La noticia llegó de pronto, pocas horas antes de que el sol saliera. Alicent fue quien se encargo de avisar inmediatamente a Visenya, irrumpiendo en sus aposentos y los de Aegon.
—¿Qué sucede?—cuestionó Aegon adormilado, sentándose en la cama al ver su madre de pie en el dosel de la cama.
—Su padre murió—soltó Alicent con la voz rota.
—¿Hace cuánto?—volvió a preguntar el príncipe.
—Tal vez un par de horas, me informaron y fui a verlo a sus aposentos. Es cierto, murió.
—¿Vi?—Aegon miró a su esposa, callada y con la mirada pérdida—. Vi, hablame.
—Visenya, todo estará bien—afirmo la reina.
Ante el silencio de Visenya, Aegon pidió a su madre que les diera un momento a solas, la mujer obedeció y en cuanto las puertas de los aposentos fueron cerradas tras Alicent, la princesa del pueblo rompió en llanto.
Su padre había muerto, hace unas horas había hablado con él y, aunque estaba débil, se veía bien, en el fondo, Visenya tenía la confianza de que se recuperaría como siempre lo hacía, pero se había equivocado. Ahora su padre estaba muerto, lo que más temía comenzaba, una guerra se aproximaba y si no actuaban rápido Aegon, sus hijos, sus hermanos y todas las personas que amaba y quería proteger terminarían muertas, incluyendo a las personas del pueblo de Desembarco y los Siete Reinos.
Después de tranquilizarse un poco, la princesa se vistió con ayuda de su marido, una vez lista dejo a Aegon terminar de vestirse y, junto a su guardia juramentado, se dirigió a los aposentos de su padre, tenía que verlo. Al llegar, había dos guardias custodiando la puerta, pero no la dejaron pasar por ordenes de Otto Hightower, eso la enfureció y con paso decidido fue hacia la sala del consejo.
—¡¿Cómo te atreves a negarme ver a mi padre?!—exclamo furiosa Visenya, irrumpiendo la junta del consejo, caminando hacia Otto—. Solo porque tu hija sea la reina no te da derecho a nada más. Recuerda tú lugar.
—Visenya, ¿qué sucede?—cuestionó Alicent con la misma confusión de todos los presentes.
—Otto puso guardias en la entrada de los aposentos de mi padre, me negó verlo.
—Disculpe, princesa, mi orden fue que nadie entrará, ni siquiera yo lo haría, hasta que terminará la junta—justificó Otto con voz calmada.
Visenya lo miró en silencio, seria, sabía que Otto era un manipulador de primera clase, sabía que más que nadie quería que su hijo subiera al Trono de Hierro, pero si creía que iba a sobrepasarla, si creía que iba a dejarla de lado estaba muy equivocada.
—Continúen, quiero escuchar lo que tienen que decir—tras sus palabras, Visenya tomando asiento en la mesa.
Un silencio se formó en la sala, todos sorprendidos por el reciente reclamo de la princesa, otros por la muerte del rey, pero lo que todos los presentes no pudieron dejar de lado era que la princesa había tomado asiento en el lugar de la mano del rey, en cuánto Aegon fuera coronado las cosas cambiarían dentro de la corte.
—Él rey Viserys nos dejo un regalo. Con su último aliento, le dijo a la Reina su último deseo—, declaró Otto—, que su hijo, Aegon, sea quien lo suceda como Señor de los Siete Reinos.
Visenya miro a Alicent, esperando una confirmación de que las palabras que decía Otto eran ciertas, pero la mujer no la miró, no sabía si era la culpa o el miedo lo que la motivaba a decir tales palabras, pero era sumamente extraño que después de no querer a Aegon en el trono, ahora estuviera de acuerdo.
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La Dulzura Del Reino / House Of The Dragon
FanficLa delicia del reino era Rhaenyra, pero la dulzura del reino era Visenya. La segunda hija de rey Viserys y la reina Aemma era el modelo perfecto de lo que una princesa debía ser: hermosa, fuerte e inteligente. Era querida y adorada por los Siete Re...