[Libro 4]
Cerca del 80% de la población del mundo nace un rasgo especial, un Don, en esta sociedad sobrehumana
Para enfrentar a los que usan sus dones para el crimen, nació la profesión de "héroe"
Yo, Akira Nisshoku, soñaba con ser un héroe y me ins...
En un aula de la U.A, se encontraban reunidos los tres grandes héroes del instituto, junto con Eraser Head, el profesor responsable de la clase 1-A. Entre ellos, destacaba una pequeña niña de cabellos plateados, cuya presencia iluminaba el ambiente.
Nejire Hado, peinaba delicadamente dos coletas en el cabello de la niña, mientras esta sonreía con cierto entusiasmo al observar a los alumnos de primer año que acaban de llegar.
- La cuidaremos en la U.A. – anunció Eraser Head con su voz firme, presentando a la pequeña que estaba sentada en el sofá.
- ¡No esperaba verla de nuevo tan pronto! – exclamó Midoriya, con notable asombró en su voz.
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Nuestra protagonista, aunque también sorprendida por ver a la pequeña niña de pronto, se acercó con una sutil sonrisa para saludarla. De igual forma, sus compañeros lo hicieron.
- Nos vemos de nuevo, Eri-chan. – saludó la heterocromática con calidez.
- ¡Si, Kira-san! – asintió Eri, devolviendo la sonrisa con entusiasmo al ver a la chica pelirroja.
- Hola. – saludó amigablemente Kirishima, poniéndose de rodillas frente a la pequeña.
- ¡Ohhhh, es Eri-chan! ¡Qué bien! – exclamó Uraraka con una brillante sonrisa.
- Me recuerdas a mi hermanita. – comentó Tsuyu, asomándose por detrás del sofá con una suave sonrisa. – Bienvenida. – dijo, dándole un cálido recibimiento.
- Gracias. – respondió Eri, con una pequeña pero sincera sonrisa, agradecida por el gesto.
- Pero ¿por qué? – preguntó Midoriya, sin poder contener su curiosidad. La duda sobre cómo es que la pequeña había vuelto a estar con ellos tan pronto, lo consumía.
- No podía quedarse por siempre en el hospital. – respondió Aizawa con su habitual tono tranquilo, aunque su mirada dejaba entrever una preocupación más profunda. Con un ligero movimiento de su cabeza, señaló hacia la puerta.
Ese gesto fue suficiente para que los alumnos de primer año, junto con los dos varones de los Tres Grandes, comprendieran la indirecta. En silencio, salieron del edificio, formando un pequeño grupo en el exterior, donde Aizawa finalmente decidió explicar la situación con mayor detalle.
- A Eri-chan la abandonaron sus padres. – comenzó Aizawa, con una seriedad que hizo que todos prestaran aún más atención. – Su único pariente, el líder del Shie Hassaikai, lleva mucho tiempo en coma, así que no tiene adónde ir. – concluyó, mientras la imagen del hombre en la camilla del hospital cruzaba por su mente, recordándole lo frágil que era la situación de la niña.
Un pesado silencio cayó sobre el grupo, cada uno asimilando las palabras de su profesor.
- El profesor Aizawa ya debió decirles, pero el cuerno del que sale el Don de Eri...- añadió Mirio, rompiendo el silencio. Con un gesto, señaló su propia cabeza, en el mismo lugar donde el cuerno de Eri se encontraba, cuando lo habían visto por última vez.
