La Dulzura Del Reino / House Of The Dragon

Capítulo 8: Aliados y enemigos.

El dolor del rechazo afecto toda la noche a la joven princesa, pero Visenya escogió creer que su tío solo necesitaba tiempo para pensar y analizar su propuesta, así que esperaba que esa mañana la visitará, le confesará que se había equivocado, que sus palabras lo habían sorprendido y ambos, como la futura pareja que serían, fueran con el rey Viserys a pedir su bendición.

Cuando el guardia real entro a la habitación, avisando que solicitaban una audiencia con la princesa, Visenya inmediatamente acepto, tenía la esperanza de que se tratará de su tío Daemon, pero no era él, era Larys Strong quien a pasos cortos entro a la habitación.

—No te esperaba tan temprano, Larys—comento la princesa, un poco confundida por la visita mañanera de su amigo—. ¿Sucede algo?

El joven Strong la miro apenado, conocer secretos y rumores era lo que le había ayudado a sobrevivir en la corte, no le importaban las consecuencias de sus acciones ni a quien lastimaba en el proceso, pero estar frente a la princesa Visenya esa mañana para contarle lo que había oído no era algo que deseará.

Larys sabía que Visenya se derrumbaría en cuanto se enterara de que su tío Daemon pidió la mano de su hermana esa misma mañana, sabía que le afectaría enterarse de que el príncipe llevo a la príncesa heredera a una casa del placer, pero prefería ser él quien le informará, porque ningún otro miembro en la corte se atrevería a hacerlo y si nadie lo hacía la joven princesa viviría en la ingenuidad e ignorancia de lo que realmente sucedía en su familia, en el reino.

—No sabría ni por donde iniciar, princesa...—dijo el Strong con un gran nervio.

—Tranquilo, Larys, todo esta bien—intento tranquilizar la joven—. Dime que sucede, tal vez podemos arreglarlo.

—Es sobre el príncipe Daemon—inmediatamente Visenya se alarmo.

—¿Se encuentra bien? ¿Dónde está?

—Se encuentra bien, princesa, no debe preocuparse por su bienestar físico.

—¿Entonces qué pasa?

—Anoche se le vio al príncipe Daemon en una casa del placer—las palabras no sorprendieron a la platinada, sabía que su tío frecuentaba esos tipos de lugares, una parte de ella quiso creer que tan solo había ido a pensar, pero Larys continuo hablando—: pero no estaba solo.

Temiendo la respuesta, la princesa pregunto: —¿Con quén estaba?

—Lo lamento tanto, princesa...

—Larys, ¿cón quien estaba Daemon?

—Con la princesa Rhaenyra.

—Debe ser un error...

—Me temo que no lo es, princesa.

—Habrá una explicación razonable, estoy segura—contesto la princesa, intentando justificar a su tío y hermana.

—Hay algo más, princesa—agrego Larys viendo a la joven —El príncipe Daemon pidió la mano de la princesa Rhaenyra al rey está ma...

Antes de que pudiera terminar la frase uno de los jarrones de la habitación se estrello contra la pared, después fue otro y otro y otro más, las velas, las flores, todo lo que se encontraba a su paso Visenya lo destruía.

La princesa estaba furiosa, todas esas esperanzas e ilusiones que idealizo para no pensar en el rechazo de su tío eran falsas, le dolía saber que se había llevado a Rhaenyra, le dolía saber que su hermana accediera a acompañarlo conociendo sus sentimientos por su tío, pero lo que la hacía enfurecer era que cualquier cosa que hubiera pasado la noche anterior en la calle de seda había sido lo suficientemente importante como para que Daemon pidiera la mano de Rhaenyra