Llaves & bolas
¡Por favor, ahora le debo algo!
"Uno debe ser agradecido, pero jamás esclavo de un agradecimiento"
Buena esa. Ni yo misma me la creo.
—Permiso.—Veo a Hiccup y trato de levantarme.
Intento fallido.
—Quédate quieta, ¿Puedes?
—Mi tobillo, mis reglas—Sujeto su mano con fuerza, pero él se ríe, ¿Qué?
—Eres tremenda.—Termina de sobar, pero sin perder su sonrisa de idiota.
—¿Debo agradecer?
—Solo si quieres.
Veo a ambos lados, estoy desesperada. Ya quiero irme de aquí...Entrar a este apartamento no fue una buena idea. Que estúpida fuí.
—Bueno...—Hago fuerza pata levantarme y a como puedo logro quedar en pie. No quedaré burlada—Ya apagaste tu música, ahora me voy.
Él ladea una estúpida sonrisa mientras sigue sentado en el piso.
—Nada te costaba pedirme como gente civilizada que apagará mi grabadora.
—Y nada te costaba escucharme cuando estaba toque que toque tu bendita puerta.
—En mi defensa, estaba entrenando.
—Y yo a punto de ir a dormir.
Se levanta y ahora parezco una pitufina a la par de él. Hiccup se da cuenta de nuestra diferencia de estatura y solo mueve la cabeza un par de veces.
—Tan pequeña y tan problemática.
—Puedo patearte el trasero, si quiero.
—¿Qué otras cosas sabes hacer?—Pregunta burlón, luego se acerca más y dobla sus rodillas hasta quedar a mi altura.—Dicen, que las mujeres pequeñas tienen una apariencia engañadora, se ven tiernas, pero son el mismísimo diblo.
—¿A poco?—No me voy a quedar a platicar con este sujeto, no después de como me habló hace un rato.
Sin pensarlo dos veces me muevo rápido de ahí y camino hacia la puerta.
Hiccup sigue tras mí, caminando más rápido.
Me detengo al escucharlo hablar.
—Qué rápido se te quitó el dolor.
—¿Dudas de mi dolor?
Se acerca más a mi y yo retrocedo.
—Más bien me da gracia.
—Pues, no debería.
—Ajá.
—¿Puedes callarte?
—Entonces, dame mi...
Comienzo a correr a como de lugar.
—Pero, ¿Por qué corres?-Grita Hiccup.-Ni qué fuera grande este lugar.
—¡Solo quiero irme y no ver tu patética cara!
—Pues, dame mi llave y no estaré corriendo detrás tuyo.
—Por tú culpa casi quedo sin un pie.
—¿Mi culpa?-Sigue tras mío cuál perro buscando su comida.
Pero, me ha tomado del brazo y en un intento de soltarme nuestras piernas se enrollan y caemos al piso cual saco de papás para y para joderla, él cae encima mío.
Estaba encima mío, todo sudado.
¿Qué hice?
Gritar su nombre mientras me observa sin pestañar.
Ni sus benditos ojos esmeraldas lo podrán salvar de esta.
Le doy un golpe en las bolas, él se parta y comienza a revolcarse, entonces, yo aprovecho en pararme y quedar de pie con el ceño fruncido.
—No me vuelvas a tocar.—Le aviento las llave al piso.—No era para nada difícil pedirme la llave como la gente civilizada, ¿Verdad?
Ocupo las mismas palabras que él me había dicho con anterioridad.
Hiccup sigue revolcándose.
No sé qué es lo que siente, pero, se lo merecía. Me dirijo a la puerta y con victoria salgo de ahí.
Idiota, ¿Cree qué podrá ser mejor que yo?
Abro mi puerta y me encierro en el apartamento. Dios, qué cosas, ¿No? Todo lo que una persona puede pasar y en tan poco tiempo.
"Reina del desastre"
Ese es el título que me persigue.
Tomo mi celular y le escribo a Elsa mientras voy dirección al cuarto.
Anna: Acabo de patear bolas.
Dejo el celular en la mesita de noche y luego me acomodo en la cama.
Mi celular suena.
Es Elsa. Quiere chisme.
Elsa: ¿Qué acabas de tocar bolas?
¿Cuándo le dije eso?
Anna: ¿Tocar? JAJA patear, Elsa ¡Patear!
Elsa: Ósea qué no has tocado nada.
Anna: Solo las golpeé.
Elsa: Prácticamente las tocaste, pero sobre encima de su ropa, ¿o estaba desnudo?
Anna: ¡Mujer, estaba con ropa! Es posible que sí veo a un hombre desnudo me agarré un ataque por tremendo susto.
Elsa: Ajá.
Anna: ¿Dudas?
Elsa: Puede ser.
Anna: 🙄
Elsa: Bueno, te dejo. Jack acaba de preparar la cena.
Anna: Jack parece tu criada.
Me burlo.
Elsa: Cómo te dije, hay que aprender a dominar cualquier tipo de situación😏
Anna: Necesito de tus clases.
Ahora si dejo mi celular en la mesita de noche.
Me acomodo de una y de otra forma. Hasta que encuentro la postura perfecta para quedar dormida sin ningún pretexto de despertar.
Solo espero no babear mientras duerma.
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El Idiota De Mi Vecino
Rastgele-¿Puedes colocarte una bata?-Le grito desde mi ventana ¡Maldición! Ya es una costumbre que él se paseé de esa forma sin cerrar sus cortinas-¡No acostumbro ver a hombres semisdesbudos a mitad del día! -¿Te gusta lo que ves?-Me responde a gritos y des...