22. La visita a la academia de Eri

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La vastedad del cielo, despejado y teñido de un azul resplandeciente, se extendía sobre las majestuosas instalaciones de la Academia U.A., otorgándoles un aura aún más imponente ante las tres figuras que se congregaban en la entrada.

- Llegamos. – anunció Togata, con un entusiasmo palpable en cada palabra. – Tranquila, son todos buenas personas. – aseguró, girándose hacia la infante que lo seguía de cerca.

Una suave brisa hizo ondear ligeramente el vestido y los cabellos plateados de la niña, mientras ella observaba con una mezcla de curiosidad y asombro la magnífica entrada a la academia de héroes.

- ¡Bienvenida a la Academia U.A! – exclamó el joven rubio con efusividad, extendiendo los brazos en gesto de cordialidad.

El sábado, aunque no había clases programadas, los estudiantes dedicaban su tiempo libre a continuar con los preparativos para el festival cultural, y la clase 1-A no era la excepción

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El sábado, aunque no había clases programadas, los estudiantes dedicaban su tiempo libre a continuar con los preparativos para el festival cultural, y la clase 1-A no era la excepción.

En la sala común, los integrantes del grupo musical se reunían, sus instrumentos afinados y partituras en mano, listos para comenzar su práctica. Los acordes resonaban en el espacio, creando una atmosfera vibrante de esfuerzo conjunto.

Mientras tanto, en el comedor, los miembros del grupo de puesta en escena discutían animadamente sobre las ideas y escenografías que darían vida a su presentación.

- Buena idea. Se lo propondremos a los bailarines. – asintió de acuerdo Sero, al escuchar la sugerencia de sus compañeros.

- Pero entonces necesitaremos a alguien más. – expresó Kirishima, analizando a profundidad la propuesta.

Por último, en los alrededores de los dormitorios, el grupo de bailarines se entregaban a una práctica intensiva, perfeccionando la coreografía bajo la dirección de Mina. Ella, guiaba a sus compañeros, asegurándose de que cada paso y movimiento fueran ejecutados con precisión y gracia.

- ¡Mal, Midoriya! ¡Tiene que ser más agudo!. – regañó la de tez rosada, su voz resonando en el área de práctica. – Si rock y Lock suenan casi igual, es por algo. Es como si cerraras con llave. – aclaró, repitiendo los pasos de la corografía con una destreza impresionante.

Una vez que Mina dio el ejemplo, el resto del grupo, incluyendo a Midoriya, imitó sus movimientos con dedicación y atención. En ese día de sábado, el grupo de bailarines de la clase 1-A demostraba con su esfuerzo que estaban decididos a elevar el nivel de su presentación y hacer que su participación en el festival cultural fuera un rotundo éxito.

A unos cuantos metros de distancia, entre los arbustos, un chico de rubios cabellos los espiaba en secreto.

- Aún no nos vio nadie. – afirmó, al ver cómo nadie parecía notarlo. - Haré algo gracioso para que rían y...- se detuvo a sí mismo al escuchar una voz familiar.

- ¡Togata-sempai! – saludó Midoriya al percatarse de la presencia de su superior entre los arbustos.

La expresión del rubio chico cambió a una seria y molesta al verse descubierto antes de tiempo, frustrado por su intento fallido de realizar una entrada graciosa. Sin embargo, incluso si Togata quiso tratar de hacer su entrada graciosa, las miradas de los estudiantes de la clase 1-A se dirigieron hacía la particular y pequeña invitada al lado del arbusto.

Yugen - Boku no Hero Academia {VOL. 4}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora