obligado a encontrar otro departamento mucho más económico.

— Bueno eso fue todo queridos escuchas, espero que me acompañen mañana en el mismo horario, se despide su presentador, Alastor. — Las personas reaccionaban emocionales ante la masculina y aterciopelada voz que salió de aquella radio de la cual la gente de fuera del restaurante oían con atención.

Lucifer quedó fascinado ante la reacción triste de las personas al escuchar cómo había terminado el programa de aquel presentador, incluso para el que solo había escuchado solo unas cuantas palabras era claro que ese tal Alastor tenía una voz encantadora.

— Papi, tengo hambre— Mencionó la niña que miraba el restaurante con atención.

— Claro, tienes razón, es mejor que vayamos al nuevo departamento— El padre tomó a la niña de la mano, para apresurarse al nuevo departamento, antes de que de que esa pequeña curiosa sugiriera comer en aquel restaurante.

¿Cuanto pagarias por mi amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora