Cap 3: Un extraño inquilino.

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Allí se encontraba lucifer parado delante de la puerta del departamento, sin poder ni siquiera meter la llave en el picaporte debido a los nervios que hacían que esa simple tarea fuera todo un reto, Y más si añadimos las voces que resonaban con fuerza haciéndole cuestionarse cada una de las decisiones que había tomado por sí mismo.

Para Lucifer esto de tomar decisiones tan radicales por sí mismo era nuevo y desconocido, siempre cuando se iba a tomar cualquier decisión importante era Lilith la que se encargaba; desde problemas de salud, llamadas al banco, o tener que hablar con el casero.

Sin embargo, ahora en el que caía toda la responsabilidad, cosa que lo ponía de los nervios.

—Papá, Tengo hambre — dijo la niña con un puchero mientras sus pequeñas manos se encargaban de llamar la atención de su padre, jalando ligeramente del saco que su progenitor portaba.

— oh sí, lo lamento tanto princesa — Tomó una última bocanada de aire buscando desesperado la valentía que le faltaba.

Al abrirse la puerta se encontró con un departamento un poco más amplio y acogedor que el que tenían, claro estaba polvoriento ,desorganizado, y en un lado horrible de la ciudad lo que hacía que fuera relativamente más barato.

Pero viendo el lado positivo era mucho mejor que tener que esconderse debajo de la mesa para evitar ser visto por el casero.

— Solo tengo que limpiar este lugar y será perfecto — Se dirige a la cocina a paso apresurado, al llegar se puso a observar con atención cada rincón de esta, que aunque era un poco estrecha tenía lo necesario para evitarle tener que gastar en electrodomésticos. —Charlie, cielo. ¿Qué te parece?— preguntó enérgicamente con un ligero sentimiento de orgullo, extraño en el rubio.

Sin embargo no hubo respuesta — Charlie?— Busco a la pequeña en la estancia que no estaba para nada lejos de la cocina, allí encontró a la niña echa volita mirando con atención la esquina del sofá.

—Mira papá, un perrito. — Dijo la niña de apenas cinco años mientras que apuntaba a la esquina del sofá, la cual no era visible para Lucifer.

En cuanto se acercó a donde estaba su hija vio con horror que ese "Perrito" era un ratón.

— Charlie, aléjate de eso! — Gritó con fuerza alejando a la niña del ratón, Aquel que había permanecido quieto en la esquina, ahora se encontraba corriendo hacia Lucifer.

— Mierda, aléjate . — Dijo subiendo a la mesita de café que se encontraba junto al sofá aun con la niña en brazos.

Lucifer jamás había visto un ratón y mucho menos uno que se atreviera a lanzarse al ataque de esa manera, lo más cerca que estuvo de un ratón fue cuando se vio obligado a trabajar de mesero en un restaurante,cosa que él no tuvo que enfrentar, ya que el huyó dejando solo a sus otros compañeros..

Pero muy a su pesar ahora no había nadie quien pudiera delegarle esa responsabilidad, ahora estaba él y su hija la cual aún era demasiado pequeña como para confundir un perro con un ratón.

— Charlie, Voy a ir por una escoba, quédate aquí, no te muevas— Soltó aterrado tratando de controlar su respiración, para tomar la suficiente fuerza como para poder enfrentarse por primera vez de en su vida a un animal.

Bajo de la mesa, tan rápido como pudo y le permitiera el miedo;

En cuanto toco el piso salió corriendo hasta el pequeño closet donde se guardan los utensilios de limpieza, tomando aquella escoba como si su vida dependiera de ello.

Lucifer busco el ratón con desespero, hasta que lo encontró escondido debajo de la mesa de la cocina, en cuanto sus ojos chocaron entre sí, lucifer dio el primer golpe riendo por el logro personal de haber atacado al ratón;Sin embargo, el ratón tenía otros planes, ya que trepó por el palo de la escoba, haciendo que Lucifer soltara la escoba junto con un grito que debemos mencionar no fue el más masculino.

Charlie por mientras reía a carcajada limpia ante la extraña situación en la que su padre se encontraba, En cualquier caso después de un tiempo de mirar a su padre salir corriendo de un lado para otro , dejo de tener encanto para la pequeña rubia.

Charlie aburrida de estar sentada en la mesa, puso a trabajar sus lindos ojos carmín los cuales tierna mente bailaban por todo el departamento buscando algo que entretuviera su joven mente, no tardó mucho para que su mirada chocará con la puerta, decidiendo así cual seria el objetivo de su próxima aventura, Charlie bajo con mucho cuidado de la mesa caminando hacia la puerta de manera silenciosa, donde en el primer momento de distracción de su padre salió al exterior, observando la calle que se veía de lejos debido a que el departamento estaba en el segundo piso.

¿Cuanto pagarias por mi amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora