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Enid había despertado hace dos horas exactamente y se había divertido viendo el tranquilo rostro de su mujer, lo había dicho miles de veces y no se cansaría de decirlo.

Es la mujer más bella que en su vida ha visto.

El día siguiente era su cumpleaños y ya tenía planeado una sorpresa (y otra noche de amo) Quería llevarla de vacaciones a su país soñado, Paris Francia. Sabía de sobra que era su lugar favorito y soñado ¿Y que mejor forma de llevarla hasta allá?

Sus pensamientos se esfumaron cuando vio que los ojos miel de Merlina se abrían lentamente.

-Buenos días, abejita - la saludo Enid con una sonrisa traviesa

-Más que buenos - río ¿Qué hora es?

-¿Y eso que importa? - pregunto mientras se escondía en el cuello de la más baja aspirando su aroma

-Importa porque hoy debo ir a trabajar

Enid gruño en su cuello causándole cosquillas, le causaba algo de molestia que apenas despertar ya estaba pensando en ir a trabajar, mientras que ella estaba pensando en darles unas agradables buenos días.

Y como si Merlina le leyera la mente se subió encima de ella llenándole el rostro de delicados besos, terminando con uno muy sensual en los labios.

-No tienes idea de como me pones... - le dijo con una voz ronca

Merlina río para luego levantarse de ella e ir al baño completamente desnuda, aunque no sin antes llamarla provocativamente.

-Eres mala, pero me encantas - le gritó desde la habitación

La ojiazul se levantó para ir tras ella, era temprano y no le iba a tener piedad.

Entro al baño y la vio encender la ducha, había decidido bien al elegir una puerta de vidrio.

-¿Vendrás a ducharte conmigo o te quedarás ahí parada con cara de idiota? - le pregunto burlona

-No se que es i-di-ou-ta - dijo intentando hacer el acento de su mujer

-Es morón, no idiouta - río

-Moron - repitió

-¡Eso es! Ya sabes decir una palabra en turco...

-¿Y como se dice "Te quiero follar contrar esa puerta se vidrio? - pregunto atrevida

Merlina iba a abrir la boca, pero la cerro enseguida. Se mordió sensualmente el labio, en ese momento fue que Enid no aguanto más, se metió a la ducha con ella, y la beso con hambre de su cuerpo, la pego a la puerta de vidrio, tomo una de sus piernas para colocarla en su cadera y la penetró de golpe.

-¡Joder! - gimió Merlina

-Cuide su vocabulario, señorita - se burló la ojiazul

Merlina río, o al menos eso intento, ya que Enid comenzó a embestirla más dura. Gemidos y gruñidos salian de aquella puerta de baño, por suerte los vecinos estaban lo suficientemente lejos para no escuchar la orquesta que Addams tenía.

Enid amaba escucharla pedis más y no dudaba en dárselo, hasta que sintió como el interior de su mujer comenzaba a apretarle, un fuerte gemido le indico que se había corrido y segundos después ella también se corrió dentro de la menor.

-Ahora si nos buenos días - le dijo Enid con la voz agitada

Ambas se besaron por última vez y se cucharón como se suponía que harían.

Horas más tarde Merlina ya debía irse a trabajar y no faltaron las celosas quejas de Enid pidiéndole que por favor se quedará, pero se había quedado bastante preocupada por su amiga el día anterior, y quería saber cómo estaba, aunque no le dijo eso a su esposa, salió de su casa con una pañoleta en el cuello para cubrir las notorias marcas de Enid que le había hecho el día anterior y horas atrás.

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