El barco del rey atraco en Desembarco con una nueva noticia: la princesa del pueblo se casaría. La reina Alicent había actuado con rapidez al acudir a su esposo y anunciarle la decisión que habían tomado Aegon y Visenya.
El rey VIserys estaba confundido, hacía tan solo unos días que la reina había anunciado ante el consejo el compromiso de Aegon y Healena y, ahora, llegaba con una nueva decisión, algo que no previno, al menos de su hija Visenya.
—¿Estas segura?—preguntó el rey rumbo a la fortaleza, Viserys le había pedido a su hija compartir el carruaje para que pudieran hablar a solas antes de que la princesa se reencontrara con Aegon—. No quiero que te sientas presionada a casarte con tu hermano por nuestras costumbres.
—Sé que es sorprendente que Aegon y yo...
—No, no me sorprende que Aegon desee casarse contigo—confesó Viserys—. Me sorprende que tu lo quieras.
—Cuando hablamos en Marcaderiva me dijiste que querías que fuera feliz. Casarme con Aegon me hará feliz, padre.
El rey miro detenidamente a su hija, analizando la posibilidad del compromiso, Aegon era más joven que Visenya, pero crecería con el tiempo, se conocían de toda la vida y su hijo jamás sería capaz de alejarla de él o de la corte.
—De acuerdo. Tienes mi bendición para casarte con Aegon—accedió Viserys—. ¿Cuándo será la boda?
—En un mes.
Tres días después un centenar de cuervos voló con la invitación a la boda del príncipe Aegon y la princesa Visenya, la noticia se esparció por los Siete Reinos, incluso llego a oídos de algunas grandes ciudades de Essos.
Durante todo ese mes tanto Visenya como Aegon estuvieron completamente involucrados en organizar su boda, a petición de la princesa solo habría un día entero de celebración, sin torneos o peleas, quería que su boda estuviera llena de deliciosa comida y buen vino, de música y bailes, de amor y tranquilidad, esa era su boda perfecta.
—Falta poco—comentó la princesa viendo a su prometido acercarse.
—Un día y serás mi compañera, mi esposa—respondió Aegon, tomando la mano de la platinada.
—A partir de mañana oficialmente seremos uno.
Príncipe y princesa observaban todo a su alrededor, los sirvientes iban y venían con sillas, arreglos florales y demás decoración, la boda se llevaría a cabo en el salón del trono, una petición un tanto extraña por parte de Viserys.
—No, no, no. ¡Ahí no van esas flores!—exclamo de repente Aegon a uno de los sirvientes—. Discúlpame, ahora regreso.
Sin querer evitarlo la princesa Visenya rió al ver el comportamiento de su prometido, Aegon había pasado todo el mes pendiente de la boda y su organización, quería que las cosas fueran perfectas, que fuera un día inolvidable. Al estar tan atenta al príncipe, Visenya no pudo prevenir la llegada de su hermana y tío hasta que los escucho a sus espaldas.
—Bienvenidos—dijo con una pequeña sonrisa la princesa, girándose para ver a la pareja—. ¿Tuvieron buen viaje?
—Sí, bastante tranquilo—respondió Rhaenyra mirando brevemente el salón.
—¿Dónde están los niños?
—Llegarán en unas horas en barco. Daemon y yo queríamos asegurarnos que fuera oportuno traerlos.
—Lo es. No habrá violencia en mi boda, Rhaenyra—aseguró Visenya—. Tus hijos estarán a salvo siempre y cuando no dañen al resto de los invitados.
Rhaenyra no respondió a su hermana, sabía que las cosas seguían tensas, no solamente entre ellas también entre Visenya y Daemon, el cuál se había mantenido extrañamente en silencio observando a la princesa del pueblo.
—Supongo que los veré en la boda—agrego Visenya como despedida para ir a sus aposentos a prepararse.
Después de darse un baño con ayuda de sus damas y sirvientas, la princesa despidió a todas para quedar en completo cuidado de su dama Tina, ella se había convertido en una amiga alrededor de esos años, incluso con esos cinco años de diferencia de edad, se llevaban bastante bien, Tina era discreta y fiel a la princesa y eso era una de las razones por las que Visenya la apreciaba.
—Princesa, luce preciosa—. Tina le sonreía abiertamente al verla parada en una pequeña plataforma frente al espejo, un vestido blanco con pequeños detalles azules y dorados se pegaba a su cuerpo.
—Gracias, Tina.
De pronto, sin previo aviso, las puertas de los aposentos de la princesa fueron abiertos abruptamente por su tío Daemon, esta vez sí se podía notar algo más que sentimientos retenidos en el rostro del príncipe.
—Déjanos—ordeno Daemon a la dama de su sobrina. Tina volteó a ver a la princesa, esperando su respuesta.
—Espera afuera, no tardaremos mucho—pidió cortésmente la platinada.
—No te cases con él—pidió, una vez que la dama cerró la puerta—. Por favor, Visenya, no te cases.
—¿Por qué vienes ahora?—cuestionó la príncesa, bajando de la pequeña plataforma—. ¿Por qué ahora, Daemon?
El príncipe canalla no pudo evitar mostrarse dolido, era la primera vez que su princesa de oro lo llamaba por su nombre, para cualquier otro miembro de la corte pudiera no significar la gran cosa, pero él sabía que lo llamará por su nombre era pura indiferencia por parte de Visenya.
—Debí aceptar tu propuesta, debí casarme contigo, pero aún estamos a tiempo—confesó el príncipe—. Vamos a vivir a las ciudades libres, a pasar nuestras vidas volando en Vrya y Caraxes. Seamos felices juntos.
Esas habían sido las palabras que la princesa había soñado por años, una propuesta a la cual no podía negarse, sus sentimientos por Daemon no se habían ido del todo, pero su unión con Aegon era en poco tiempo, usaba su vestido de boda, estaba lista para casarse y aún así estaba frente a ella la posibilidad de tomar la vida que siempre había deseado, una vida junto a Daemon.
:)
Capítulos super cortito, pero muy importante para las decisiones a futuro de Visenya.
El siguiente capítulo está casi listo, pero no lo publicaré hasta el martes o miércoles, quiero dejarlos con un poco de incertidumbre.
Gracias por leer y comentar.
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La Dulzura Del Reino / House Of The Dragon
FanficLa delicia del reino era Rhaenyra, pero la dulzura del reino era Visenya. La segunda hija de rey Viserys y la reina Aemma era el modelo perfecto de lo que una princesa debía ser: hermosa, fuerte e inteligente. Era querida y adorada por los Siete Re...