La princesa Visenya llegó a Pozo Dragón justo cuando su hermano menor Aemond era escoltado por guardias fuera del lugar.
—¿Qué sucede?
—El principe...
—Fui a ver a los dragones, hermana—interrumpió Aemond, era más sencillo confesarle sus actos a Visenya, ella lo entendería.
—¿Por qué no me esperaste?—cuestiono la platinada acariciando la mejilla de us hermano—. Podemos volar juntos en Vrya si así lo deseas.
—Gracias, pero no es lo que quiero.
Visenya le dirigió una leve mirada al guardia dandole a entender que se alejará un poco, sabía que su deber era estar cerca para proteger a sus hermanos, pero no por eso debía escuchar lo siguiente:
—Aemond, créeme cuando te digo que algún día tendrás un dragón, será el más grande de todos y la espera habrá valido la pena.
—Lo sé, es solo que...—el pequeño príncipe miro con lagrimas en los ojos a Visenya—. Me dieron un cerdo, Vi.
—¿Quién?
—Jace, Luke y Aegon.
—No te preocupes, yo me encargo—dijo la princesa besando la cabeza de su hermano menor—. Si cambias de opinión podemos ir más tarde a volar—prometió Visenya, después miro al guardia y ordenó que llevará al príncipe con la reina.
La tensa y mala relación de Alicent y Rhaenyra era una cosa, pero meter a sus hijos era otra, especialmente ir en contra de Aemond, pues aquel niño tan solo quería ser aceptado por su familia, incluidos sus primos.
Visenya volvió a tomar un carruaje devuelta a la fortaleza roja, debía buscar a su hermano. Los guardias ni siquiera tuvieron tiempo de anunciarla cuando la princesa abrió abruptamente las puertas de los aposentos de Aegon.
—¿Un cerdo?—preguntó furiosa, Aegon la miro sorprendido, no quería que Visenya se enterara de su pequeña travesura.
—Fue una broma.
—Sabes perfectamente bien como se siente tu hermano al no tener un dragón.
—Solo nos estábamos divirtiendo—dijo Aegon mientras intentaba quitarle importancia al asunto—. Además, fue idea de los hijos de Rhaenyra, yo solo lo presencie.
—Los hijos de Rhaenyra son tus seguidores—respondió Visenya acercándose a Aegon con mirada seria—. ¿Por qué eres tan cruel con tus hermanos?
No era la primera vez que desplazaban a Aemond por no tener dragón, tanto Aegon como los hijos de Rhaenyra le dirigían comentarios burlones al príncipe, pero no era solo eso, Aegon era grosero con Healena y Daeron, las pocas veces que el príncipe menor los visitaba en la corte.
—Porque solo te importan ellos...—confesó el platinado después de un silencio tenso—. Te desvives por ellos, Vi.
—¿De qué estes hablando, Aegon?—la confusión era notable en las palabras de la princesa.
—Has ido a Dragonstone muchas veces buscando un huevo de dragón para Aemond—decía el principé mientras los ojos se le ponían llorosos—, pasas días enteros buscando libros sobre insectos para Healena, incluso viajas a OldTown para ver a Daeron.
—Son mis hermanos, claro que me van a importar—afirmó la princesa, tomando asiento a un lado de su hermano—, pero también me importas tú, Aegon.
—Lo sé, es solo que...—soltando un suspiro, agrego—: No quisiera tener que compartirte, Vi.
Las siguientes horas la princesa menor se dedico a pasarlas con Aegon, incluso le prometió pasar más tiempo con él si comenzaba a ser más amable con sus hermanos, al final todos compartían la sangre de dragón, no podían llevarse mal toda la vida.
Aunque la política no era algo que la apasionará, Viserys pidió a Visenya que tomará un lugar en el consejo, quería escuchar su voz entre la de su esposa y heredera que, usualmente, solían contrariarse en las reuniones, pero la princesa no asistía a todas las reuniones, era mucho más sencillo salir y ver el verdadero problema con sus propios ojos que enfrentaban las distintas casas y pueblos, solo así se sentía capaz de comentar al respecto y poder lograr una solución.
—¿Ya acabo?—pregunto Visenya a Alicent al verla salir del salón.
—Sí, con propuestas inesperadas me temo.
—¿Rhaenyra sigue adentro?
La reina asintió en cuanto su esposo la alcanzó para salir del lugar.
—No entraste a la reunión, querida.
—Estuve ocupada, padre, lo siento.
—Ya te veré en la siguiente, no te preocupes—con una sonrisa y tomando el brazo de su esposa, el rey y la reina se despidieron.
La sala del consejo se encontraba vacía, a excepción de Rhaenyra quien seguía sentada en la silla en una especie de shock y vergüenza.
—Tenemos que hablar—las palabras de su hermana menor hicieron que la heredera saliera de sus pensamiento.
—¿Qué sucede, Visenya?
Habían pasado diez años y la relación entre las princesas no volvió a ser la misma, pero Rhaenyra agradecía que su hermana menor le hubiera dado la razón repetidas veces cuando notaba que se cometía una injusticia hacia ella y sus hijos.
—Jace, Luke y Aegon le hicieron una broma a Aemond—al ver la falta de información en el rostro de su hermana mayor siguió hablando—: Le dijeron que encontraron un dragón y le dieron un cerdo con alas de cartón.
—Es una broma entre niños, no sé porque vienes a decírmelo—claro que sabía el porqué, cualquier miembro de los Siete Reinos era consciente de la ferocidad con la que su hermana protegía a los hijos de Alicent.
—Te he apoyado demasiado, Rhaenyra, y creí que con mi apoyo tú y tus hijos no le harían daño a mis hermanos, pero fueron demasiado lejos.
—Dices que Aegon también. estuvo ahí—argumentó Rhaenyra, casi desesperada por encontrar una solución en la que no se les acusara a sus hijos—. Seguramente él inició la broma.
—Y tus hijos la siguieron. No me importa la guerra que tengas con Alicent, pero a mis hermanos dejalos fuera de esto—y sin quererlo las siguientes palabras salieron con demasiada facilidad de su boca—: Es lo mínimo que puedes hacer después de lo que has hecho.
—¿Lo qué he hecho?
—Ser Harwin.
Eran pocas las veces que las hermanas se enfrentaban, pero el daño hacia Aemond tenía furiosa a Visenya y la mención de Ser Harwin tan solo alerto a Rhaenyra.
—Me sorprende que sepas sobre eso cuando en lo único que te has centrado en los últimos años es en los hijos de Alicent, especialmente en Aegon.
—¿Qué dices?—cuestionó confundida Visenya, era cierto, pero el tono en que su hermana le había hablado rozaba en el reproche, tal vez, incluso, en la burla.
—Aegon pasa más tiempo en tus aposentos que en los suyos, te sigue a todas partes, te apoya en todo—dio un paso más cerca de la platinada y en un susurro agrego—: El lazo que compartes con Aegon va más allá de la sangre, Visenya.
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La Dulzura Del Reino / House Of The Dragon
FanfictionLa delicia del reino era Rhaenyra, pero la dulzura del reino era Visenya. La segunda hija de rey Viserys y la reina Aemma era el modelo perfecto de lo que una princesa debía ser: hermosa, fuerte e inteligente. Era querida y adorada por los Siete Re...