16. Llamas latentes

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Kirishima levantó la mirada con sorpresa cuando escuchó los suaves golpes en la puerta de su habitación en el hospital. Cuando la puerta se abrió, revelando a dos miembros de la familia Nisshoku que eran de gran importancia para él, no pudo evitar esbozar una leve sonrisa.

Nuestra protagonista lo observó de arriba abajo antes de soltar un comentario sin pensarlo dos veces.

- Ei, parece una momia...- dijo con asombro en su voz.

- A-chan...- Kirishima rió suavemente ante la franqueza de su amiga, usando el apodo cariñoso que había usado desde siempre. – Yo también pensé lo mismo, no puedo negarlo...- comentó finalmente, soltando un pequeño suspiro.

La chica de orbes heterocromáticos se acercó a la cama con una expresión que denotaba cierta preocupación. El chico notó esto y habló antes de que ella pudiera preguntar sobre su estado.

- No te preocupes, A-chan. Aunque parezca doloroso, en realidad ya no lo es tanto. – afirmó, tratando de no inquietar a su amiga.

La presencia de un amigo de confianza en ese momento resultaba verdaderamente reconfortante para ambos jóvenes.

La sonrisa de Shiori se ensanchó mientras observaba la cálida interacción entre los dos jóvenes. Recordar cómo habían sido amigos desde la infancia y ver cómo, incluso después de su abrupta separación y su reencuentro, mantenían esa conexión especial, le reconfortaba profundamente.

"Es maravilloso ver que aún mantienen esa amistad tan fuerte como cuando eran niños." – reflexionó para sí misma, sintiendo una autentica felicidad y gratificación al presenciar la duradera relación entre su hija y Kirishima.

- Los dejaré por ahora. Tengo que comprobar el estado de los demás...- habló Shiori, captando la atención de ambos adolescentes.

- Esta bien, tía Shiori. – asintió Kirishima en señal de entendimiento.

- Prometo volver para terminar de tratar de tus heridas, Ei-kun. – agregó la mujer de orbes rosados con una tenue sonrisa, desde el umbral de la puerta.

Shiori recibió una pequeña sonrisa y asentimiento del chico, antes de darle una última mirada a su hija un tanto preocupada. Sabía con certeza que lo de Nigtheye la había afectado profundamente, pero también entendía que Kira no compartiría sus sentimientos fácilmente.

Al estar con Kirishima, esperaba que este pudiera hacerla sentir mejor de alguna manera.

Finalmente cuando la mayor se retiró de la habitación, ambos jóvenes quedaron a solas en un momento de relativa tranquilidad en el hospital. El ambiente estaba cargado de una sensación de preocupación no dicha, y la heterocromática se sentía indecisa sobre si debía o no compartir la trágica noticia sobre Nigtheye.

Kirishima, sin embargo, notó la expresión pensativa en el rosto de su amiga y la tensión en la habitación. Por lo que decidió romper aquel silencio.

- A-chan, ¿sucede algo? – preguntó curioso y preocupado.

La mirada de la chica se desvió un momento, y el silenció pareció extenderse mientras Kira pensaba cuidadosamente en lo que respondería. Su mirada revelaba una mezcla de tristeza y pesar.

- Nigtheye...fue herido de gravedad durante el enfrentamiento contra Chisaki...- comenzó a relatar lo sucedido, frunciendo ligeramente su ceño. – Logré mantenerlo con vida hasta llegar al hospital, pero ya era muy tarde para él... murió hace unos momentos atrás. – sentenció finalmente con una ligera expresión afligida.

La noticia cayó como un pesado manto sobre la habitación, y un pesar sincero se instaló en Kirishima al comprender la trágica noticia. Las palabras parecían atascarse en su garganta, sin saber exactamente qué decir.

Yugen - Boku no Hero Academia {VOL. 4}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora