[Libro 4]
Cerca del 80% de la población del mundo nace un rasgo especial, un Don, en esta sociedad sobrehumana
Para enfrentar a los que usan sus dones para el crimen, nació la profesión de "héroe"
Yo, Akira Nisshoku, soñaba con ser un héroe y me ins...
Mañana sería el tan ansiado festival cultural, y los estudiantes de la clase 1-A se congregaban en el gimnasio donde tendría lugar su presentación musical. Estaban inmersos en una última práctica antes del gran día.
Después de su propia práctica, nuestra protagonista decidió dirigirse al gimnasio para ver cómo les iba a sus compañeros, acompañada de Tori. Como el festival cultural era al día siguiente, planeaban quedarse a dormir juntas.
- ¿Cómo les está yendo, Ei? – llamó la atención de su amigo de la infancia, que se encontraba sentado junto a otros dos amigos.
- ¡Oh! A-chan, Tori. – una sonrisa se formó en los labios de Kirishima al ver a su preciada amiga de la infancia y a su amiga castaña. - ¿Terminaste la practica de tu presentación para el concurso? Nosotros tenemos casi todo listo. – afirmó, alzando su pulgar en un gesto positivo.
- Si, acabo de terminar de ensayar y quise venir a verlos. – respondió a la pregunta del contrario, antes de mirar al sus demás compañeros en el escenario.
- Yo solo seguí a Kira. – agrego Tori con una pequeña sonrisa despreocupada.
- Era obvio. – rio Sero, sentado aún lado del pelirrojo chico.
- ¿Aún les queda tiempo para ensayar aquí? – inquirió la heterocromática, apartando la mirada de sus compañeros que ensayaban.
- De hecho no, qué bueno que me lo recuerdas, A-chan. – agradeció, al recordar la hora hasta la que tenían permitido ensayar en el gimnasio. – Oigan, van a cerrar el gimnasio. ¡Hagamos un último repaso! – exclamó Kirishima a los bailarines en el escenario.
Ashido, la líder del grupo de bailarines levantó sus manos y las aplaudió cuatro veces con entusiasmo, llamando la atención de todos los presentes en el gimnasio.
- ¡Vamos allá! – animó sin titubeos, irradiando confianza y determinación.
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Los demás miembros del grupo respondieron al instante, sus cuerpos se movieron con gracia y precisión, ejecutando cada paso con una sincronización impecable. Siguiendo las indicaciones meticulosas que Ashido les había enseñado.
- ¡Aoyama al centro! ¡Midoriya se va! – indicó la de tez rosada, con firmeza.
- Recibido. – respondieron ambos jóvenes al recibir la orden.
- Midoriya, procura que tus movimientos sean más firmes. – aconsejó Ashido por separado al de cabellos verdosos.
- ¡Recibido! – asintió Midoriya con determinación.
Un poco más alejados, donde se encontraba nuestra protagonista y los otros integrantes del grupo de puesta en escena, observaban detenidamente cómo la de tez rosada daba indicaciones de manera natural y precisa.
- ¡Oh! Rosita-chan es buena dando órdenes. – comentó Tori, abriendo los ojos ligeramente con sorpresa.
La de mirada heterocromática simplemente pudo asentir a lo dicho por su mejor amiga.
