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Esa tarde Merlina había ido a la playa, la soledad le permitía pensar que hacer respecto a su vida, y a su mal logrado matrimonio. No entendia a Enid por un año se había comportado completamente indiferente con ella y ahora que tenía una amiga finge importarle.

Tenía un mes para aclarar todo lo que haría y ver si su esposa podrá cambiar ahora que ha llegado alguien más.

No sabía con seguridad si lo había engañado de, tan solo pensarlo se le revolvía todo el estómago.

-Señorita ya vamos a cerrar - le llamo la atención una mesera del local

-Oh, claro - asintió - Lo lamento ¿Me trae la cuenta?

En su camino había pillado un puesto de jugos naturales y había pasado la mayor parte de su tarde ahí, en su memoria pasaban los momentos buenos que tuvo con Enid cuando jugaban a quien terminaba más rápido su bebida. Obviamente ganaba ella ya que a la mitad del camino a la otra se le congela el cerebro del frío del jugo.

Río para no llorar ¿Cómo pudo haber cambiado tanto de una noche a la mañana?

Cuando pago se salió del lugar para ir a su casa, se sintió mal cuando no encontró a Enid.

<Quizás... Cuestiones de trabajo> penso

Sin ningún ánimo se lanzó a la cama para dormir sola.

Al día siguiente se la encontró a su lado con la mirada fija en el techo se preguntaba en qué pensaba, si en su mente estaría ella aunque sea un minuto.

-¿Dónde estuviste ayer? - la ojiazul interrumpió el silencio

-En la playa, sola - le respondió dándole la espalda - ¿Y tú? - volvió el silencio - Enid...

-Con Ajax - mintió pero como siempre la más baja le creyó - ¿Cómo se llama tu amiguita? - preguntó y estaba se rió con sarcasmo

-Yoko

-¿Es... Atractiva? - Merlina no puedo evitar soltar una carcajada con su pregunta - ¿Dije algo gracioso?

-Si, Enid - le dijo sincera - Es bastante atractiva y muy dulce

Para evitar toda su escena de celos decidió levantarse para irse a bañar. En dos horas más debía estar en la cafetería.

Sintió los pasos de Enid detrás de ella y enseguida se dio vuelta haciendo que su cara chocará con su pecho. Obligadamente miro hacía arriba, su enorme estatura nunca le permitió mirarle perfectamente bien. Su mirada chocó directamente con los ojos de ella provocándole las dichas mariposas.

-No quiero que trabajes... - hablo intentando no sonar dura - Tenemos bastante dinero ¿Para que más?

-Corrección TIENES - recalcó - Trabajo para no sentirme sola

-Me tienes a mí...

-¿A ti? - río sarcástica - ¡Nunca estás! - elevó la voz - Te pedí un bebé y no eso quieres conmigo

-Merlina - suspiro - Es complicado

-No es complicado entender que ya no me amas

Salió del baño dejándola con la palabra en la boca, Enid ahora se sentía rara. Merlina estaba cambiando un poco, no le preparaba desayunos especiales, ni le dejaba pasteles o pequeños detalles, además de que comenzaba a sentir más alejada, probablemente su culpa.

Pero... ¿No era eso lo que quería?

¡Si! Qué ella misma por su cuenta se alejara y le dejara en paz, con papeles de divorcio firmados, pero ahora con esto ya no estaba del toda segura.

Estuvo toda la mañana observando sus movimientos hasta que comenzó a cambiarse de ropa para su dichoso trabajó y su encuentro con esa tal dulce y atractiva Yoko.

-¿Ya te vas? - le pregunto apoyándose en el marco de la puerta

-Sí - contesto a secas mientras terminaba de ponerse su calzado

-¿Me dejaras sola? - hablo con cinismo

-Cariño, tú nunca estás sola

La baja salió dejándole con la palabra en la boca.

No podía permitir que su mujer le cambiará por una mujer que preparaba café.

No podía permitir que su mujer le cambiará por una mujer que preparaba café

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