[Libro 4]
Cerca del 80% de la población del mundo nace un rasgo especial, un Don, en esta sociedad sobrehumana
Para enfrentar a los que usan sus dones para el crimen, nació la profesión de "héroe"
Yo, Akira Nisshoku, soñaba con ser un héroe y me ins...
Al concluir las clases, la corriente de estudiantes fluía en dirección a los dormitorios, mientras el eco de risas y charlas llenaba los pasillos de U.A. Sin embargo, entre la multitud, Ojiro recordó que tanto como Kirishima como Midoriya, y algunos otros pocos de la clase 1-A, no podrían retirarse como los demás.
- Ustedes tienen clases suplementarias, ¿no? – preguntó Ojiro, volteándose hacia ellos con una expresión comprensiva.
- ¡Si! / Lo siento. – respondieron Kirishima y Midoriya al unísono, una ligera nota de arrepentimiento en sus voces.
- No te disculpes. – intervino Ojiro con una amable sonrisa, demostrando su entendimiento. - Nosotros nos encargaremos del festival. – aseguró antes de retirarse, dejando a sus compañeros agradecidos por la consideración.
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Mientras tanto, en el grupo que se alejaba del lugar, Mina no podía contener su entusiasmo.
- ¡Hay que decidir los pasos de baile y la ropa! – exclamó, agitando los brazos como una niña emocionada.
- ¿Qué crees que les gustara? – preguntó Shoji, siguiéndola unos pasos atrás.
- Tiene que ser algo moderno, ¿verdad, Jiro? – sugirió Kaminari caminando aún costado del más grande, pidiendo el apoyo de su amiga.
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Sin embargo, Jiro, que iba un poco más adelante liderando el camino, no respondió de inmediato. Estaba sumida en sus pensamientos, considerando las opciones y el tono adecuado para el festival.
Un poco más atrás, el rubio ceniza escuchaba la conversación con una expresión neutral en su rostro cuando una charla más distante atrapó su atención.
- ¿Te enteraste? – murmuró el chico a su compañera. – Los héroes de la clase A darán un concierto para "nosotros". – enfatizó la ultima palabra con sarcasmo.
Bakugo detuvo su caminar momentáneamente, su mirada se posó en aquellos dos individuos del departamento de educación general que comentaban sobre su clase.
- ¿Para nosotros? – repitió su amiga a un costado. – Que grupo más engreído. – siseó, la hostilidad palpable en su voz y mirada.
- Sí. Es gracioso. – apoyó el chico a su lado de la misma manera. – Los villanos los atacaron una vez y volvieron a atacarlos en cuanto se fueron de acampada. Hasta hubo heridos. Nos perjudicaron incluso a nosotros. Tienen agallas. Ellos son los culpables. – sus palabras resonaron como dagas afiladas.
Las hostiles palabras penetraron en los oídos de Bakugo, quien permaneció en su lugar unos instantes, su expresión pasó de neutral a completamente seria y molesta. La información tocó una fibra sensible en él, despertando su resentimiento hacia aquellos que los menospreciaban.
