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Enid estaba hospedada en un hotel de lujo con su castaña, quien parloteaba a cada momento sobre que debía divorciarse de su mujer y casarse con ella.

-Enid, vamos - insistía - esa maldita enana solo quiere tu fama y dinero...

-Divina, en un mes - ya estaba cansada -  Y no le digas así

-¿Qué hace una famosa tan guapa como tú con una enana como esa? ¡Es horrenda!

La ojiazul contuvo la rabia, Divina a veces podía ser demasiado irritante.

Ella recordó cuando conoció a su Abejita en el aeropuerto, en ese momento Enid pensaba que aquella mujer era demasiado hermosa para ella, con dieciséis años tenía una dulzura e inocencia increíbles, algo que la atrapó al instante.

<Deja de recordar eso, Enid. Tú futuro está a tú lado, no mires hacia atrás> pensó

Miro a la izquierda y ahí estaba la castaño de la cual creía estar enamorada. Pero metiendose a sus más escondidos sentimientos, no había esa chispa que sintió cuando vio a Merlina, la primera vez.

-Lobita ¿Me estás escuchando? - hablo Divina

-No, lo lamento - aclaro su garganta - ¿Qué decías?

-Necesito comprarme cosas para esta noche... - puso voz infantil

-¿Te espero en el hotel? - pregunto abrazándola

-No tonta, dame dinero - río soltandose de ella

Merlina jamás le había pedido un centavo, todo lo que el le compraba era por opción propia. Divina era todo lo contrario, si no le daba al menos quinientos dólares era capaz de hacer un berrinche delante de todos.

Sin más opción le tendió unos billetes y salió corriendo al centro comercial. Al menos no le pidió que la llevara.

<¿Por qué hago esto> - se preguntó <No te confundas, amas a Divina, no a Merlina>

Su celular comenzó a sonar haciéndola exaltar, vio la pantalla y era Merlina, contesto sin siquiera pensarlo.

-Hola cariño - el escuchar su voz, Enid se relajo

-Hola - respondió tan fría como siempre - ¿Qué quieres?

-Consegui trabajo - se escuchaba emocionada - Hoy empecé

-¿Qué? ¿Por qué? ¡Dije que no quería que trabajaras. Mujer!

-Pe-pero Enid son seis días sin ti y yo me aburrire - hablo triste - Además no quiero sacarte más dinero

-Tienes a Bianca, nosé - hablo frustrada - El dinero no importaba, espero que cuando llegue a Rumania ya no estés trabajando

Sin nada más que decir colgó. Era egoísta y ella lo sabías pero la idea a qué encontrará a otra mujer en su trabaja le arruinó por completo.

¿Era su forma de venganza? No lo sabía. Pero si Addams quería jugar...

No dejaría que nadie se le acerque, así no vio más remedio que adelantar su vuelta a Rumania. No serían seis días, sería uno.

El día de mañana en la noche estaría de regreso.

Descarto toda su irá en Divina haciéndole el amor duramente. A la cual está no que se quejó en lo absoluto.

¿Estás bien, Lobita? - le pregunto la castaña

-Claro - acaricio su cabello - ¿Sabes? Mañana volveremos a Rumania

-¿Qué? ¿Por qué? - se levantó de la cama molesta - No me digas que es por esa estúpida

-No le digas así, Divina - se enojo más - Volveremos mañana, te guste o no. Es mí dinero

La castaña salió enfurecida de la habitación, y no podía importarle más poco a Enid.

<Por favor, Abejita no encuentres a alguien más> se repetía una y otra vez

Era una maldita cínica, lo sabía perfectamente. Pero estaba completamente asustada de que su mujer hiciera lo mismo que ella le estaba haciendo.

 Pero estaba completamente asustada de que su mujer hiciera lo mismo que ella le estaba haciendo

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