[Libro 4]
Cerca del 80% de la población del mundo nace un rasgo especial, un Don, en esta sociedad sobrehumana
Para enfrentar a los que usan sus dones para el crimen, nació la profesión de "héroe"
Yo, Akira Nisshoku, soñaba con ser un héroe y me ins...
Luego de cambiarse a sus trajes de héroes, Todoroki caminaba tranquilamente terminaba de ajustar su cinturón. En ese momento, Inasa aceleró el paso para alcanzarlo.
- ¡Hey, Todoroki! – lo saludó efusivamente. - ¿Cuál es tu comida favorita? – preguntó con interés.
- Los fideos zaru soba. – respondió de forma neutral y breve.
- Mmm... Soba, ¿eh? – repitió Inasa en un tono pensativo. – Si me preguntas, el soba caliente es bastante bueno, pero el Udon sigue siendo el mejor. – expresó energéticamente con una sonrisa.
- No coincidimos. – negó Todoroki, desviando su vista a un lado al estar en desacuerdo con el contrario.
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- Si, ¡pero siguen siendo similares! – trató de encontrar por un punto medio en sus opiniones.
- El Soba y el Udon tal vez se vean igual, pero no podrían ser más distintos. – la voz de Todoroki era neutral y serena al decirlo, en contraste.
- ¡Solo mira! Vamos a ser los mejores compañeros. – exclamó Inasa, completamente decidido a que sus palabras se cumplieran.
- Esto lo digo siempre y lo diré de nuevo. Creo que sería mejor si no nos forzáramos a ser amigos. – alegó con firmeza, acompañado de un pequeño suspiro cansado.
Parte de esta conversación fue escuchada por Bakugo, quien salía también de uno de los corredores del lugar después de cambiarse a su traje de héroe. No pudo evitar mostrar un rostro iracundo al ver la interacción entre su compañero y el chico de Shiketsu.
- Esta mierda me está poniendo los pelos de punta. – expresó su frustración en voz alta, sin apartar la mirada de donde antes estaban los otros dos chicos charlando.
- ¿En serio? – una voz a unos cuantos pasos detrás de él se hizo escuchar. – Mmm, yo creo que es genial que Shiketsu y U.A se hagan amigos. – finalizó con una sonrisa de ojos entrecerrados, alcanzándolo y poniéndose a su lado.
A pesar de que la presencia repentina de aquella chica lo sobresaltó ligeramente al creerse solo en el corredor, solo atinó a apretar los dientes y mirarla con desagrado total.
- ¿Desde cuándo estas ahí, doble cara? – preguntó, la molestia en su voz era predominante.
El apodo que había usado el rubio cenizo para llamarla casi logró hacer que su sonrisa flaqueara al recordarle a cierta chica de cabellos castaños con puntas moradas. Sin embargo, Naoko se obligó a sí misma a no mostrar su molestia total y a olvidar tal comparación de antes.
- Mi nombre es Naoko Ishimura. – corrigió con tranquilidad y una pequeña sonrisa. – Y respondiendo a tu pregunta, no llevo mucho tiempo aquí, solo lo suficiente para escuchar tus murmullos explosivos. – aclaró, afinando un poco su dorada mirada mientras sonreía.
¡Metete en tus propios asuntos! – refutó de manera arisca, comenzando a caminar nuevamente.
Ante su rechazo y mientras él comenzaba a alejarse, Naoko se apresuró un poco para seguirle el paso y caminar a su lado.
