Cap 10. Tal vez solo fue el cansancio... o quizás sus ojos.

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Las horas pasaron tan rápido, como lo que tarda una taza en caer al piso o más bien en el caso de Lucifer ya habían sido cinco de ellas las que había roto en el corto tiempo que llevaba de turno. Esto podría ser por lo ocurrido aquella mañana o por qué las mujeres de aquel café no paraban de hablar sobre aquel locutor.

Lo más importante es que su cabeza se encontraba en disputa ante el sentimiento de culpabilidad que se alojaba en su garganta al siquiera pensar en la posibilidad de que aquel locutor podría formar parte de su familia.

— A qué clase de loco se le ocurre eso...— Refunfuñó el rubio al recordar que literalmente llevaban solo un par de días conociendo la existencia del otro. Sus ideas estaban tan dispersas que empezó a garabatear en su libreta perdido en sus pensamientos.

— Disculpa?— Mencionó desconcertado el cliente al que Lucifer estaba tomando la orden justo cuando sus pensamientos divagan en su cabeza.

Estaba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera noto la mirada ofendida del cliente que fácilmente era 30 centímetros más alto que él — Yo lo lamento, no era para usted. solo estaba...— El rubio al darse cuenta de su error empezó a disculparse, pero fue interrumpido por su jefa Rosie la cual al notar que el cliente se paró abruptamente del asiento ,salió corriendo para proteger la integridad de su rubio empleado.

(...)

El día pasó y los errores de lucifer se acumularon en su espalda, principalmente porque estaba cometiendo errores que ni un novato con una semana al servicio al cliente cometería, carajo fueron tantos sus errores que en su segundo trabajo lo mandaron temprano a casa aunque en realidad los insultos que recibió de parte de su jefe era lo de menos, estaba más agradecido de que no lo despidieran por literalmente aventarle una botella de alcohol en el regazo de uno de los clientes.

Aunque su día fue una completa mierda, solo existía un culpable y ese era el estúpido locutor de radio y esa asquerosa sonrisa que lo hicieron dudar de su evidente heterosexualidad y su claro amor por la mujeres.

Continuó caminando hasta llegar a su casa, y abrir la puerta asegurándose de cerrar apropiadamente la puerta posteriormente. Al llegar se dirige al cuarto de su hija para encontrarla plácidamente dormida y después dirigirse a su habitación para prepararse un baño esperando que todos los pensamientos intrusivos de su cabeza fueran alejados por el agua.

Sin embargo, al terminar de bañarse y acostarse en la cama, no pudo evitar que su mente divagabara en diferentes ideas que pudieran defender su evidente heterosexualidad.

"Osea, no es como si él se me hiciera atractivo. Jamás me ha gustado un hombre, la primera y única persona que he amado es una mujer. Bueno solo tengo que pensar en la personalidad tan bizarra de ese locutor, esa sonrisa tan irritante, pero también el cómo mueve sus manos con arrogancia con ese toque de elegancia que te deja una fuerte impresión y si lo analizo esa cintura con su espada ancha lo hacen ver realmente refinado, como el chaleco que traía esta mañana lo hacía ver incluso más alto, su cabello rizado tiene un encanto adorable, ahora entiendo a esas mujeres que alaban su belleza. Sin mencionar el cómo se enchinan sus ojos cuando sonríe debajo de esos lentes que decoran su respingada nariz. ya mencione lo delgados que son sus dedos?, son sin duda los de un catrín, pero me sostuvieron con tanta firmeza que sin duda..... QUE MIERDA"

Así el hilo de pensamiento de Lucifer fue interrumpido ante la penosa divagación de sus pensamientos dejando en claro su descontento al lanzar la almohada de su cama a la pobre pared que no tenía ni la menor idea del por que estaba siendo agredida.

— ACASO SOY UN ADOLESCENTE CALENTURIENTO!!!— Cuestiono Lucifer con toda la calma que su no tan alto ser le permitió.

"Desde cuando llevo sin tener sexo desde que se fue Lilith de la casa hace tres años? no llevábamos desde que nació charlie sin tener nada que ver en ese aspecto. Nuestro mayor placer juntos eran las contadas noches en las que no discutiamos por dinero y podíamos dormir sin tener que fingir que el otro no existía"

¿Cuanto pagarias por mi amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora