PRIMER EXTRA EN HONOR AL CUMPLEAÑOS DE LA DOCTORA CARVAJAL.
Alessia Carvajal.
Me remuevo entre las sábanas sintiendo helado la parte en donde debería estar mi hombre. Con pereza abro mis ojos con el alba asomándose por la ventana.
Me levanto y puedo sentir mi cuerpo adolorido lo que me hace sonreír al recordar lo movida que estuvo la noche anterior. Cubro mi desnudes con una bata y salgo abriendo la puerta de cristal que da directo al mar.
El viento frío impacta con mi piel como una caricia suave. A pocos pasos está la bestia con una tasa en mano.
Sonrío viendo que ya le pasé el mal de tomar café por las mañanas.
—Vas a gastarme. —no me sorprende que me haya sentido.
—¿Qué haces levantado tan temprano? —lo abrazo desde atrás depositando un beso en su espalda desnuda.
Se queda en silencio poniéndome alerta.
—Nada que deba quitarte el sueño.
—Si te lo quita a ti va a quitármelo a mí. —lo hago girarse para ver sus ojos con ese azul intenso que tanto amo.
—Te extrañan. —rompe el silencio—. Traerlos puede ocasionar sospechas, pero no importa.
En ese momento puedo ver una fugaz culpabilidad en sus facciones.
—¿Quiénes me extrañan?
Saca su móvil enseñándome un video que me deja muda.
—¿Extrañan a mami? —pregunta la voz chillona de Caleb quien lo graba—. Pues lo siento, pero les toco un papi amargado que no viene ni manda por ustedes.
Le quito el móvil con una sonrisa en mis labios.
—Mis bebés. —acaricio la pantalla viéndolos correr por toda la casa.
—No son bebés, son perros entrenados Sumasshedshiy. —lo ignoro.
—Otra vez pelearon por el baño. —aparece la señora Margarita con una escoba en mano, pero Bolas y Pelos corren a ella hasta botarla y lamer su rostro lo que me indica que están en buenas manos.
Pero no en las mías.
—Ya te lo he dicho muchas veces, bestia. —enfrento a Oleg—. Quiero a mis perros.
—Son míos.
—Hace un tiempo quedamos en algo.
—No recuerdo nada. —se da la vuelta volviendo a la habitación y yo continuo viendo el repertorio de videos.
Caleb ha mandado muchos y me enojo con la bestia por no mostrarlo antes. Veo a Bolas y Pelos correr por el patio de nuestra casa, ir al veterinario, bañarse y comer.
Cuando los observo en un entrenamiento, trago con fuerza.
—No me sorprende, desde que no están se han vuelto inquietos y los entrenamientos no ayudan. —cierro los ojos recordando la última vez que creo haberlos visto.
Ellos mataron a los agentes que me ataban, mis bebés les arrancaron la piel. Me salvaron.
Cuando termino de verlos le vuelvo a insistir a Oleg que los traiga, pero él no da su brazo a torcer. Me enojo y él se enoja porque estoy enojada.
El resto del día pasamos sin hablar y cuando la noche se va acercando me alisto porque como es costumbre, una vez al mes vamos a casa de Ágata. Varias veces interrumpimos nuestros viajes para venir, y no me molesta. Grecia me trae paz.

ESTÁS LEYENDO
Ambición.
RomansLa dependencia es un estado físico y mental al que Alessia se niega ser una adicta. Ella es un mujer que ha pasado por tanto, que considera de que ya es suficiente de ser una víctima, no está dispuesta a ser la víctima de su propia historia. Es un...