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Enid salió del centro comercial escondida detrás de sus gafas oscuras y una gorra, hacía calor, pero de igual manera se puso una bufnda para cubrir su boca.

Vio una florería y entro, hace mucho tiempo no hacía ese tipo de cosas. La última vez que le regaló flores a su mujer fue para el día de los enamorados el año pasado.

Se quedó mirando varias flores hasta que unas le llamaron su atención, eran unas rosas color amarillo, las compro pues le recordaba a los ojos de ella.

Volvió a casa pensando que decirle, pero al abrir la puerta está ya no estaba.

<<La estás perdiendo>> Le dijo su consciencia.

Sacudió su cabeza y dejo las flores en la mesa. Estaba enojada y triste, porque su mente tenía razón.

<<Puedes ir a dejárselas a la cafetería>> volvió hblar.

Lo pensó por un momento, pero se decidió no hacerlo.

-Divina - la llamo por celular - Arreglate, iremos por tú chaqueta

-¡Si! Eres la mejor. Te a...

Le cortó antes que le dijeras la palabra, suspiro frustada.

No era lo que tenía planeado, y no estaba satisfecha por alguna razón. Tenía demasiada miedo por Merlina.

<<Tienes a Divina, es más guapa>> le decía su diablita.

¿Más guapa? ¡Claro que no!

Estaba demasiado confundida para pensar quien era la mejor, y solo se digno a cometer el mismo error de siempre, ir por la mujer que solo quería su dinero.

Merlina le había mentido a Enid, no iba a salir con Yoko, si no que con Bianca, tenía a su amiga bastante aliviada así que no vio problema en salir una tarde con ella.

¿Que tal las cosas con Enid? - le pregunto Bianca con un acento turco

-Creo que de mal en peor ¿Sabes? - le respondió desanimada - Ahora finge un poco de interés porque conocí a Yoko, pero nada más que eso

-Yo dejaría a esa poste andante y me iría con esa pelinegra - le dijo mientras bebía jugo - Es más sabrosa el chocolate moreno que el blanco - Merlina solo río mientras negaba con su cabeza

-No lo sé, amo a mi chocolate blanca  - hablo con nostalgia - Siempre me he sentido segura con ella

-¿Que acaso estás loca? - abrio los ojos a tope - Merlina ese tipa a sido una mierda contigo, estás de todo menor segura con esa huevona

-Solo estamos pasando por un mal rato - suspiro triste - Volverá mi amor dulce

Bianca rodó los ojos y le lanzó una servilleta, estaba segura que Enid le ponía los cuernos, pero Merlina estaba demasiado ciega para notarlo. Amaba a la chica que tenía enfrente y lo que menos quería era que sufriera  por alguien tan fría como su país natal.

Fueron juntas a una discoteca donde bailaron juntas, hasta altas horas de la madrugada. Afortunadamente Bianca andaba con auto, así que la fue a dejar a las cuatro de la mañana a su casa algo ebria por cierto.

Enid se encontraba nerviosa, no había podido pegar un ojo ¿Qué tal si Yoko le hizo algo? ¿Si se quedó con ella? Mientras más preguntas se haciaz pero se sentía, su corazón dio un vio cuando escucho la cerradura de la puerta, se intentó tranquilizar y parecer indiferente con la situación, peor no le resultó.

-¿Dónde estabas? - le pregunto cortante

-Relajate, Enid - hablo ebria en Turco - Sali con... - hipo - Bianca

-¡Háblame en ingles, joder!

-¡Me llamo Merlina Addams no joder! Merlina Sinclair, muchos gusto - estiró su mano como gesto de saludo - Que apellido más... - hipo - raro - frunció el ceño - Nid - Enid solo observaba enojadas pero no pudo evitar reír

-Tú decidiste llevarlo - sonido mientras recordaba cuando lo dijo ella si a su petición matrimonial

-Mirate... - hipo - Eres toda un bombón blanco - Enid soltó una carcajada hace mucho tiempo no veía a su mujer borracha - Tú altura me marea ¿Puedes...  - hipo - agacharte?

-Es hora de dormir, abejita

-Te amo, Enid - dijo entre risas - amo tu sonrisa, tus ojos azules, incluso tú mal humor - se le humedecieron los ojos - Te amo aunque tú no me ames a mí

Y se desmayo, Enid solo atino a tomarla en brazos, ponerle su pijama, un paño húmedo en la frente y acostarla suavemente en la cama.

Se acostó a su lado y la abrazo mientras aspiraba el dulce aroma de su cuerpo, nada comparado con ella castaña con la que engañaba.

Suspiro triste, Merlina no metía eso, ella solo merecía regalos, desayunos especiales, cenas románticas y noches apasionadas.

Miro sus pequeños ojos y sonrió.

-Sí te amo, cariño

-Sí te amo, cariño

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Broken Heart Donde viven las historias. Descúbrelo ahora