bad thinking diary ; 𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴

Chapter O17

Tres chicas se encontraban en una cafetería, la del medio parecía estar demasiado feliz por lo que sucedía, la de la izquierda se encontraba cabizbaja sin ni siquiera poder mirar a las otras dos a los ojos y la última estaba tan nerviosa que creía que en ese momento se le iba a salir el corazón y tendría que salir corriendo para poder buscarlo, no paraba de mirar hacia la mesa y apretaba el vaso que tenía entre sus manos como intentando sentirse segura.

Chaeyoung, quién era la que estaba nerviosa, creía que no debieron verse en un café, porque se sentía demasiado incomoda de ver a Mina y eso la hacía sentir mal.

"Hola Chaeyoung". Sana, quien era la que estaba emocionada por la situación, la saludó con una gran sonrisa mientras apoyaba el brazo contra su hombro.

"¿Eh?, eh, si". Respondió.

"¿Cuando vas a salir con Park Sunghoon?". Le preguntó y vió directamente a Mina.

"Ah...es que...". Volteó a verla también y notó como Myoui desvió la mirada, Chaeyoung quería que la mirara aunque sea un segundo para sentirse más segura.

"¿Qué pasa con esta expresión?". Le apretó las mejillas. "¿Estás bien?". Alzó la voz.

"Oh, no, estoy bien, todo bien". Rió desganada haciendo todo lo posible para que se calmara y Mina volvió a mirar hacia otra parte, estaba demasiado dolida como para sentirse cómoda en ese lugar.

De pronto llegó una llamada y todas miraron al artefacto que sonaba con fuerza a la par que vibraba, era el teléfono de Mina y se trataba de un número desconocido. "Que fastidio". Le dió la vuelta al teléfono para que este se callara.

"¿Quién es?". Se movió hacia la pelinegra. "No creo que sea normal molestar a Myoui Mina".

La nombrada aparto la mirada y como siempre frunció las cejas sintiéndose fastidiada. "Metete en tus asuntos".

"Oh, ¿Por qué?". Insistió.

"Metete en tus asuntos". Repitió con mucha molestia.

En ese momento Mina miró a Chaeyoung y ambas se quedaron así por un segundo, la mayor estaba enojada y antipática mientras que la contraria estaba sorprendida por la forma en la que la miró.

"Tu-". En ese momento escucharon a alguien a su lado, todas se sorprendieron al ver de quién se trataba.

"Mina senpai, ¿Por qué no me contestas el teléfono?". Canturreó y Myoui suspiró, levantándose al instante.

"Ya me tengo que ir". Acomodó la silla.

"¿Quién era?". Chaeyoung no pudo evitar sentirse curiosa.

"No es asunto tuyo". Le respondió fríamente.

"¿Que es esto? Myoui Mi-". Esta siguió caminando. "¿Qué? Myoui Mina". Sana insistió.

Son suspiró, quería saber qué tipo de relación tenían y por qué no se lo había dicho, se supone que eran mejores amigas y ahora no parecían eso, sabía muy bien que estaba enfadada con ella y lo entendia pero...

"No sé quién es, pero creo que a Mina le gusta mucho". Comentó Minatozaki con una sonrisa mientras veía como Jihyo se acercaba a Mina.

"Si". Contestó la coreana. "Si se trata de Mina, le gustará". Sintió un pinchazo en el corazón, Sana al ver la cara de la menor se dió cuenta de que Jihyo era mejor de lo que pensaba en lo que hacía.

...

Chaeyoung tenía un fuerte dolor de cabeza y estaba mal porque no recordaba nada de la clase que había visto y no sabia muy bien que debía hacer, la letra de Sana era difícil de leer y la única que entendía era la de Mina...

Esa chica que ahora estaba con otra que no tenía ni la menor idea de quien era y parecía que Mina no se daría por vencida con ella iba a seguir enojada con ella y quería saber qué estaba haciendo la mayor.

Se acostó en la cama y suspiró, le molestaba demasiado el hecho de no tener la menor idea de lo que estaba haciendo la pelinegra porque siempre se habían comunicado de alguna forma y ahora no eran nada más que extrañas.

"Ah, eso me sorprendió". Se asustó al escuchar cómo sonaba el timbre de su casa, no esperaba a nadie y por eso no tiene la menor idea de quién se trataba. "¡Un momento!". Gritó debido a que seguían apretando el timbre con mucha insistencia, al abrir la puerta se quedó completamente sin aliento al darse cuenta de la persona que estaba ahí. "¿Mi-Mina? ¿Qué haces acá?".

"Vine porque quiero hacerlo contigo". Fue tan clara que la castaña no entendió.

"¿Qué?". La tomó de la muñeca con mucha fuerza y se quejó.

"Al final eso es lo que somos". Sin esperar respuesta alguna se abalanzó hacia ella para abrir sus labios sin importarle la resistencia que había hecho la menor para que no lo hiciera y es que en definitiva no iba a escucharla porque había ido demasiado decidida.